- You hate me now, and I feel the same way. -
Volviendo del instituto en el coche de mi hermano, me paro a pensar que todavía no conozco la zona por donde vivimos. Menos mal que no tenemos que ir andando. No sólo porque sea una vaga y no me apetezca nada, sino porque seguramente me distraería observando y memorizando el camino y acabaría perdida.
Cuando llegamos a casa, lo primero que hago es darme una larga ducha ya que aunque estemos en Septiembre, todavía sigue haciendo calor. Después de vestirme y secarme un poco el pelo me tumbo en la cama y pienso en mi primer día de clases. ¿En qué mierda estaba pensando al pegar un puñetazo a un amigo de mi hermano? ¿Por qué no pude tener un primer día de clases normal? Por mi maldita culpa. Bueno, al menos no fui la única herida de ese choque.
Como es el principio del curso no nos han puesto nada de deberes y sinceramente no me apetece quedarme en casa con el buen tiempo que hace. Pensando en las tardes de verano del año pasado, me acuerdo de que Cherry y yo habíamos intercambiado números mientras estábamos en la cafetería del instituto. Por esta vez decido dejar la timidez de lado y la llamo.
Al final nos quedamos hablando más de media hora, y decidimos ir de compras dentro de un rato. Yo no presté mucha atención a dónde íbamos a ir exactamente porque como antes he dicho, no conozco la ciudad. Y, si tengo que decir la verdad, la idea de ir de compras no me entusiasma demasiado pero yo no la propuse.
Después de avisar a Steven y Gabe, o mejor dicho, explicar a dónde iba, con quién, cómo y a qué hora volvería, me dispongo a arreglarme ligeramente.
(...)
- ¡Cheeeer! Ya estoy, ya estoy. - grito jadeando después de correr por la casa en busca de mi móvil.
- ¿Por qué me da que siempre voy a ser yo la que espere? - pregunta con una sonrisa burlona.
- ¿Qué estás insinuando? - respondo con ambas cejas alzadas y conteniendo alguna carcajada. - Yo no soy impuntual, es sólo que calculo mal el tiempo y lo que empieza siendo un minuto, termina en quince. - explico con total naturalidad.
- Y yo lo acepto. - ríe levantando las manos en señal de rendición.
Cuando por fin llegamos al centro comercial nos quedamos paradas en el sitio contemplando a toda la gente, la cual pienso que se ha puesto de acuerdo en venir justo hoy. A esta hora.
- ¿Te he dicho que tengo la peor suerte de este mundo? - pregunto a Cher, o afirmo, más bien.
- Bueno, dejémonos de pensamientos negativos, y vamos a comprar. - propone entusiasta mientras se va dirigiendo a la primera tienda que ve.
Yo, haciendo el rol de buena amiga, la sigo hasta dentro de la tienda. Cosa de la que me arrepentiré más tarde.
Estamos toda la maldita tarde observando tiendas, bueno, ella está toda la maldita tarde observando tiendas hasta que un milagro sucede: por fin se cansa. Yo me he comprado una gorra y unos pendientes. Cher sólo una camiseta que pone California en letras moradas.
Propongo a Cher entrar en Starbucks, pero se niega rotundamente hasta que después de cinco minutos de insistencia por mi parte, lo consigo y ambas pedimos algo en la cafetería.
Cuando termino mi frapuccino de chocolate, decido que hoy me toca ser buena persona y me dirijo a la papelera, que está al lado de la puerta. Con mis ojos fijos en la pantalla del móvil mientras hago mi camino hacia allí, me choco con alguien. ¿Dos veces en un día? ¿Enserio? Subo la vista y me encuentro con... Mierda. Amand... Amber.
- Ten más cuidado. - escupe mirándome con desprecio. ¡Ni si quiera me conoce!
- Perdón, no te he visto. - me disculpo educadamente, aunque por dentro siento la necesidad de contestarla borde, muy borde.
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¡Cuidado! Popular a la vista |PAUSADA|
Novela JuvenilEsta novela está siendo editada. Esta novela es mía, todos los derechos reservados. SweetCharlotte_ Créditos de la portada: clau_rcr