Las lágrimas brotaban de sus ojos como la lluvia incesante del cielo cae cuando es verano, su alma pedía a gritos no ser separada de esa noble sonrisa. Abrazó fuertemente a Eren apegándolo a su pecho, y por un momento, todo pareció detenerse.A pesar de sus intentos por anticipar ese drástico cambio, la verdad era que por más que le explicaran, Eren no procesaba lo que estaba por suceder, simplemente no podía percatarse de la razón por la que a sus ojos, era abandonado por su mejor amiga.
—Mina, no te vayas, ven, vamos a jugar. — tomó la mano ajena y con fuerza la intentó arrastrar escaleras arriba, negándose rotundamente a dejar que se marchase.
—Por favor cariño, ya hemos hablado de esto. — Carla Jaeger, madre de Eren, con fuerza y precaución para no lastimar a su hijo, intentó separar el agarre que lo mantenía aferrado a la mujer.
Pero Eren al notar que querían apartarlo enfrascado en no rendirse, la abrazó prohibiéndole a todo aquel que lo quisiera, interponerse.
Grisha, su padre, aunque no lo haya deseado y por más que sufriera al hacerlo, tuvo que intervenir usando la fuerza, era doloroso escuchar la suplicas de su hijo que le pedían soltarlo y dejarlo quedarse al lado de Mina, sin embargo la necesidad por terminar con la situación que de no controlar se tornaría todo un espectáculo era más grande que las ganas por necio retenerla. Era mayor.
Cuando cruzó la puerta rápidamente la aseguraron para que Eren no fuese detrás de aquel automóvil.
Gritos, pataleos, la misma frase una y otra vez hasta que se cansó y cayó rendido en el sofá. Con cuidado Grisha se encargó de llevarlo a su cuarto donde luego de dejarlo en cama y acomodarlo junto a su peluche favorito, dientitos, suspiró de alivio porque al fin terminara el lamento de su hijo. Se sentó a su lado admirando lo lindo que era.
Su cara que serena descansaba sus facciones que relajadas se encontraban, era tan tierno, un buen chico. Pasó sus manos una y otra vez acariciándole el cabello, se preguntó ¿por qué a Eren?, lo tenía todo para triunfar, era amable, inteligente, apuesto, pero, ¿por qué nadie se acercaba a él?, no había justificación el problema estaba claro.
—Eres demasiado para este cruel mundo hijo mío. — El sentimiento le ganó y próximamente comenzó a llorar. En efecto, era demasiado para aquellas personas irrespetuosas que no sabían como convivir con él.
De pronto, sintió una mano posarse encima de su hombro izquierdo, todas las noches solían charlar al respecto pero esta en específico era diferente.
—¿Qué pasará con él cuando no estemos más?, ¿quien lo cuidará, Carla?, ¿quien le explicará lo horrorosa que es la gente?, mi hijo no es un mounstro no merece el desprecio por el que ha pasado.
Carla en comprensión a su esposo no tuvo más que abrazarlo y acompañarlo compartiendo penas, era injusto que la vida no tuviera ni una pizca de consideración con su familia
La infancia de Eren estuvo marcada por el rechazo y eso obligó a sus padres a querer encerrarlo evitando que la gente lo dañara, pero sin querer al mismo tiempo le negaron la suerte de salir, de explorar el mundo, de vivir sus experiencias, el futuro no apuntaba en una dirección que los dejara tranquilos en caso de partir.
—Mañana vendrá el sustituto de Mina, su nombre es Armin por lo que me comentó es gentil y cumple con lo necesario para acompañarlo.
Armin Arlert sin saberlo, ahora era la esperanza de la familia Jaeger
Se levantó siguiendo con la alarma que había dejado para despertarlo, se cepilló los dientes, tomó un baño para luego deslizar sus vestiduras cubriéndose el cuerpo entero quedando en perfecto perfil, listo para presentarse y empezar, hoy era su primer día y la vista que se llevaran de él sería primordial.
—¿A que hora te veré de nuevo?. — preguntó Jean haciendo un puchero.
—Posiblemente tengas que pasar por mí hasta la noche, Mikasa me contó que el horario de Mina era demasiado pesado. — Sin haberse preparado sintió unas manos rodear su cintura y besos húmedos bajar por su cuello — Corres con suerte, por lo que sé Eren se duerme a las ocho y media tal vez no tengas que esperar demasiado. — y con un cálido beso ambos estuvieron listos para salir.
Durante el camino, Armin nervioso no dejaba de cuestionarse sobre lo que serían sus días de ahora en adelante. Era un cambio que de la noche a la mañana dejó a Eren posiblemente deprimido, ir y mostrarse como alguien desconocido que a partir de este momento se encargaría de usurpar el lugar que le correspondía a la chica de cabello negro, tenía una pinta preocupante. ¿Y si no lo aceptaba?, ¿y si se resistía? ¿Cómo iba a lograr acercarse a él en caso de que lo rechazara?
—¿Es aquí?. — preguntó Jean visualizando el vecindario donde supuestamente estaba la casa del chico que su novio cuidaría. — Vaya, el tipo sí que vive bien, solo mira estas bellezas. Cuando nos casemos haré de todo por comprarte una. — Armin en respuesta al verse conmovido por su comentario, le tomó el mentón y besó sus labios, una sonrisa por su parte se hizo presente a medio acto, el cual de no parar terminaría en una escena muy candente. A ambos les constaba resistirse al otro.
—Te veré en la noche. — le guiñó el ojo, un gesto coqueto que amaba hacer, abrió la puerta del auto y decidió salir para luego despedirse meneando su mano de derecha a izquierda viendo cómo se alejaba el vehículo de su novio. Cuando se desapareció entre los árboles, decidió dar el siguiente paso.
Tocó la puerta suavemente con el puño cerrado, uno dos tres y nadie salía a atenderlo, se avergonzó por quizá estar situado en el portal incorrecto, pero no, verificó varias veces la hoja donde le habían apuntado el número de casa, las características e incluso la calle. Era ese hogar el correcto y nada podía derribar esa premisa de su mente.
—Buenos días, ¿hace cuanto estás ahí parado?— mencionó una chica de cabello blanco, con lentes y una estatura muy baja.
—Buenos días, no mucho acabo de llegar, ¿por qué la pregunta?
En lugar de contestar la muchacha salió y apuntó a un pequeño botón casi imposible de ver, lo apretó, el sonido del timbre que era una linda y delicada melodía se hizo sonar por toda la casa dejando en claro que no había necesidad de tocar la puerta.
—Para la próxima será, vamos, la señora Karla y el muchacho te esperan.
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You're my sunshine [EREMIN]
FanfictionNadie creía en Eren, hasta que llegó Armin a demostrar que todos estaban equivocados You're my sumshine [EREN JAEGER X ARMIN ARLERT] •AU •Los personajes no me pertenecen son completa propiedad de Hajime Isayama •Prohibida en su totalidad cualqui...