-JUNTOS-

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El tiempo después del encuentro a la luz de las estrellas de Ron y Hermione ha sido poco, extraño y todavía más extraño, si esas palabras lo definen muy bien decía la castaña en su cabeza. Cualquiera que escuchase encuentro a la luz de las estrellas se imaginaría una noche mágica, romántica y maravillosa, lo que claramente no se imaginarían sería una noche en la que todo eso hubiese sido posible sería terminado incluso antes de que ocurriese. A Hermione le alegraba saber que Ron no se lo había tomado mal, es más se lo había tomado demasiado bien, no es que la molestase que su amigo estuviese bien, la molestaba pensar que en algún momento esa burbuja que se había creado de tranquilidad y paz se esfumase y se la llevase el viento, y entrasen en incómodas situaciones y conversaciones sin sentido y agobiantes, por lo que se negaba a pensar mucho en ello y pensar en que todo estaba bien al menos por ahora, bueno... casi todo. En ese momento Hermione recordó que esa tarde se harían los diferentes juicios de los mortifagos o gente relacionada en alguna manera con el bando de Voldemort durante la guerra. Y lo peor de todo, es que no sabía que pensar de ello, había hablado con Harry y Ron sobre el tema, y ellos tampoco tenían muy claro que iban ha hacer. Ellos al ser el trío de oro y los mayores héroes del bando contrario de los que iban a ser juzgados durante la guerra, tendrían que testificar y dar su opinión y punto de vista en cada juicio, ya que su testimonio al fin y al cabo sería el más importante junto al de Kingsley por ser el ministro.

-Pues no se que decirte Ron.

-Venga Harry, sabes que tengo razón.

Hermione miró a sus mejores amigos bajando por las escaleras y tan solo viendo sus caras supo de que estaban hablando.

-No, Ron, no la tienes y lo sabes.

-Pero se lo merecen- dijo Ron mientras se sentaba al lado de Hermionen en el sofá de la sala de estar de la madriguera.

-Pero no porque nos hayan molestado en el colegio signifique que deban ir a Azkaban- contratacó Harry a la vez que se sentaba al otro lado de Hermione dejando a la chica entre ambos.

Hermione sabía que hablaban sobre los juicios estaba claro, y también que hablaban de los juicios de unas personas en concreto.

-¿Hermione que piensas tú?

-Veo que seguís hablando del juicio de los slytherings- dijo Hermione mientras se acomodaba mejor en el sillón para ver bien a ambos chicos.

-Si, y Harry cree que debemos juzgarlos sin pensar en lo que nos hicieron en Howarts- Hermione rodó los ojos ante las palabras de su amigo pelirrojo, llevaba días hablando de lo que le gustaría ver a los slytherings entre rejas y había llegado a un punto en el que era exasperante.

-Pues creo que lo que dice Harry es lo más sensato y debemos actuar como dice él- Ron se quedó con una cara de sorpresa bastante grande y después bufó sonoramente y Hermione supo que su amigo no estaba nada contento con lo que había dicho, pero Hermione si que pensaba que Harry tenía razón, los slytherings no habían sido trigo limpio durante los años en Howarts, pero no merecen una vida en Azkaban por peleas de adolescentes en el colegio. Todos tienen el poder de redimirse, madurar y pedir perdón, ella sabía que siendo slytherings nunca pedirían perdón y mucho menos a ellos tres, pero no por ello iba a cambiar de opinión. Ella no permitiría que metieran a esos chicos en Azkaban y menos por sus peleas en el colegio o por que les obligasen a participar en una guerra en la que no querían participar. Porque ella estaba segura de ello, de que esos chicos tenían algo bueno y que lo habrían mostrado en muchos momentos de no haber sido por como los educaron, y lo dice una chica que por su sangre, por sus padres o linaje ha sido odiada, humillada y herida con insultos que aquellos niños habían lanzado hacia ella, pero ella seguiría con su opinión de justicia y nobleza y no les haría pasar a esos chicos toda su vida en Azkaban por errores que ellos cometieron pero por gusto y órdenes de otros.

ENTRE SERPIENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora