Capítulo 1

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Mayoritariamente yo estaba bien, tenía una buena salud, un trabajo decente y una familia que decía quererme, claro que no es algo de lo que se pueda estar seguro, creo que es imposible no dudar de todo. No crean que el protagonista de esta historia tiene alguna esposa o algo parecido, mis familiares mas cercanos eran una tía cizañosa, un perro, que indudablemente si me quería y mi abuela quien yo cuidaba diariamente por su estado de salud; La vieja nunca mostró señales de afecto hacia mí, pero bueno, sin embargo cuido de mí cuando ni padre o madre estuvo conmigo.

El día de hoy por ensalmo me dirigí como cualquier otro dia a mi taller de pintura, he de decir que no soy un artista virtuoso, más bien soy un aficionado que hace culto de lo que otrora nos dejo Goya, Pierre-Auguste Renoir, Velásquez y muchos otros que visionarios que nos deleitan con su técnica desde hace hace casi medio siglo. Estudié bellas artes en la Universidad de Nacional, no destaqué mucho en el idioma pictórico, creo que soy mejor aprendiendo de la historia del arte, que produciendo la misma, ¿Qué no siempre es más fácil saber la teoría?, pero ¿De qué nos sirve si no la podemos aplicar?, Siempre hay alguien que sale a relucir por saber de todo y no saber nada, ese precisamente soy yo, alguien que no sabe muy bien que hacer con su tiempo, que no haya la evasiva a su propia existencia. Como siempre he dicho soy experto en hablar mierda(saber y no poder hacer), en el gran campo de las artes plásticas encontrarás muchas personas de este tipo, criticos de arte que no saben lo que dicen, que tienen un cezgo tan grande como su orgullo, otros son artistas que piensan que el arte es cualquier cosa, te pueden intenar llenar de cucarachas la cabeza con tal de que les compres un cuadro unicolor con tres puntos negros, por la módica suma de 3 millones de dólares, si alguien cree que eso es valioso creo que iremos a un tribunal, mi palabra contra la suya en contra vía, si bien ya dije que no soy buen artista, no significa que sea un idiota, al contrario, lo que se aprende al pasar los años es que no se debe confiar en nadie, nadie es de fiar y sí de casualidad a alguien le parece muy tosca o básica mi forma de pensar, la verdad no tengo tiempo que perder en explicaciones que mentes tan pequeñas no podrían entender.

Siempre llevo a toby a mi taller, es un braco de weimar, muy elegante y manso, hace unos días que lo saque a pasear al parque Simón Bolívar, un ambiente muy animado, la gente sonriente, las parejas recostadas viendo al cielo, vendedores de algodón de azúcar con muchas opciones, rosa o azul, enrealidad no es que sean muchas las opciones, pero que más da, cuando era niño hasta un simple algodón de azúcar me hacía feliz, ¿Cuántas sonrisas y lloros habrá sacado esa maquina mágica que hila azúcar? y que paradójica trivialidad, cuando más grande, más infeliz.

Toby es un perrito muy curioso, así que le encanta olfatear, juego con el a las escondidas en reiteradas ocasiones, ese día decidí hacerlo, así que le pregunte con un tono ridículo, con el que las personas se refieren quiénes quieren demasiado.

- Toby, ¿Quieres jugar a las escondidas?

Al instante Toby entendió y empezó a mover su cola de forma errática, obviamente era un sí, entonces le ordene que se sentara de tal forma que me diera la espalda, cuando ya me había escondido, le dije que saliera buscarme y me encontró al instante, supongo que mi olor a tabaco y whisky es fácil de encontrar; No es que yo tome mucho, solo tomo un trago al despertar y otro al dormir, mi abuela siempre ha dicho que ayuda a conservarse, siendo francos, no le creo nada, pero cuando se es alcohólico, cualquier excusa es suficiente para beber, el tabaco si es otro cuento, se volvió tan indispensable en mi vida como la sal y pimienta para condimentar, como el seno de mamá para un recién nacido, sé que no es un buen hábito, eso esta claro, pero cada uno lleva sus demonios encima, algunos los hala las drogas, otros el trago, algunos la pornografía, las putas, el dinero y así podríamos seguir, ¿Cuántos demonios traigo? Eso si habria que analizarlo con pinzas, pero en comparación a cualquier delincuente, creo que la diferencia es grande, esa es gente demente que es llevada por sus impulsos, personas cegadas por su parecer que lo único que buscan es el mal ajeno.

Después de jugar un rato con Toby, me encontré apoltronado al lado de una mujer, que sentada al pie mío parecía de otro planeta, yo, un hombre de unos 30, con una camisa a cuadros roja con negro, barba de 5 días, pelo desaliñado, jean e incluso mis zapatos estaban llenos de pintura y percudidos por mi mal uso de la lavadora, en contraste al lado mío lo que posiblemente fuera un ángel, una mujer con un cutis privilegiado, piel blanca como cuarzo, ojos negros como cuervos, con una mirada inquietante, de pelo negro y liso como seda, además de una nariz perfecta; quedé atónito, en un primer flechazo que lograba adentrarse en mi y empaparme de una sensación tan profunda, un amor agresivo, rozando lo peligroso estaba empezando a correr por mis venas. He de aclarar que yo no soy un hombre que se fije mucho en las mujeres, no soy marica ni nada por el estilo, ni más faltaba, pero la diferencia entre una esponja asexuada y yo es poca, digamos que mis experiencias en el amor han sido pésimas, por no decir mucho, no creo que eso haya dejado traumas en mí, pero sí, no quiero una relación con nadie, o eso pensaba hasta ese momento.

Ella estaba leyendo un libro así que no logró percibir mi mirada que no podía dejar de posarse en ella, quise hablarle pero no pude, las palabras no querían salir, un nudo en la garganta se hizo conmigo, impidiendo el paso de cualquier sonido, ella se levantó y se fue a un lugar que si creyera en Dios le pediría que me lo revele, haría un pacto con el diablo si es necesario. Toby quería seguir jugando, pero ya estaba cansado y un poco desalentado por ese fallido primer encuentro, así que volvímos a casa.

Aquél choque me había dejado confundido, entonces decidí pintar a quién me quitaba el sueño, tome mis pinceles y paleta, con mi tela previamente preparada con un color tierra, un siena tostado que no era precisamente el perfecto para un cuadro de colores fríos, empecé a preparar mi área para pintar, saque el blanco de titanio y el negro de marfil y empecé a dibujar su rostro, me demore horas haciendo el bosquejo, luego me dedique a pintar hasta que no pude más, entonces tuve que parar para que pudiera secar. Al acabar de trabajar en el taller, que apenas me dejaba para el arriendo de mi lugar de trabajo, ya que algunas pinturas quedaban en el olvido por mi mala interpretación de mi público, mi falta de interés o mi mala técnica, me dirigí a casa.

En la noche después de haberle hecho la cena a mi abuela, arepa con huevo y aguapanela, me recosté a dormir, o algo así, porque no logré conciliar el sueño, ni cerca, sentía el mundo cayendo sobre mi cabeza, Mientras subía a una cama vacía, y me preguntaba ¿Por qué estoy sólo? ¿Por qué duermo sólo? Es porque hoy es como cualquier otra noche, por eso estoy sólo (me contesté) ,pero el deseo insesante de estar con ese ser me mataba, tenía que lograr un cambió en las tinieblas de mi almohada, me carcomía por dentro el querer estar con ella, por tanto decidí que la buscaría. Intenté recordar durante horas cuál era el libro que sostenía en sus manos, igualmente me propuse ir a la misma hora al parque, el tiempo que fuera necesario, sin embargo las posibilidades de encontrarla eran mínimas, porque el parque Simón Bolívar es inmenso, con capacidad para al menos 1500 personas, me ví en una encrucijada de la que solo habían estas posibilidades

1. Que ella llegará al parque, pero no la encontrara por la cantidad de personas tan grande que hay en el mismo
2. Que no fuera al parque y yo estuviera en el parque haciendo perdiendo el tiempo
3. Que nos encontramos en el parque, sin embargo esta era muy improbable

Estábamos a mediados de abril, asi que si la tercera opción no se daba debía recordar el libro que ella sostenía, e ir a la feria del libro, que es maso menos el 20 de abril, suponiendo que le gustara leer, no se estaría muy seguro de si era una afición o simplemente decidió ese día leer en un parque, sentada en una banca al lado mío, así las cosas la última opción era
4. Encontrarla en la feria del libro, esta era mas improbable, pero ya que no tenía nada mejor que hacer y nada mas en que pensar, parecía una buena opción de entretención.

Ágora de las artes y la psicopatía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora