Estuvimos unos cuantos dias caminando en silencio hasta que Kevin me dijo que hiciera una demostración de mi maldición, al principio le dije que no pero siguió insistiendo asi que no tuve opción.
Me dijo que tenia que petrificar un arbol y así lo hice, aunque tenía miedo de hacer daño a alguien, pero por suerte no paso nada, los chicos quedaron asombrados incluso Paula.
Después de un largo camino estabamos a 2km de el campamento, pero nos dimos cuenta que no estabamos solos y el gigante de un ojo estaba detras nuestro.
Corrimos todo lo que pudimos pero el gigante nos seguia de cerca asustado me empece a agobiar y un aura amarilla me empezó a rodear, segundos después me di cuenta que millones de flechas estaban rodeando al gigante.
Grite expulsando toda mi ira y las flechas salieron disparadas hacia el gigante. Despues vi todo borroso y me desmaye, me desperte en una suave camilla y me estaban dando algo con sabor a las tartas que solia hacer mis tios.
Recorri la habitacion en la que estaba con la mirada y me encontre a Kevin, Paula y a David pero no encontraba a Bea.
Preocupado les pregunté por ella pero esto fue lo que me respondio Kevin.
- Cuando le lanzaste todas esas flechas al gigante lo debilitó pero no le mató, entonces al verte desmayado pensó que tenia una oportunidad de matar a alguien, pero Bea se interpuso entre vosotros y mato al gigante pero este antes de morir le dio un golpe tan fuerte que casi la mata, pero su padre, Zeus, fue honesto y la convirtio en una precioso estatua.
Yo empeze a llorar descontroladamente y los chicos me consolaron, pero aun asi no estaba totalmente consolado.
Pasaron unas semanas, pero yo no me hacia al campamento, todos me tenian miedo por lo que hice, mis unicos amigos eran Kevin , Paula y David.
Mis hermanos, los otros hijos de Apolo no me tomaban en serio, cosa que a mi no me sentaba muy bien pero sabía que al ser el más pequeño se metian conmigo.