Revisó por quinta vez la cubeta que llevaba en sus manos: Trapos limpios, algunas esponjas, aromatizante de ambiente, bolsas de basura tamaño jumbo, limpia vidrios, un plumero, insecticida y cubre bocas.
— ¡Bien! —Sonrío animada antes de girar su vista hacia el costado derecho— ¿Estas listo? —Levantó su puño izquierdo con mucha energía, ansiosa de iniciar cuanto antes.
— ¿Esto es realmente necesario? —Dejo caer su cabeza a un costado en señal de cansancio— Yo creo que esto puede seguir así un rato más... además no esta tan sucio. —Dio un vistazo rápido por aquella habitación tratando de encontrar que era lo que había de malo en el lugar sin descubrir de que podría tratarse.
— Papá. —Regañó— Prometiste que hoy limpiaríamos el desván y luego limpiaríamos tu habitación.
— Pero princesa no ... —Intentó replicar algo, pero con solo ver de reojo el ceño fruncido de su hija desistió rápidamente a lo que suspiro con pesadez— Esta bien, si lo prometí debo cumplirlo ¿No es así?
— ¡Muy bien! —Levantó su puño izquierdo, entusiasmada— ¡Vamos a trabajar!
La pequeña eriza entró con toda la determinación de limpiar y sacar brillo a todo lo que pudiera mientras era observada por su padre que sonreía ante la estampa de la menor dejando en el piso su cubeta con todos los artilugios de limpieza dentro.
Por un momento el rosa tomo el lugar del azul y la figura infantil tomó la forma de aquella entusiasta y obstinada eriza que lo perseguía durante los primeros años de conocerse y que con el paso de los años se volvió importante en su día a día.
—... ¡No puedes seguir así! —El sonido de algo caer al suelo lo saco de su ensoñación— ¿En serio papá? ¡¿Esto de qué sirve?!
— ¡Hey, deja eso! —Se acercó para tomar el objeto de entre las manos infantiles— Eso tiene un valor sentimental tan grande que no...
— ¡Son solo unos cocos, papá! —La infante regaño a su padre— ¡Esto se va a la basura y no se diga más!
— ¡Hey, deja mis cosas! —Se acercó a donde la infante para tirar del extremo libre de la enorme bolsa llena de cocos, ignorando las moscas que sobrevolaban sus preciados cocos— ¡Esto se queda aquí!
— ¡Papá suéltalo! ¡Esto apesta! ... —Sujetó la bolsa con ambas manos, jalándola con todas sus fuerzas para que el otro lo soltara— ¡Papá!
La lucha por la apestosa bolsa llena de cocos en un, muy probable, estado de putrefacción duro algunos minutos más hasta que el teléfono de la casa comenzó a timbrar, haciendo que ambos erizos se miraran desafiantes entre ellos mientras detenían sus movimientos.
— ¿No irás a responder el teléfono? —La mirada jade de la pequeña se afilo.
— ¿Por qué no respondes tú? —El agarre que tenía en la bolsa no disminuyo.
— Tú eres el adulto.
— ¿Y? Eso no significa que yo siempre deba de responder las llamadas.
— Podría ser el tío Tails con alguna misión para ti. —Se acercó más para intentar atemorizar a su padre— Deberías responder el teléfono.
— Podría ser Emerald que quiere hablar contigo de esas cosas que hablan las niñas. —Imitó a la infante, golpeando su frente con la más pequeña en una lucha de voluntades.
Mientras ambos tenían una lucha de miradas, el teléfono seguía timbrando en espera de ser atendido pronto por alguno de los ocupantes de la casa hasta que finalmente, quién fuera que llamara decidió colgar haciendo que el timbre dejará de sonar.
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Tan solo quisiera
FanfictionAunque no me veas, siempre estaré velando por ti... 🌸🔸Two-Short🔸🌸 Las protagonistas (Sonia y Maria) son completa autoría de Chaos Universe, yo solo los tomo prestados para esta historia. Historia inspirada en el universo creado por Chaos Univers...