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Bolivia y sus historias

Bolivia te cuenta 10 historias que no leiste hasta ahora, entre cuentos y leyendas, acaso sus habitantes han convivido junto con lo paranormal o solo viven en su dominio.

Por qué nada es lo que parece, estos son los 10 cuentos que no leiste, historias de Bolivia y más .

Llevamos el diablo en el cuerpo, todos nosotros.

1.- La Cueva del Diablo de Potosí
Escritor: Gonzalo Díaz Díaz de Oropeza

Los habitantes de la Villa Imperial creen que la mancha oscura es un rastro que dejó el diablo  tras estrellarse sobre la roca.

Según esta creencia, antes de la intervención del santo, en determinadas horas, se perdían llamados por aquella cueva.

Lo mismo ocurría cuando un jinete cruzaba a toda carrera, de improviso y no paraba hasta hacer pedazos a los hombres”.

Para remediar aquella situación y expulsar al maligno que moraba en la quebrada, los jesuitas tomaron acción.

«Colocado el santo y puesta una gran cruz en la cueva mayor nunca más se experimentó otra desgracia, y desde entonces tiene esta Villa gran devoción a San Bartolomé y cada año van españoles e indios a celebrar su fiesta con gran solemnidad”

Se dice que para los viajeros esta cueva se abría mostrando tesoros inimaginables y todo lo que entraba no volvía a salir nunca más.

Fue a tal punto que decidieron colocar rejas para espantar a lo viajeros curiosos y advertirles de la amenaza.

Aquí la celebración al santo que los libro llevado a cabo cada año

2.- Tributo a la mina

Se dice que todos los cerros siguen una misma ley en Bolivia, pues todo aquel que entre deberá rendir su tributo al tío.

Desde los paisanos hasta los mineros contaban sus historias, la creación del tío y las exigencias del cerro en cuanto a sus tributos.

Esta es la historia trata de un hombre que hablaba de la Mina Kerusilla ubicado no muy distante de Caisa, de la cual se subía grandes distancias para encontrarse con esta mina, pues este era dificil de encontrar y al encontrarte con él podías ver 2 cerros.

En medio de 2 estos cerros se encuentra un pequeño riachuelo, que baja y se encuentra con el río Kanki, para llegar a esta mina se debía subir por el cerro que se encontraba al frente, el camino era pequeño y estrecho, un barranco que podia deborarte en una mala pisada .

Se decía que en el rio Kanki se lograba encontrar pepitas oro, pues alguna vez estas pepitas caían desprevenidos en el riachuelo desde la misma mina.

Tentando a cualquier desprevenido, lleno de ambicion.

Este hombre recibía a los mineros agotados en su hogar que decían:

«La mina no se dejo», el buen señor mataba una cabra y lo servía con salsas picantes (ajíes) un poco de arroz o macarrón, para si quiera calmar el hambre de estos hombres. Si preguntabas porque no se dejaba el cerro, su respuesta era simple;

«El cerro para largar todo el oro, solo pide una fanega (saco) de Quinua, cada grano representa una persona»

En otras palabras se debía llevar el número de granos en personas de esta fanega de Quinua (1 grano = 1 persona), en este podrían caber miles y miles de personas, para darlo en tributo al cerro donde habita el tío.

El hombre mencionaba que aquella mina sigue escondida y seguirá, pues decía que la mina «no se dejo» solo por una razón, pues cada viajero que intentaba llegar a la mina, se encuentra con Cóndores, que te atacan si intentas llegar eso si es que no te presenta la ilusión de que al fin llegas y nunca lo hace realmente.

Hola, De Donde Eres? Weno Hay Más De Solo Una Pregunta UwUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora