Entraron los dos juntos y se sentaron en la mesa de la esquina, donde lo solía hacer él. Pidieron dos cubatas y comenzaron a hablar:
- Bueno, asique ese gilipollas te hizo daño. ¿Hay que pegarle?- Dijo Hugo todo serio.
- No, jajajaja, pobre, alomejor acabas tú antes en el suelo.
- Eso no te lo crees ni tú, guapa.
- Vale vale, relaja humos fiera. ¿y tu novia?¿tienes?
-No, no soy de relaciones largas. Me gusta más dejarme llevar.
- Tranquilo que ya tienes cara. Pues a veces es lo mejor, pero otras...
- Bueno a mi siempre me ha ido bien... -Dijo Hugo todo pavoroso.
-Vale, tú sabras...
Se pasaron horas y horas hablando entre risas y miradas hasta que el bar cerró. Se montaron en el coche y volvieron a la casa de sus amigos.
- Bueno, ¿te apetece subir y esperar o vamos a dar un paseo?
- Puff, me apetece dormir, pero irme hasta casa ahora no sé...
- Vamos a mi casa un rato y luego te llevo yo a casa en el audi.
- ¿Cómo sé que puedo confiar en ti?- Dijo ella juguetona.
- Porque hasta ahora no te he hecho nada como para que pienses mal nena. - Le susurró al oído muy despacio.
- Vaaaa....vaale, iremos, pero si me juras y prometes llevarme a casa.
- Te lo prometo, princesa.
- Cursi....