Detrás de las rejas.

Capítulo 1

Giro el manillar húmedo de aquel portón lleno, también, de humedad. En una mano llevo una maleta nueva la cual conseguí adueñarme de aquel muermo de hogar, decían que era de una marca de complementos súper cara, de piel de no sé qué bicho, imbéciles, eso a lo mejor os lo habían contado o es lo que vas contando a los snobs de vuestros amigos, pero esto está comprado en una tienda de 20 duros, esta maleta es de plástico puro y duro, en fin, panda de snobs. En mi espalda llevo una mochila, mejor dicho, MI MOCHILA, fue la mochila que mi borracho padre me dio cuando me dejó en este sitio con solo 9 años, solo espero salir de aquí para partirle esa cara de mal parido, ojalá esté muerto. Además de la maleta súper exclusiva y cara, traje conmigo alguna que otra sudadera, un pantalón vaquero y una chaqueta de cuero de su hijo mayor, sin contar las revistas que me compré, aunque suene raro, solo una es de tías, otra es de rock y el resto, unas tres son de coches, me gustan los coches, y sí, a mí recurren los profesores para arreglar los coches, me encantan, pero también la música rock, sólo he sido capaz de escuchar alguna canción suelta, incluso algunas no las he llegado a escuchar enteras, pero si me he interesado en ese mundo musical y se algo, como los grupos más famosos, los grupos actuales que más venden, etc.

La verdad para ser una familia tan pija su hijo tenía buen gusto, fijo que me hubiese llevado bien con él, pero creo haber oído que estaba en el último curso de la carrera de Ciencias Políticas. Muermo. Por suerte tiene una novia muy follable, tenía que haberme pajeado con una foto suya, eso hubiese sido más gracioso al ver sus caras viéndome pajearme con la foto de su nuera.

Tras abrir el portón me encuentro con caras conocidas, pero no agradables, Charles Espinilla, no, ese no es su apellido, es su apodo o, mejor dicho, como debió llamarse, su cara está llena de espinillas gordas y asquerosas, más de una vez he tenido que ir al lavabo muerto del asco, esto te lo cuenta una persona que soporta las pelis más sangrientas del cine de terror, enseña Biología, irónico, ¿verdad?

Doña Rottenmeier, o Doña Aldrich como realmente se llamaba, profesora de inglés, venía del mismo Londres, desde un instituto elitista, creo que con su mote y de donde viene lo digo toda, vieja amargada.

Alphons Muermón, ¿sientes que tus horas de Historia se hacen eternas? Estate tranquilo, con Alphons Muermón se pasará mucho más despacio, desperdicio de hombre, ¿qué fue en la vida pasada un oso perezoso? Creo que Colón tardó menos en encontrar América que él en explicar el descubrimiento de América.

La esposa de Jabba de Hutt o también conocida como "la cocinera" traga más que cocina.

Arthur Gibbs, el profesor de informática, me cae bien comparado con el resto, es decir, es nuevo, nos trata a todos con amabilidad, no le importa ayudarnos con cualquier problema que tuviéramos con los ordenadores, él se encarga de arreglarlos o le pide que alguno de los alumnos que más saben lo haga y estos lo hacen encantados, lo dicho es nuevo y de aquí a nada va a pasar a ser como el resto de profesores.

También hay dos seguratas grandes como armarios, Michel y Sebastian, parecen que los hayan sacado del FBI por mala conducta. Son los encargados de pegarte una paliza por romper las normas, te llevaban a La Sala y vuelves como trapo viejo para limpiar el polvo.

Y por último y el grano en el culo por excelencia, el Señor Browning, sí el lameculos insoportable, profesor de Matemáticas, él fue encargado como director sustituto del instituto cuando la verdad se fue al Vaticano a besarle los arrugados y callosos pies al Papa. Antes de que se fuera estaba siempre detrás de él oliéndole sus pedos y castigándonos sin motivo aparente. En su asignatura siempre intenta fastidiar a los que mejor se les da, corrigiendo como no se debe, desanimándoles o lo que sea, al resto nos abofetea como no superemos el 7 de media, un santo vamos. ¿Su apodo? Su apellido te dice como tiene su cabeza y lo bien que debe de rodar si se la cortas.