¿Es obvio, quien es el Alfa y quien el Omega ?

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Narra Rusher.

- ¿Que está pasado aquí?- dijo mirándome a los ojos.

- No lo sé, este idiota no me suelta.- dije .

- Señor, estos papeles son suyos, debe llenarlos y enviarle una de las copias al Señor Farlan. La custodia del omega es suya. - dijo el chófer y soltó mi brazo.

-Adios- dijo y se fue.

- ¿Que está sucediendo?- dije molesto.

- Omega crees que yo sé que esta pasando.- dijo de mala manera.

Le quité los papeles de la mano y comence a caminar por la calle.

- Espera Rusher, tranquilízate.- dijo tomando mi brazo.

- No sé que pasa, dame los papeles- dijo e iba a quitarme los pero escondí mi mano en mi espalda.

-Es mi custodia, me pertenecen- dije enojado.

- Sabes muy bien, que si llega a pararte la policía y encontrar los papeles de traspaso de custodia sin firmar iras directamente a un refugios de omegas rebeldes. Allí no podré encontrarte más.- susurro.

Resople.

- Vamos adentro.- dijo.

Me tomo de la mano y dejé de que me guiara adentro.

Cuando entramos lo primero que vi fue la sala, un gran sillón con una hermosísima omega dormida.

Que no sea su omega.
Que no sea su omega.
Que no sea su omega.

- Vamos a la cocina y llamamos a Farlan.- dijo.

Lo segui.

-Siéntate.- me ordenó.

Me senté, con muchas ganas de llorar.

- No me contesta.- dijo.

- Solo llama un móvil, voy a volver a la mansión, no des más vueltas Daniel.- dije cansado.

- No, quiero saber de qué se trata todo esto.-

- Dani, solo envíame de nuevo con Farlan.- dije.

- Tal vez sea la única oportunidad de tenerte conmigo.- dijo acariciando mi mejilla.

- No quieres esto Dani.- susurre.

- Por favor Rusher, si lo hago.-

- ¿Entonces por qué hay una omega en tu sillon?- lo lamento no pude contenerlo.

El sonrio.

- es mi hermana.-dijo riendo.

- Oh... lo siento.- dije avergonzado.

- Quédate un mes conmigo, si no te gusta estar aquí, vuelves con Farlan y te olvidas de este alfa, no vas a volver a verme.- dijo dando un beso en mi cuello.

Claro que me pare y fui a besarlo.

El tomo mi cintura y me apretó a su cuerpo.

- No puedo creer que estés en mi casa.- susurro.

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Narra Armando.

Luego del bonito regalo de mi mega cursi alfa, estuvimos... ocupados un buen tiempo.

Por lo que al llegar la noche quedamos muertos del cansancio.

Esta mañana Marco me despertó con besos.
Y si fue muy dulce! Hasta que me desperté con el ceño muy fruncido por que aún quería dormir.
Luego de que el se diera y aumentara mi enojo se disculpó y yo dormí un poco más! Y ahí sí me desperte de forma estable y pude corresponder a su muestra de cariño.