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Erick

Maldito tránsito, maldito trabajo, maldito todo.

Sé que piensan que soy un desalmando pero cuando estás frente a una compañía que solo espera un solo tropiezo de tu parte para echártelo en cara en la siguiente junta es difícil no actuar de esta manera.

Entro a la sala de operaciones viendo como todos en sus cubículos callan al momento, obviamente estuvieron hablando de mí.

En fin, avanzo a mi oficina viendo que Joel está revisando algunas cosas en la computadora, como si no supiera que se la pasa fingiendo que trabaja.

─Trae café, ya ─ordeno antes de entrar.

Me siento en mi escritorio esperando que mi asistente entre y lo hace con una taza de café y su sonrisa de idiota.

─Aquí tiene ─dice dejándola sobre mi escritorio─ jefe.

─¿Algo para hoy?

─Dos juntas, una a la una y otra a las cuatro, mañana tiene cita con el dentista a las nueve así que le aconsejo cancelar todos sus compromisos de la mañana porque puede prolongarse un poco.

─De acuerdo ─suelto con resignación─ odio ir al dentista, me pone de nervios así que tendrás que ir a mi casa desde la noche, necesitare calmarme.

─Como usted ordene ─dice riendo y se levanta─ ¿Quiere que le ayude en algo más, jefe?

─Sí, si puedes hacerlo, lleva algo de ropa, ya sabes, por si acaso.

─¿Es su manera sutil de pedirme que me mude con usted?

─No, es mi manera sutil de decirte que necesitas  contentarme por hacerte tonto en lugar de trabajar, además tiraste mi juguete favorito , es tu culpa así que hazte responsable.

─Es que ya no lo necesita, para eso estoy yo ─Guiña un ojo y sale de la oficina.

Sé que lo trato muy rudo a veces en el trabajo pero honestamente no me importa porque él es igual de rudo en la cama y se desquita conmigo.

Llevamos meses así y no se atreve a decirme nada en el trabajo, pero en mi alcoba.

Bueno.

Fin

Joerick: Príncipe (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora