Un amor

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Otra vez desperté en una cama.
Esta vez no me levanté sino que miré a mi costado y estaba durmiendo ahí mi querido esposo, eramos tan felices, nos entendíamos tanto que siempre, siempre esperaba que esto no termine y si iba a terminar que volvamos a estar juntos y si iba a terminar que no sea por algo estúpido aunque aún así eso no pasaría porque nos amabamos tanto que aunque uno muera el otro también lo haría.
Le tomé de su mejilla y le dije que se levantase para disfrutar de otro día, lo besé apasionadamente pero el no respondía, te dejaré dormir amado aún respiras...
Bajé las escaleras que se encontraban cerca del dormitorio y saludé a la vecina que humildemente preparó el desayuno.
Cocinaba tan rico.
Y mientras comía miré sus labios y ella lloraba que no era mala que a ella la obligaban, que ella no quería pero sino la pegaban, quería ayudarla pero no se dejaba.
Supongo vivía con nosotros, bueno empecé a probar mi jugo de tomate, que se tornó rojo y tras verla por el cristal la vi muerta y también vi que ella me odiaba.
Como en un deja vu recordé que ella no vivía con nosotros y a a sus lagartijas.
La tomé entre mis brazos y la llevé a tomar una ducha.
La recosté con una bata en la tina y le dije que se relajase, ella despertó y sonrió me dijo que todo estaría bien pero todo esto me parece extraño.
Sentía como si ella me controlara, cómo si ya me conocía de mucho antes pero este es el primer día que vivo aquí, llegué ayer tras la boda pero hoy es el primer día.
Nuestra luna de miel fue en la noche fue de ensueño y sí por un viaje, pero un viaje de sentir el alma de mi amado.
Fue un roce de piel tan tierno y suave.
Lo único que temía era quedar embarazada, tenía problemas si lo hacía además del temor de que en un sueño al tener una criatura moriría así que nunca estuvo en mis planes embarazarme.
Me dirigí al cuarto y abracé a mi esposo gótico con su vestimenta antigua sentía un olor a muerte, empecé a moverle y no respondía, seguí intentandolo y le dije que despertase ya.
-Qué sucede cariño,Claudia
Me dijo-
Estaba tan asustada...
Tengo algo que decirte...
Me senté en su miembro arriba de las cobijas.

Srta. GothermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora