una pelea

101 15 6
                                    

[💖]

No sabía porque mi hermano me había visitado, pero ahí lo tenía pegado a mis brazos. Eran muy raras las ocasiones en las que me visitaba a mi humilde morada, la mayoría de las veces necesitaba dinero y venía a pedirme dinero.

—Bro, el hubiese no existe. Aparte yo se que amas las sorpresas, ¿un poco de amor no te viene mal verdad?—Odio como el se desaparece por meses y sólo me utiliza como un banco que no le cobra ninguna deuda, a veces me gustaría que se acercara a mi como los hermanos que somos, pero eso sería mucho pedir.

—¿Necesitas dinero verdad?— Hablé sin ganas, recibiendo una sonrisa burlona como respuesta—. Sólo dime cuánto necesitas, para que te vayas rápido.

—Oye, no deberías tratar así a tu hermano menor. Sabes que debes cuidar de mi cuando lo necesite, ¿verdad?— Había perdido la confianza en este tipo hace mucho tiempo, tanto que sus palabras ya no hacían ningún efecto en mí.— Sólo es poco dinero te lo ju..

—¡Deja a mi amo en paz!—Lo siguiente que pude ver después de ese resonante grito fue a mi hermano tirado en piso, Sammy estaba arriba golpeándolo utilizando una almohada con forma de conejito.

—¡Sammy, por favor para! ¡no lastimes a Wonpil!—Intenté separar a los dos, pues la pelea se había hecho más intensa. Wonpil ahora estaba atacando a mi conejito sin piedad— ¡Wonpil por favor para!

La única solución para este problema fue ponerme en medio, pero tan pronto atravesé el espacio de los dos, sentí un fuerte puño en mi rostro. No tenía idea de quién había sido, pero lo que si sabía es que mi nariz empezó a soltar gotitas de sangre en mi preciada alfombra blanca.

—¡Basta ustedes dos! Miren lo que han hecho, mancharon mi preciosa alfombra y es su culpa—Los dos me veían con unos ojitos suplicantes, pero no me convencerían por más tiernos que fueran—Wonpil, vete de mi casa. Sammy estate quieto.

—Hermano, aún necesito el dinero...

—¡Largo!—Grité con todas mis fuerzas, para asustarlo. Y me alegra que haya funcionado, pues el sólo se levantó del piso y huyó de la casa con prisa.—Por fin, algo de paz..

Me senté en el sillón rendido, mi cara aún dolía demasiado, pero sólo quería descansar un poco después de tanto caos en un día. Todo era tranquilo hasta que sentí una respiración quisquillosa en mi cuello y unos brazos rodeando mi torso:

—Amo, ¿Si sabe que usted me pertenece, verdad?—

Ay.

Amar cómo tu. (재성)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora