1

947 44 18
                                    

2 de enero de 2019

10:09 a.m

Martina

Caminé cansada hasta la cabaña donde mis viejos habian insistido en venir. No veniamos acá hace mucho tiempo, creo que la ultima vez fue cuando yo tenia 11 años de edad.


Cuando tiré mi maleta a la cama reí al ver a Mati tirarse cansado a la cama de el.
Insistí en traerlo a Matias, mi mejor amigo desde que tengo memoria, ya que si el no venía probablemente me iba a aburrir una banda.

-Boluda por que tuvimos que venir tan temprano?- Preguntó mi mejor amigo con la cara aplastada en las almohadas.

-Ni idea, mis viejos son así, los conoces- Reí y me senté en el sillón que habia en la pieza doble donde estabamos.- Además creo que querían llegar temprano asi podian ir a comprar carne para el asado.

-Uh los asados de tu viejo son lo mejor del mundo- Se enderezó en la cama y miro fijamente un punto en el viejo suelo de madera.- Que onda, nunca vinimos a esta cabaña juntos.

-Dejamos de venir hace años, porque toda la familia se peleo y ese bardo.

-Ah si si, que bajón, es re linda- Miró a su alrededor con atención.- Me acompañas a verla? Es grande y me da miedo.

Rodé los ojos y lo seguí cuando me agarró la mano y comenzó a llevarme casi corriendo por la enorme cabaña, la cual era de mis abuelos, pero cuando se fueron a vivir a la ciudad nos la regalaron a nosotros.

Terminamos nuestro corto recorrido por la casa y decidimos salir afuera, era algo asi como un complejo con muchas cabañas, asi que lo mas probable era que nos crucemos con alguien.

Pero nos equivocamos, habiamos recorrido todo el lugar donde estaban las piletas y el resto de cosas y no cruzamos a nadie, estaban todos durmiendo probablemente.
Seguimos nuestro camino hasta donde mis viejos estaban desayunando, lo bueno de todo esto era que todas las mañanas nos dejaban el desayuno en la mesita de afuera de la cabaña.

Agarré una medialuna y comí un pedazo, mientras Mati se preparaba un pan con manteca.

-Comemos asado hoy?- Preguntó mi viejo, Maximo, cuando volvió con la pava caliente para los mates.

-Yo voto por empanadas y pizza- Puse mi mano en el medio de la mesa a ver quien mas votaba por eso.

Mati, mi hermana y mi vieja se me unieron, poniendo sus manos encima de la mia. Lastima que estabamos empatados, porque mis otros tres hermanos y mi viejo no habian votado.

-Piedra papel o tijera- Propuso Mati y puso su mano preparado para jugar frente a la de mi papá.

Por lo general solíamos hacer eso para elegir las comidas, al ser tantos siempre nos costaba coincidir en los gustos de todos. Como estabamos de vacaciones pensabamos comprar todo por delivery o ir a restaurantes, ya que segun mi vieja ella tambien se toma vacaciones de ser ama de casa.

-GANAMOS!- Gritamos al mismo tiempo mi hermana, Mati y yo emocionados cuando mi viejo perdió ante mi mejor amigo.

Hicimos un bailecito extraño y nos sentamos cuando vimos pasar a gente que nos miraba raro.

-¡Rafa!- Gritó mi viejo, el señor al que llamaba estaba a mis espaldas, asi que tuve que voltear.- Como estas hermano? Tanto tiempo!

-Maximo- Estiró algunas palabras el señor llamado Rafa al decir el nombre de mi padre, se abrazaron con una sonrisa.- Cuanto tiempo, todo bien vos?

-Si si, todo bien- Sonreían como si no se hubieran visto en años.- Volví, a vacacionar con mi familia.

-Ah si? pensé que estabas pasando nomas- Rió levemente y volteó a vernos el hombre, su cara se me hacía conocida.- Un gusto, igual ya nos conocemos entre todos.

-Un gusto señor- Hablamos al mismo tiempo con Matias, no se por que haciamos eso siempre, nos salía solo.

-Esta es Marti?- Me señaló y sonreí confusa cuando Maximo asintió.- ¡Martina! no te acordas de mi vos, pero yo fui la primer persona que te dio de comer cuando naciste.

-Enserio?- Reí y me levanté para dejar un beso en su mejilla, les sonreí a sus hijos que estaban mirando.- Bueno, perdón por no acordarme.

-Si, no pasa nada, la ultima vez que te vi vos tenias 10 años, eras una nena- Apretó mis hombros con una sonrisa.- Bueno, sos.

-Bueno eh! No soy tan chiquita tampoco- Reí.- Tengo 17.

-Enserio? Mi hijo toto tiene tu misma edad, seguro se llevan bien- Volteó como buscándolo a su hijo.- Toto!

Un chico con el pelo algo cortito y ropa bastante grande se giró a mirarnos, ya que estaba de espaldas charlando con otro que está todo tatuado. Se acercó lentamente y una vez que estuvo frente a nosotros se sacó sus lentes de sol con lentitud, hacía todo lentamente, parecía salido de una propaganda de shampoo.

-Que onda? Soy toto- Sonrió de costado y una sonrisa se me escapó al ver sus mejillas gorditas.

-Me llamo Marti- Dejé un beso en su mejilla.

Nuestros padres siguieron hablando mientras nosotros simplemente nos quedamos tildados, mirandonos con atencion.

Queriendo tener el recuerdo de cada partecita de nuestros rostros tatuado en nuestra memoria.

𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒓𝒂 𝒖𝒏 𝒏𝒆𝒏𝒆; 𝒌𝒊𝒅𝒅𝒐 𝒕𝒐𝒕𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora