Prologo

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Me encantaba la idea de ser jefe, podía hacer todo lo que yo quisiera, era el mejor trabajo de todo el mundo. Era dueño de una gran distribuidora de maquinarias para las fábricas, un trabajo muy pensado. Mi padre que había muerto hace un par de meses, me había dejado acargo del negocio familiar.

Yo con tan solo 20 años de edad ya era multimillonario, podía hacer todo lo que yo quisiera, se todas formas nadie me puede decir nada. Era magnífico ser mi propio jefe, sin duda. Pero todo eso era nada más que un sueño, el trabajo era muy pesado, no podía ir de vacaciones porque la distribución tenía que ser supervisada por mi, no confiaba en nadie más. Era agotador, pero tenía que cumplir con el trabajo que mi padre me había dejado.

Soy tu jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora