—Papá ya estoy en casa. —Le dije a mi padre mientras subía las escaleras de tres en tres
—Brooke, cariño, ¿por qué tanta prisa? Ni siquiera te ha dado tiempo a darme un beso y saludar a bailey.
Bailey es mi perro, llevo con él desde los 11 años y somos inseparables. Casi todos los días damos paseos nocturnos por el barrio, a el le encanta la noche, igual que a mi, somos tal para cual. Bailey llegó a mi vida poco antes de que mamá falleciera y siempre estuvo a mi lado en los peores días, ¡es el mejor perro del mundo!
—Lo siento, Esque me han invitado a una fiesta y se me había olvidado por completo, ¡me ducho y bajo!
—Vale cariño, aquí te espero.
No hay nada mejor que una ducha calentita después de una larga semana. Me dispongo a entrar al baño y encender la ducha. Mientras que dejo el agua correr para que se caliente, me desnudo ante el espejo y observo mi cuerpo, no me gusta, nunca me ha gustado, estoy tan acostumbrada a ver a modelos en televisión o en portadas de revista que me he creado mi propio complejo, pero no debería darle mayor importancia, cada uno es como es, supongo.
Cuando termino de ducharme, envuelvo mi pelo en mi toalla rosa, me pongo el albornoz y me dirijo al salón, donde encuentro a mi padre con un ¿regalo? Tenía una caja enorme en sus manos con un lazo rojo precioso de terciopelo.
—Hola papá. —Le dije antes de darle un beso en la mejilla
—¡Bailey! ¿Quién es mi perro favorito? ¡Tu! —Le dije a Bailey antes de que se subiera encima
—Cariño, tengo un regalo para tí, no estamos celebrando nada, pero me parecía un buen momento para entregartelo.
—Vaya... muchas gracias papá. —Le dije cuando me entregó la caja
—Espero que te guste, era de tu madre. Ese vestido lo llevó la primera vez que nos conocimos, fue en una fiesta allá por el 1997. Tu madre iba preciosa y era la joven mas bonita que había visto en mucho tiempo, allí me enamoré de ella y me gustaría que tu lo llevarás hoy a la fiesta, me haría mucha ilusión.
—Lo llevaré encantada, papá, pero ¿cómo sabes que hoy voy a una fiesta? —Le pregunté intrigada
—Me lo ha dicho Axel, va a pasar a recogerte dentro de... ¡20 minutos! asique arreglate rápido.
Subí a mi cuarto y estiré el vestido sobre la cama, era precioso. Tenía un color rojo vino brillante y llamativo, aunque parecía un poco corto, pero me daba igual. Supongo que me lo pondré con mis converse blancas, ya que no me gusta nada llevar tacones y tampoco tengo ninguno.
Me dispongo a aplicarme un poco de corrector en las ojeras, pero por lo visto, ni el corrector es capaz de quitarlas. Después me aplico mi rímel favorito para darle mas volumen a mis pestañas, las tengo muy largas, pero muy caídas, y el toque final, ¡un poco de colorete!
Ahora toca el pelo, gracias a dios ya esta medio seco, ventajas de tenerlo corto. Cogí las tenacillas y empecé a hacerme ondas de medios a puntas, espero convertirme en una maestra de las tenacillas, porque siempre acabo quemándome y haciendo algunas ondas irregulares. Y ¡listo! Es hora de ponerse el vestido.
—Papá, ¿puedes venir y subirme la cremallera del vestido? —Grite desde mi cuarto
—Por supuesto, ahora mismo voy. —Me contestó
Cuando mi padre abrió la puerta, su expresión era algo nunca visto, se quedó sorprendido y boquiabierto al verme con el vestido de mamá.
—Cariño, estás guapísima, ojalá tu madre te pudiese ver. —Me dijo mientras se acercaba a la cremallera del vestido para subirla. —Ya está.
Después de que papá me subiera la cremallera, cogí mi bolso blanco favorito de chanel, metí las llaves, la cartera, un pequeño perfume y el móvil. Ya estaba todo listo y me sobraban 3 minutos antes de que Axel me recogiera en su nuevo coche, era un Mini Clubman rojo precioso y parecía ser muy acogedor, según me ha dicho.
Axel, como de costumbre, llamó dos veces al timbre y golpeo una vez la puerta, dice que es su manera de hacerse saber, de saber que es él y no otra persona.
—Buenas noches señor Miller.
—Buenas noches Axel, ¿preparados para la fiesta? —Preguntó mi padre con una sonrisa en la cara. —¡Por supuesto! —Respondió Axel con entusiasmo
—¡Wow Brooke! Estás realmente preciosa, me gusta.
—Muchas gracias Axel, era de mi madre —Axel se quedó confuso — el vestido, digo.
—Pues que buen gusto tenía la señora Miller.
Después de hablar sobre el vestido de mamá, le di un beso a mi padre y a Bailey y nos dirigimos a su coche, a su nuevo coche.
—Este coche es ¡una pasada Axel! Es muy de tu estilo y si que es acogedor —Dije entre risas. —Me alegro de que te guste, me ha costado mucho encontrarlo ya que todos los que vendían tenían unos precios muy altos, pero un amigo de mi padre lo encontró a un precio razonable y aquí estamos.
—Mira en la guantera del coche —Dijo Axel
Cuando abrí la guantera vi que tenía un montón de discos pero el primero de todos era el disco de "ABBA" y me hizo mucha ilusión, ya que Axel y yo somos unos fans de ABBA y de Mamma Mia.
—¡ABBA! Axel porfa porfa, ¿puedo poner el disco? —Dije emocionada
—Pues claro que si boba, por eso lo he puesto el primero
Investigue un poco como funcionaba el reproductor de CD's y conseguí introducir el disco, la primera canción que sonó fue "Dancing Queen" es mi favorita, siempre me hace bailar y cantar.
—¡You are the dancing queen, young and sweet only seventeen! —Cantamos a la vez Axel y yo.
Diez minutos mas tarde ya habíamos llegado al lugar de la fiesta, era la casa de Dylan Evans, el ser mas arrogante que puede existir, tiene buena fama porque sus padres son los dueños de una gran empresa y tienen mucho dinero. En primaria solía tirarme del pelo y burlarse de mi, pero no le daba mayor importancia.
Diana me dijo que ya nos veíamos en la fiesta, que ella llevaba a Delila.
Antes de bajarme del coche, observé el jardín, que estaba lleno de adolescentes y vasos de bebida, estaba todo hecho un desastre, por suerte, esa no era mi casa y menos mal, no me quiero ni imaginar como sería tener que recoger todo ese estropicio. Justo cuando ibamos a llamar al timbre, nos abrió la puerta Dylan, medio borracho diría yo.
—Hey, ¡pero si es la señorita Miller y su acompañante Axel Lewis! Pasad, pasad, esto no ha hecho mas que empezar. Por aquí tenéis la bebida, por allá un sofá donde la gente se lo monta y ahí fuera tenéis el jardín y la piscina. Au revoir.
Todo esto parecía tan... absurdo. La gente ya estaba borracha y no eran ni las 11, las bebidas casi todas acabadas y la gente estaba tirada por cada rincón de la casa, tenía la sensación de que iba a ser la fiesta mas aburrida a la que iba a asistir jamás.
Mientras ojeaba el ambiente, vi que Hunter también había asistido a la fiesta y como no, estaba rodeado de chicas, muy propio de él, en cambio sus amigos estaban mas dispersos en la fiesta, pero borrachos. Según he oído, Hunter era de las pocas personas de la fiesta que no bebía.
—¡Axel! ¡Brooke! —Gritó Di desde la cocina
—Hola chicas —Dije. — Estáis preciosas las dos.
—Buenas, señoritas —Dijo Axel con cortesía —¿Os preparo una copa?
Y las 3 dijimos que sí, ¡incluso Delila!
Cuando Axel nos trajo nuestros ron cola bien cargados, nos dijo que ahora volvía, supongo que iría a saludar a alguien o algo por el estilo, en cambio, nosotras tres fuimos a dar una vuelta por la casa, bueno, mejor dicho a cotillear la casa. Subimos al piso de arriba y lo primero que vimos fue una vidriera enorme, llena de objetos de gran valor, como utensilios de oro o joyas valoradas en mas de 12000 euros. Después de ojear la vidriera, vimos una habitación con la puerta cerrada, nos pareció algo extraño ya que todas las habitaciones tenían la puerta abierta, tal y como nos contó Dylan. Quizás abrir esa puerta sería un gran error, pero como no, ninguna de las 3 nos pudimos resistir..
- Chicas.. ¿estáis seguras de que es buena idea abrirla? — Susurró Delila
- Vamos tias, ¡a ver a quien pillamos en la habitación! — Dijo Di justo antes de abrir la puerta y encontrarnos a...
-¡¿AXEL!? —Gritamos las 3 sorprendidas
Axel, muy avergonzado, salió de la habitación junto con nosotras para explicarnos lo que estaba pasando
-Chicas yo...
-¡¿TU!? ¡Tu estas enamorado de los chicos Axel! —Dijo Diana llamando la atención de unas cuantas personas que había por allí
-Vale si.. me habéis pillado.. nunca os lo dije, porque no sabia como ibais a reaccionar, ya sabéis lo que le pasó a Zack cuando salió del armario.Zack era de los chicos mas populares del Lancaster. Solía venir todos los días a clase con su novia Avery, una chica rubia de bote que lo único inteligente que salía de su boca era preguntar que hora era. Hasta que un día le pillaron en los baños besándose con uno de un curso menos, Oliver, creo que se llamaba. Desde entonces fue el hazmerreír de todo el instituto por el simple hecho de ser gay, durante meses, después, nadie supo de él, supongo que se cambio de insti o algo por el estilo.
-Axel, somos tus amigas, nosotras jamás te juzgariamos —Dijo Delila con un tono dulce
-Lo se, lo se.. os prometo que os daré una explicación pero ahora mismo... —Dijo Axel entornando los ojos hacia "su chico"
Entonces las tres asentimos, cerramos la puerta y bajamos abajo, a ver que se cocía
-Bueno chicas, la pitonisa se las pira a jugar un beer pong —Dijo Diana en dirección a la mesa de pin pong que se encontraba en el salón
-Yo... yo creo que me voy a ir yendo a casa, mañana madrugo y no quiero irme muy tarde a dormir, lo siento Brooke —Dijo Delila mirando la hora
-Pufff... Está bien, avísame cuando llegues a casaSolo había pasado 1 hora desde Delila se fue, Axel seguía con el chico misterioso y Diana estaba ya por los suelos, era increíble, ¿cómo lo conseguía? Como conseguía ponerse tan borracha, hacer amigos y no preocuparse por cómo llegará a casa, si le pillarán sus padres o si llegará al coma etílico. Entonces mi mano, seguida de mi pensamiento, cogió un vaso de plástico y se lo llevo a la boca. ¡Agh! Qué es esto, sabe muy fuerte, pero está rico, quizá si me tomo otro... ya no note tanto ardor...
Fue una mala idea.Eran las 02:00 am, todo me daba vueltas, las luces me molestaban mucho y la gente no paraba de gritar, ¿qué estaba a pasando? De repente todas las luces se apagaron y pude ver con claridad, era la poli, mierda
Entonces, 2 manos me agarraron de la cintura y acto seguido me taparon la boca
-Shh! No digas ni una palabra Miller —Susurró una voz un tanto seductora y masculina
-¿Qué ha pasado? —Dije antes de caer al sueloA pesar de estar medio inconsciente noté como aquel chico me cogió a hurtadillas y salimos por la parte trasera del jardín hasta su coche, montamos y me llevo a casa, a su casa.
¡Joder, joder, joder! Por qué no llevo los pantalones y por qué esta no es mi cama. No quería mirar a mi lado, pero allí estaba, el temido y querido Hunter, a mi lado, ¡en calzoncillos! No me puedo creer que lo hayamos hecho, no puede ser
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Antes de quererte
RomanceBrooke es una joven alegre y risueña de 17 años que va a empezar el año que viene en la universidad, lo que no sabe es que este verano lo cambiará todo. Por otro lado tenemos a Hunter, el querido y temido Hunter, amado por todas las chicas del insti...