Capítulo 4: Un Nuevo Campeón

35 5 28
                                    


 La Forja de Tormentas, es el rito final para convertirse en un Maestro de la Tormenta del Clan Cazamareas, los aspirantes suben al monte más alto de la isla y durante una Tormenta eléctrica forjan su arma mientras son azotados por lo elementos, aunque cuentan con una forja a carbón para el trabajo inicial, La Forja de Tormenta consiste en hacer el templado del arma alzando esta al cielo, que reciba el impacto de un relámpago, e inmediatamente después sumergir el arma en agua para llevar a cabo el templado, de allí un lema popular en la Orden "Como estela celeste que recorre el firmamento. Como destello zafiro que surca lo mares, allí donde la Tempestad y las Mareas se encuentran, Siente su justicia", este procedimiento podría matar a cualquiera con el impacto del relámpago por eso solo lo pueden realizar los aspirantes que hayan establecido un profundo vínculo con los elementos.

 Entonces aquel día llegó, los que estaban preparados para someterse a los elementos recorrieron el camino al monte para reclamar su destino, la mayoría de la clase se encontraba allí, mientras subían y suaves gotas caían sobre el grupo Sam le dijo a Seijuro.

- Gracias, creo nunca hubiera llegado a este punto sin tu ayuda.

- Creo que yo podría decir lo mismo, gracias hermano.

- Sabes, me siento muy confiado en este momento, gracias a que hemos trabajado tanto en la herrería creo que podré forjar una hoja excelente, cuando regresemos te devolveré el favor ayudándote con Shune... Hermano.

- ¡Oye!... ¿Lo dices enserio?

- Jajaja, claro que es enserio, mira ya casi hemos llegado.

 Enfrente a ellos en cima del monte se hallaba una pequeña edificación la cual solo tenía tres paredes, dentro se encontraban varias forjas y todos los materiales que necesitaban para la fabricación de sus armas. Todos se dirigieron a aquel lugar y buscaron los materiales que necesitaban, luego cada uno tomó un barril y lo colocó fuera para que se llenara con el agua de la lluvia, en esas aguas se templarían sus armas. Mientras calentaba y daba forma al metal la lluvia se intensificó fuera de aquella edificación y una voz habló a la mente del joven Arluck.

- "Te he estado observando joven".

La voz habló en un todo grave y contundente que inspiraba respeto.

- ¿Quién ha dicho eso?

- Nadie ha dicho nada ¿Estás bien? si no te conociera diría que el calor te afectó.

Respondió Seijuro con cierta preocupación.

- Si... Estoy bien creo que no fue nada, continuemos con nuestro trabajo.

Dijo Sam relajando un poco su expresión y volviendo al trabajo.

- "Te he estado observando, Samuel Arluck, hijo de Thaddeus Arluck, te he visto progresar bajo la tutela de tu Maestro, he visto tu determinación, tu nobleza, tu valor"

- Oye Sam, ¿Te encuentras bien?

Seijuro dijo esto, pero su amigo no respondió, estaba inmerso en sus pensamientos.

- "Ha llegado el momento que reclames tu destino, joven".

Sam quien ya había terminado de dar forma a su hoja salió de aquel lugar para ser bañado por las gotas que caían, sus compañeros parecían intentar llamar su atención pero era inútil, él ya no tenía el control, alzó su arma al cielo y antes de que esta fuera impactada la voz habló nuevamente.

- "Tú que has demostrado ser digno de mi fuerza, recibe el poder de la tormenta, los océanos te obedecerán, las aguas te oirán, la tormenta será tu hogar y los rayos y centellas se postraran ante ti, ahora que sin saberlo has forjado un arma ancestral te otorgo el honor de ser mi campeón".

El Despertar de los Elementos Vol 1. El Ascenso de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora