Ghost love

DESCUBIERTA

Desperté tranquila como todos los días, bajé a desayunar y después de un rato escuché que habían tocado la puerta así que fui a ver, me asomé por la mirilla y vi a mi vecina menos favorita, ya estaba arreglada, lo que se me hizo curioso en ella y más a esta hora. Abrí la puerta y decidí atenderla, si tenía suerte solo sería un visita rápida.

- Buenos días vecina
¿Qué la trae por aquí?

- Niña hay muchas cosas que platicar

(Terminó diciendo mientras se abría paso y entraba a mi casa)

- Espero que hayas puesto el té

- Claro, adelante, pase (dije con algo de sarcasmo)

Volteé y ella ya iba hacia la cocina, pero dí unos pasos apresurados y le bloqueé la entrada.

- Por favor no se moleste. Ahorita yo llevo las cosas al comedor, usted es una invitada. Valla y tome asiento en donde guste.

- Bueno, ya que insistes.
Solo lo te tardes, así tendremos mas tiempo para poder hablar.

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- ¿Dos de azúcar?

- Si, gracias.
Sabes muchacha, te he querido preguntar, y no es que me fije en los demás, ¿Por qué no estás cambiada aún, si ya es tarde?

- ¿Tarde? (Miro el reloj, Dios mío, tenía razón. ¿Cómo es que me desperté a esa hora? No lo entiendo, ¿Habrá sido por lo de ayer?, Pero si no llegué tan tarde a casa, o si?...)

- ¿Estás bien hija?

- Amm, si. Disculpe el que no la haya podido atender con otra ropa, eso es lo que ayer no me dormí a la misma hora como de costumbre.

- Que bueno que tocas el tema muchacha.
Ayer en la noche logró escuchar unos gritos en la madrugada, y ya sabes cómo soy y no me dejarás mentir al decir que yo siempre me preocupo por el vecindario (ser chismosa es una forma de preocuparse, ¿no lo sabían?), así que me levanté y me asomé por la ventana para ver si alguien estaba en peligro, pero lo único que presencié fue tu llegada molesta y ajetreada a tu casa.

(¡Maldición!, Ahora odio más ese encuentro, además de dejarme un mal sabor de boca, ahora mi "vecina favorita" sabe que llegué tarde mi casa iba a querer que le explique las cosas. Ni a mi madre le doy explicaciones ahora)

- Lamento mucho lo que vio y el haberla despertado.

- Las disculpas no me van a regresar mi tiempo de sueño perdido. Cuando llegaste aquí creí que habían quedado claro nuestras reglas de vecindario, esas reglas nos han llevado una gran armonía y tranquilidad. No me lo tomes a mal pero no creo que logremos soportar mucho de tus ideas revolucionarias, cómo es venir a vivir sola, e imprudencias.
Pero tranquila, sé que no se repetirá y como no llevas mucho con nosotros, se pasará por alto de este incidente.

- ... No sé qué decir, en verdad...

- No es necesario que digas algo, ya que confío que ahora si estarás enterada y sabrás tomar bien tus decisiones.

- Claro que sí, tómelo por seguro.

- Muy bien, me alegro que nos hayamos entendido