La familia Malfoy viviendo como... ¿Muggles?

8.- El Caldero Chorreante

Si a Draco Malfoy le pidieran su opinión sobre cómo era trabajar en aquel lugar llamado "Caldero Chorreante", él sólo diría una palabra...

¡ASQUEROSO! ¡BLASFEMICO! ¡UNA COMPLETA DESHONRA! ¡UNA PERDIDA DEL TIEMPO!

Bueno, tal vez tenía más una palabra, pero ese no es el caso aquí.

El problema radicaba en que cada día, a las cuatro de la tarde el jodido trío de oro se reunían en ese lugar para hablar de yo-que-sé y que la cara rajada de Potter y su amigo el Míster zanahoria se reían de él cada vez que lo veían pasar por una de las mesas, atendiendo y sirviendo a los demás magos y brujas. Draco estaba así, así, de putearles la madre, pero después recordaba que Harry no tenía madre y se le pasaba.

Ese día, como todos los benditos días, el trío de oro llegó a la misma hora y se sentaron en el habitual puesto. Draco soltó un largo suspiro para después poner su falsa y cordial sonrisa mientras se encaminaba hacia ellos, maldijo mentalmente a su compañero squib por haberse enfermado ese día.

–Bienvenidos al Caldero Chorreante, ¿En qué les puedo servir? - Habló lo más amable que pudo.

–Oh, sí - Habló la zanahoria - ¿Hay algo por aquí llamado dignidad? - La risa de él y su amigo Potter no se hicieron tardar.

–Ron - La única racional que parecía ahí era la sangre su- “No, no, la hija de muggles”.

Hace unos días había insultado a una hijo de muggles llamándolo sangre sucia y el castigo fue rebajarle el salario a la mitad durante el siguiente mes, no podía tener otro mes más con un sueldo aún más miserable del que ya ganaba.

–Lo siento... - Empezó a hablar Draco llamando la atención del trío de oro quien lo miraba con deje de sorpresa a lo que él sonrió de lado - No creo que la palabra "dignidad" entre en el vocabulario de un Weasly, más bien diría que tienen falta de ella - Ignorando la mirada furiosa del pelirrojo y a la castaña quien evitaba que se le lanzará encima, miró a los ojos a su nemesis desde siempre - Podrás ser el "Salvador" del mundo mágico, pero aquí sólo eres un cliente más. Si quieres que tus amiguitos y tú sean tratados con respeto, entonces también deben de tratarme con respeto.

Y sin más, se dio media vuelta yendo hacia otra mesa ignorando el berrinche del zanahorio, la mirada furiosa que la castaña le daba a su amigo y al conmocionado Potter.

—¿¡Respeto!? - Espetó Ron - ¡Ja! Le sirvió a quien-tú-sabes y exige respeto.

—Él tiene razón - El comentario de Harry hizo callar a su amigo.

—Dije que tiene razón - Miró a sus dos amigos - La guerra pasó y los Malfoy están siendo castigados por lo sucedido, no hay razón para seguir tratándolo mal.

—Pero Harry...

—Pero nada Ron, Harry tiene razón, no hay razón para tratarlo mal.

Y con un refunfuñido de Ron y una mirada de aceptación de Hermione, Harry llamó nuevamente a Draco con educación, para esta vez pedirle amablemente, el menú del día.

Y tal vez, sólo tal vez, Draco no les iba a escupir la comida de cada uno ese día.