Capítulo 12

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Me despierto con un brazo sobre mí y me resulta un tanto extraño ver a la profesora Zahir durmiendo todavía en la misma posición. Su cabello cubría su hermoso rostro, pase lentamente mis dedos para quitar unos cuantos mechones y ponerlos a un lado para poder observarlo mejor. La cobija estaba completamente de mi lado, dejándola descubierta.
Me acerco a Zulema y la cubro lentamente para no despertarla. Sentía que estaba en un sueño y solo sabía una cosa, no quería despertarme.

—¿Ya despierta?.— escucho como susurró, asiento con la cabeza mientras cierro los ojos, todavía tenía sueño.

—Uhm,  todavía es temprano.— murmuro.

Zulema puso su mano en mi cintura, tirando de ella.

—Profesora Zahir...— hago una pausa antes de continuar, y levanto la cara con los ojos cerrados.
—Lo que pasó aquí... ¿se quedará aquí?.

—Dependerá de ti.— siento su mano subir a mi cara y acariciarla suavemente.—Y si te lo mereces...

—¿Y si no me lo merezco?.—me muerdo el labio y me siento para mirarla mejor.

—Ah, no seas ingenua.— soltó una breve risa y después se acercó dejando nuestras caras pegadas. —Ve a prepararte para disfrutar tus últimas horas aquí ¿sí?.
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17:15

No puedo creer que terminé encontrándome con los labios de mi profesora otra vez, les habíamos ordenado a los estudiantes que pusieran las carpas en esa pequeña pieza que estaba en medio de los árboles y, justo después de que todos se fueron, solo escuché que la puerta detrás de mí se cerró y Zulema se acercó. No pude evitarlo, sus labios eran adictivos. Ella sabía lo que estaba haciendo y también sabía la sensación que me causaba.

Después de eso, caminamos hacia el autobús y por unos minutos me senté con Annie. Algunos estudiantes tuvieron que irse antes de los tres días, así que encontramos lugares en el primer piso.

—Le, ¿te aplicaste lápiz labial?.— Annie preguntó, y encontrando su pregunta extraña, sacudo la cabeza rápidamente.

—No uso lápiz labial, es una locura...— puse mi mano sobre mi boca y recuerdo que besé a Zulema, que llevaba lápiz labial de un color rojo.—¿Está muy manchado?.— saqué el teléfono de mi mochila y accedí a la cámara.
Annie, sin entender nada, solo me miraba mientras me pasaba la camisa por la boca.

Se levantó de su asiento y miró alrededor en busca de alguien, la tomé del brazo y la volví a sentar.

—Acomódate.— rodé los ojos y bajé la cabeza mordiéndome el labio con fuerza. ¿Cómo no me había dado cuenta?.

Traté de acomodarme para dormir hasta que llegaramos a la escuela, pero fracasé miserablemente cuando Annie me dio un codazo.
—Alguien te está mirando.

Levanto la cabeza y no veo a nadie sospechoso.—¿Qué?.—suspiro y veo a Marcel parado frente a nosotras queriendo sentarse con Annie. Bufo sacudiendo la cabeza. — Busca otro asiento, no me iré de aquí.

Estaba a punto de ver mi teléfono justo cuando veo a alguien entrar por la puerta del autobús y dirigirse al segundo piso. Agarro mi mochila y subo sin pensarlo dos veces.

Zulema se da la vuelta y se sienta, me voy acercando lentamente, pero pronto me detengo cuando nuestros ojos se encuentran de nuevo.
Con una pequeña sonrisa por mi parte, me siento en el asiento delantero y me doy vuelta mirando a la profesora.

—Hum...— señaló la comisura de mi boca y Zulema levantó las cejas.
-—Aquí está manchado.— susurró.

—¿Y por qué será?.

Oh, my teacher. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora