thanks for the meal! ; sanegiyuu

ii

"no puedo creer que hayas reprobado ese examen" el tono de enfado de la mamá de sanemi atravesaba completamente cualquier barrera física. a pesar de ella estar tras un teléfono, la casa estaba inundada por su intimidante tono de voz. "en el sentido que no quiero que genya y tú se parezcan, son iguales. ¿qué tiene de difícil estudiar un poco más?"
la señora shinazugawa iba a continuar quejándose de la irresponsabilidad de ambos de sus hijos pero, claramente, sanemi no iba a ser quien iba a escuchar eso. con la pobre excusa de 'tener que ir al supermercado' cortó la llamada y retomó su trabajo de holgazanear en el sofá.

de repente, un pesado libro aplasta el estómago del joven con tanta fuerza que le hace pegar un salto. ese libro no podia provenir de otro lado mas que las manos de obanai, quien soltó una carcajada tras ver la reacción de su amigo.
"¿y esto?" fue lo primero que dijo sanemi, sin siquiera mirar el libro, aún atontado por el dolor que le causó el pesado objeto.
"exitoso chef a los 21: la vida de giyuu tomioka." obanai se acercó al sillón mientras recitó el título del libro que había lanzado previamente.

"¿me trajiste esto porque quieres que lo rompa y lo haga una parrillada? si es eso, dile a tengen que él se encarga de las bebidas." la poca paciencia de iguro se estaba acabando. negó con la cabeza y tomó asiento junto a su compañero.

"ese chef con el que peleaste hace unos días es un prodigio. leyendo su biografía noté dos cosas importantes, aunque se contradicen." iguro hizo una pausa y tomó el libro en sus manos. "la primera es que vas a odiar a este tipo."
"¿no es eso obvio?" sanemi sonrío mientras cruzaba sus brazos. "¿que otra cosa notaste además de esa obviedad?"
"noté que si tienes a este tipo de amigo, te convertirías en alguien mucho más productivo y agradable." obanai miró a su amigo con seriedad y la expresión burlona de sanemi cambió al darse cuenta de que el chico de las serpientes que siempre era sarcástico, estaba siendo totalmente serio y, se estaba preocupado por él. "quiero que te hagas amigo de ese chico, creo que él es lo que mas necesitas en estos momentos de tu vida."

"¿bromeas?" sanemi se levantó del sofá y comenzó a dirigirse a un paso apresurado hacia la puerta. "voy a salir, no me busques."
"lo hago por ti, sanemi. eres mi amigo y no me gusta verte mal." obanai se dirigió a su amigo a un paso lento.
"¿ahora te preocupas por mi? ¿por qué nadie me deja vivir mi vida en paz? nunca les importo hasta que hago algo mal." sanemi se había enfadado pero también estaba triste, la única forma de evitar que las lágrimas cayeran a chorros era huyendo del problema, como siempre lo hacía. tomó sus llaves y salió del departamento a un paso acelerado. caminando sin siquiera ver la dirección a la que se dirigía.

sanemi caminó por varios minutos sin rumbo, su mente estaba llena de comentarios negativos y no sabía a donde ir para sentirse a gusto.

¿una iglesia? no, sería un poco hipócrita de su parte ir a un lugar así luego de todas las terribles cosas que dijo e hizo.

¿la casa de alguien? no, todos sus amigos le van a dar la razón a obanai y no quiere seguir peleando.

¿la escuela? no, esta cerrada a esta hora.

sin muchas mas opciones, sanemi caminó hacia el distrito de comidas. donde los mejores y mas baratos restaurantes se encontraban. sus pies entraron con rapidez a su cafetería favorita, ordenó una galleta y un café con leche. esperó dentro, observando a la gente caminar por las largas avenidas del distrito. de repente, una cara conocida ingresa a la cafetería y camina hacia el mostrador de la cafetería.

"¿profesor ubuyashiki?" quien había ingresado era su profesor de secundaria y un reconocido filósofo, ubuyashiki kagaya. tras reconocer al joven que le había llamado por su título, ubuyashiki se dirigió a la mesa de sanemi. tras preguntar si podia tomar asiento, ambos tuvieron una pequeña charla sobre el pasado, sus años como profesor y los años de sanemi como estudiante en la secundaria.