Capítulo 1

27 7 4
                                    

La emoción corría por mis venas y la ansiedad es parte de mi hace dies minutos, dies largos e interminables minutos que me hacen cuestionar y pensar lo peor ¿Y si no viene? ¿Que les diré a ellos? Talves esto fue un mala idea.

Mi vestido bailotea al ritmo del viento, el rojo de este podría ser comparado con el de mis mejillas fácilmente en este momento, tanto como la facilidad de recibir miradas que tiene la persona qué a largos pasos se acerca a mí. Sería interesante saber porque, pero creo que cualquiera puede suponerlo.

Si fuera otra otra ocasión tal vez me sentiría insuficiente para llamar su atención o siquiera mirarle, pero debo admitir, mi autoestima últimamente ah subido y que haya pasado tres horas completas arreglandome en casa de Lydia me reconforta.

Me eh cuestionado a mi misma una y otra ves el para quién me eh arreglado en realidad, si para el, para ellos, o para mi misma.

Esos ojos verdes a un par de metros de mí son mil veces más brillantes y misteriosos que en las fotos que me enviaba al chat.

El mismo por el cual luego de largas y casi ininterrumpidas charlas por más de un mes acordamos lo que se podría ser la peor y más falsa primera cita. La presencia de tus padres en una cita no es mejor idea de cita. ¿Verdad?

Charlas repletas de risas y sarcasmo me hicieron notar la compatibilidad con esta persona, la cual rápidamente entro al círculo cerrado de mi vida con tan solo un par de personas a las que llamo amigos. Si bien se me considera alguien bastante social y divertida la realidad es otra, en mi colegio es mejor que todos crean que les caes bien y piensas como ellos.

Dejo de recordar y pensar en otra catástrofe de mi vida para centrar mi atención a quien se acerca tranquilamente a mi.

Me cuesta pensar como esa persona ah aceptado todo esto y como ese ser que se ve tan frío a lo lejos es un bromista y bastante sarcástico chico. Las apariencias siempre engañan.

Lleva una camisa roja que se podría decir hacer jugó con mi vestido, unos vaqueros negros algo ceñidos pero no demaciado y unas Vans a la par, es alto, delgado, en su rostro no hay atisbo de barba y su cabello podría jurar que hace apenas unos días estuvo en manos de un peluquero.

Algo que llamó mi atención fueron sus afeminados y filosos rasgos, lo que lo hace ver simplemente más apuesto que en las fotos.

Cuando sus ojos hicieron contacto con los míos, sentí algo, como si esas perlas verdes ya hubiesen estados asi frente a mí, pero estoy segura qué recordaría. Después de todo, estar en una colegio sólo para "señoritas" o como gusta llamarlas "perras ricas" provoca que cada chico en tu vida sea recordado.

En un momento quise derretirme y mojar mis bragas cuando una hermosa sonrisa salió de sus labios. Y a tan solo un par de pasos de mi pronuncia dudoso y con un toque de diversión mi nombre.

—¿Mariana? —Su vos es profunda y dulce, provoca que una sensación extraña, imágenes y sonido de una risa viene a mi como si de un deja vu se tratara. Ignoro esto totalmente y pongo mi atención en el chico que me mira atento.

—¿Francis? — imito su acción y me vuelve a sonreír entendiendo. Cualquier abismo de incomodidad en el aire se esfuma en ese momento y una risita se escapa de nuestros labios.

— Eras menos linda en las fotos, ¿Eres una de esas que muestra fotos falsas? — puedo sentir la diversión antes sus palabras de puro sarcasmo así que solo le respondo con una carcajada, aunque mis mejillas toman un ligero color rojo cuando un tu también eres más lindo en persona viene a mi mente — o vamos, es mi sueño, nunca me han secuestrado — dice y hace un pequeño puchero.

Juraría que el calor y el nerviosismo de estar sola en pleno parque de hace un rato ya no es lo que me causa el sonrojo, sino lo mucho que me río, incluso me hace olvidar que un chico así me está viendo reir como una payasa.

En el camino a casa de mis padres - la cual no es mi casa desde hace un par de meses, cuando decidí mudarme a una casa con 3 roomis ya que quedaba a 10 minutos de mi universidad y no hora y media en coche - nuestras risas y comentarios sarcásticos cubrieron cualquier silencio. Sentía que conocía completamente a la persona delante de mi aunque fuera imposible.

—entonces llegamos a casa de tus padres, me presentas como tu pareja, cenamos ¿y  luego nos vamos? — pregunta recordando nuestro plan

— error — le digo junto a una risita y me mira con atención esperando que le diga en qué se equivocó.

¿La verdad? En nada, eso es lo que habíamos acordado, le comenté en una de nuestras tantas conversaciones sobre mi vida, el que mis padres querían que les presentará a alguien por primera vez teniendo en cuenta que en mis 19 años nunca lo había hecho y el se ofreció a hacerlo, no pensé que nuestra primera cita sería el cuando lo haríamos, pero al contarle la pequeña mentirilla de que tenía pareja a mi madre, insistió en invitarnos a cenar el primer día que tuviéramos libre.

— y luego iremos por helado de postre para salir del "hermosísimo" ambiente de mi casa— dije resaltando la palabra "hermosísimo". Le había advertido del carácter de mi padre que solía ser hostil y el de mi madre que solía ser metiche e incómodo.

Mis padres siempre fueron un pareja muy contradictoria, mi madre es una persona vivaz y alegre en cambio mi padre a pesar de que siempre ah sabido demostrar que en el fondo me quiere, aveces hizo falta en mi adolescencia un padre más comprensivo. Aunque bien, me convirtió en lo que soy a día de hoy, así que debo agradecer en parte.

Después de una aceptación de su parte al hecho de ir por helado no tardamos más de un par de cuadras para llegar a nuestro destino.

En ese momento, frente a esa hermosa puerta de madera por la que había entrado y salido una y otra ves tantas veces, por primera vez no sabía que me esperaba dentro, todas las conversaciones sobre esa cena y mi supuesta pareja habían sido vía chat por lo que no sabía cómo iban a sorprenderme está vez. Mis preguntas me llevaron a un breve recuerdo de la primera ves que traje una amiga a casa, mis padres montaron casi una fiesta, ella había venido a almorzar, mis padres llamaron un chef profesional para que hiciera langostas y algunas otras cosas que no recuerdo, para el postre había una torta con las escrituras "gracias por ser mi amiga" ese día me sentí super avergonzada y mi amiga se sintió igual, pero mis padres creyeron que hacían lo mejor, como siempre dicen  "lo mejor para mi hija".

Francis nota mi incomodidad y posa su mano en mi hombro intentando darme apoyo

—tampoco es un monstruo, no tienes que tenerle miedo, es tu madre— intenté dedicarle una sonrisa por su comentario pero todo lo que me salió fue algo parecido a una mueca de desagrado

El río de mi reacción, estiró su mano y tocó el timbre con una facilidad envidiosa, mi triste metro con 55cm nunca estuvo de mi lado y en varias ocaciones, principalmente en mi niñez, tocar timbres era mi tormento y mis inteligentes padres nunca lo pensaron al colocar el timbre tan alto.

La puerta en segundos fue abierta y fuimos recibido por la señora que me dio la vida, mi madre. Ella vestía como siempre, elegante pero cómoda, su cabello como de costumbre estaba pintado de un rubio bastante pálido, su cara bastante bien preservada para sus 45 años de edad y estaba algo cubierta por maquillaje.

—Hola, mami —

—————————————————————————

Uy Uy Uy que será que habrá preparado la fantástica mami para esta vez

Sugerencias y críticas son bienvenidas siempre y cuando carguen con el debido respeto ♥️

Hasta pronto espero :3

bye bye ~

A Por TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora