KyungSoo estaba bajo la ducha del mayor. Estaba tan inmerso en sus pensamientos por culpa del hidromasaje que no se dio cuenta de cómo la puerta se abría ni como alguien se colaba detrás de él. Aun que tampoco se sobresaltó al notar unas manos agarrándole de la cintura y unos labios dejando besos por su cuello.
Kris mantenía los ojos cerrados, empezando a subir una de sus enormes manos hasta uno de los pezones del chico, empezando a pellizcarlo y a torturarlo con la yema de los dedos mientras que la otra mano iba al miembro del chico, envolviéndolo y empezando a acariciarlo con suma lentitud. De los labios del menudo no tardó en salir un suave suspiro.
—Kris...
—¿Hm? — El mayor seguía torturando al menudo con ambas manos, comenzando con pequeños mordiscos en el cuello. — ¿Qué pasa...?
—Estaba duchándome...
—Lo sé... Pero estas en mi casa, desnudo, en mi ducha, y yo quiero hacértelo ahora mismo.
Las mejillas del menudo se tiñeron de rojo, mordiéndose el labio inferior antes de gemir con suavidad cuando este empezó un masaje mayor en su miembro, algo que le hizo arquear la espalda.
Kris sonrió para sus adentros, le encantaba esa hermosa voz que era la de su chico cuando gemía sólo para él y por él. Para ese entonces, ya tenía una erección entre las piernas. Haber tenido más de media mañana al menor, solo en bóxers con una de sus camisetas que le venían grandes, pero aun así, podía notar a la perfección ese trasero que tanto le agradaba, le había producido demasiado dolor en su miembro. Así que ahora no iba a librar de hacerle suyo.
Llevó ambas manos a las nalgas del chico, y tras abrirlas colocó su miembro erecto entre ellas para empezar a entrar, de forma lenta hasta la última estocada, notando como el menor se tensaba por ello y sollozaba levemente. El chino se inclinó, repartiendo besos y caricias por su abdomen y cuello, mirándole de reojo antes de sonreír levemente.
—M-Me has hecho daño...
—Sh... Calma... Sabes que gozas igual...
—I-Idiota...
—Te amo.
Kris aprovechó que el menudo giró la cara para besar sus labios con pasión, metiendo su lengua en la boca del chico para degustarla después de horas sin hacerlo. Empezó a moverse, con rudeza y el menudo no pudo evitar llevar las manos a las baldosas de la ducha, inclinándose hacia delante para que el más alto le agarrara de la cintura y le ayudara a los movimientos de entrada y salida de su interior.
Las paredes de KyungSoo apretaban deliciosamente el miembro del mayor el cual empezó a hincharse más dentro de su cuerpo. Kris escuchaba ese delicioso sonido de sus cuerpos chocando bajo el agua, añadiendo los hermosos gemidos del menor.
—¡K-Kris...! ¡A-Ah...!— Gemía KyungSoo mientras se mordía los labios con fuerza, jadeando levemente por sus embestidas.
—Así, pequeño...— La voz de Kris era grave, demasiado, mientras sus dedos se apretaban en sus caderas para tenerle más pegado a su cuerpo.
Deslizó una de sus manos al miembro del chico, el cual estaba ya duro. Así que empezó a masturbarle con ansias mientras se inclinaba un poco para morder su espalda, sin dejar de entrar y salir de su cuerpo.
El menudo se tensó, y Kris supo que había dado en aquél delicioso punto que tanto placer le daba. KyungSoo gritó con suavidad al notar como el miembro del chico ahora se movía rozando su próstata, sin llegar a salir de dentro de él.
—Se que te gusta... Vamos... No te reprimas...
Kris sonrió tras empezar a escuchar esos soniditos que dejaba escapar el menor de su garganta, por el placer que le producía, pero ya empezaba a sentirse al límite. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que probó lo estrecho que estaba el menor. Así que en algunas embestidas rudas más, y tras un fuerte cosquilleo en el abdomen, terminó por llegar al orgasmo, gruñendo como un animal mientras que de fondo, llegaba esa dulce música que eran los gemidos del menudo que había llegado segundos después.