VI. A

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“Nos atormentan sentimientos que no merecen la pena sentirlos”

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“Nos atormentan sentimientos que no merecen la pena sentirlos”

— ✵ —

Todo ocurrió rápidamente. El enfermero ayudó a Rain a que se incorporará en la silla de ruedas.

Ella se quejó comentándoles que no la necesitaba pero ninguno de los dos hombres la escuchó. La subieron a la primera ambulancia que encontraron.

Como mínimo tardaron dos horas hasta llegar a ese centro. Un hombre, más bien joven los esperaba en la entrada.

Ayudaron a la chica a bajar de la ambulancia y se presentaron delante de esa enorme casa. Cuando Rain se fijó en aquel chico se paralizó, se le congeló la sangre. No podía creer lo que veían sus ojos. Otra vez aquella misma mirada de preocupación.

Los dos hicieron contacto visual haciendo que se reconocieran mutuamente.

—Buenas Rain, mi nombre es Vito, encantado —sonrió el chico—. Él es el agente Root —presentó a otro joven que se posicionaba al lado del este.

—Encantada —masculló.

—Vito, tengo hambre —se quejó de repente una niña que apareció detrás del chico.

—Ella es Mily otra chica que acogimos —informó Vito—. Mily ves a enseñarle la habitación a Rain, y te preparo algo ¿Vale?

—Vale —sonrió la chiquita.

Rain quiso llorar. Ver esa niña hizo que se acordará de su infancia. La joven pudo notar una pizca de miedo en la niña, sus movimientos eran temblorosos y su mirada distante.

Las dos se adentraron en aquella enorme y blanca casa. El suelo chirriaba y una suave brisa corría por todo ese espacio. Una sensación cálida y familiar invadió a la joven.

Extendió su mano tocando con la punta del dedo aquellas rugosas e irregulares paredes, y se pasó todo el camino del pasillo admirando aquella pulida madera por la que caminaba.

—Esta es tu habitación —dijo la pequeña mostrándole un cuarto grande y bien iluminado.

—Gracias —susurró sonriendo a la pequeña.

—Es bonita.

—Sí —afirmó Rain—. ¿Cuántos años tienes?

—Tengo diez, entré hace dos semanas, siento si me mostré distante aún no me acostumbro.

—No te preocupes soy la primera que finjo.

—¿Y tú? ¿Cuántos años tienes? —pregunta curiosa Mily.

—Diecisiete.

—Eres muy guapa.

—Gracias —sonríe la joven—. Tú también.

—Me caes bien —dice Mily tumbándose en la cama.

Rain se acercó a ella y se tumbó a su lado. Las dos miraban fijamente el techo. Hacía décadas que no se encontraba tan bien con alguien. En ese momento no estaba fingiendo, tampoco se sentía ni oprimida ni deprimida, en ese instante se sintió fugaz.

—Mily, ¿me dejas hablar con la invitada? —pregunta alguien desde la puerta.

La niña se incorpora y responde con un sí, se levanta y se despide de la joven, dejando así a Vito y a Rain solos.

—¿Cómo te encuentras?

—Mejor.

—Dean, bueno, el agente Root te hará unas preguntas, y llevará tu caso —informa el chico.

—Vale.

—¿Crees que te sentirás cómoda aquí?

—Mejor que en mi casa segura —respondió ella.

—Buenas —irrumpe una voz.

—Dean, pasa —responde Vito.

—Gracias. A ver Rain, voy a hacerte unas preguntas y las grabaré ¿Vale?

Ella lo mira y afirma con la cabeza.

—Di tu nombre completo y tú edad por favor —dice el policía apretando el botón de grabar de la grabadora.

—Mi nombre es Rain Jessica Evans y tengo diecisiete años.

—¿Cómo te sientes, o cómo te has sentido estos años?

La joven se quedó callada durante un minuto. Necesitaba encontrar las palabras exactas para describir su dolor, pero no las consiguió encontrar.

—Me sentí... mal. Cada día desde que tengo uso de razón me despertaba con miedo, miedo a morir ese día. Luego me dormía y tenía pesadillas. Las culpas, la agonía y el dolor en el pecho jamás cesaron, me sentí perdida durante años y como que no encajaba en este mundo, era la pieza que sobraba. Me consumia una y otra vez, me rompía detenidas veces y me odiaba a mi misma por no ser valiente —dijo abatida.

—Mencionaste, culpas, ¿Qué culpas?

—Estuve presente en una muerte y fui la primera en presenciar el cadáver de un suicidio. Mi madre y hermano me echaron la culpa de las dos muertes —paró para coger aire—. Yo no maté a mi abuela, era mi mundo, y a mi padre lo maté involuntariamente, yo no quería, solo intentaba protegerme, ese día iba más bebido de lo normal y me persiguió por la casa e intentó matarme, no sabía qué hacer y lo empujé y chocó contra una lámpara de pared y murió desangrado. No avisé a la policía hasta que dejó de respirar, soy horrible —se derrumbó ella.

—No eres horrible, te estabas protegiendo —intervino Vito.

—Nada justifica mis actos Vito —se quejó ella—. Soy un monstruo y no tendríais que ayudarme.

—¿Cuántos años tenías cuando murió tu padre? —preguntó Dean.

—Nueve.

—¿Cuál es tu mayor miedo? —preguntó Vito de repente

Ella miri a Dean, pero él hizo un gesto diciéndole que contestase

—Mi mayor miedo... Supongo que mi temor en la vida es...

[continuará...]

— ❅ —

¡Buenas!

Dios míos este es el único capítulo que reescribí con muchos cambios, literal en esta edición aparece Mily lo cual antes no existía 😂

¿No les parece tierna?

Ah Vito y Dean ayudarán a nuestra protagonista ❤️

¿Cómo creen que acabará esta historia?

Wey ya solo queda un capítulo 🙈

¿Ansiosos?

Canción | anesthesia - alec benjamin |

Los re amo ❤️

Letras de una chica de cristal #1© [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora