Es en un mismo tiempo un día negro
y una noche resplandeciente.
Voy por un camino vasto e inmenso
donde lo lejano es poco visible,
Sólo unos pocos árboles y esculturas decorativas
se presentan claramente definidos.
La brisa hiela los dedos de las manos
pero las palmas se mantienen calientes
y el pecho arde.
Quizás demasiado.
La niebla tomó control de la noche así como del arte
formando una escena de puntillismo en el horizonte
y una Luna gris.
Me pregunto si es por el alcohol o mi sombra se volvió más sólida.
Cruzo en el momento que la luz se vuelve roja
Admitiendo que la noche no me quiere ver morir,
Sabiendo que estoy en esos momentos
donde mi condena parece desvanecerse.