Capítulo 2

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Yoshiko dio un bostezo sintiendo la penetrante mirada de su, ahora, maestro. Por su puesto para ella eso era en regla porque ni loca iba a considerar alguien así como su 'mentor'.

Ya habían pasado un mes desde que entró al castillo y se convirtió en guardia real. Desde su última visita a los aposentos de la princesa, no volvió a escuchar nada sobre el supuesto torneo que se celebraría para elegir al escolta de la princesa.

En ese mes, había compartido algún que otro encuentro furtivo con su princesa gracias a You o a la chica mandarina.

Yoshiko odiaba estar a solas con Chika, le parecía extremadamente estúpida e impulsiva. Además, ya había tenido el placer de conocer a su mascota, Mikan. Y como la volviese a ver, haría una buena fogata teniendo como plato principal lagarto a la brasa.

—¡Tsushima!

Yoshiko dio otro bostezo lo que animo al hombre a acercarse con su estoica mirada y todos los aprendices, incluidas You y Kanan, dieron un paso hacia atrás asustados.

—¿Eh, ya hemos terminado?— el rostro del hombre se encendió de un rojo vivió y Yoshiko torció la cabeza con falsa inocencia.

Debía admitirlo, era graciosos llevar al límite la paciencia de ese hombre.

—¡TSU-SHI-MA!— el peli gris gruño entre dientes haciendo énfasis a cada silaba de su apellido, y antes de que nadie pudiera intervenir Dragspear la sentenció.— 200 VUELTAS AL CASTILLO, 300 FLEXIONES Y 500 ABDOMINALES. TODAS ELLAS CON UN PESO MUERTO A CUESTAS.

—¿Solo eso?— una ceja azul se levantó; jamás iba admitir que eso era exagerado hasta para él, por su orgullo.

En vista a la terquedad que ambos mostraron, You intervino llevándose a Yoshiko entre empujones y protestas.

—Teniente yo me ocupo de que Tsushima cumpla.— You sentía sus piernas temblar y para ella era todo un misterio que Yoshiko no se sintiera igual de intimidada.— ¡Yousoro!

You la jalo hasta uno de los cerezos del campo de entrenamiento y la empujo una vez fuera del alcance de Dragspear. Yoshiko tuvo que cerrar los ojos por el impacto, pero cuando los abrió, unos ojos azules la miraron con enfado.

—¿Qué?— preguntó con la misma indiferencia que mostro en el entrenamiento. Yoshiko entrecerró los sus ojos ciruelo.

—¡Estas loca!— las pupilas de la peli azul rodaron de inmediato y You sintió ganas de golpearla.— Veo que después de un mes sigues sin entenderlo.— el tono de voz de You era duro, no era nada común en ella salvo por pequeñas excepciones quizás.

Lo usual habría sido aguantar una riña con el tono agudo de la ceniza escuchándose como la voz en off que sonaba distante en la cabeza de Yoshiko cuando no le interesaba el tema, pero esta vez era distinto.

—¿Y qué?— otra pregunta monótona y You se revolvió las hebras ceniza desesperadamente.— Oh, vamos. Tampoco es como si me fueran a echar, soy la mejor.— Yoshiko hincho pecho con orgullo, en su rostro se podía leer la arrogancia a kilómetros.

—Cree lo que quieras Yoshiko.— violeta y azul chocaron con fuerza. Una ráfaga de viento paso entre ellas, meciendo la tela del uniforme bajo un corto silencio mutuo.— No importa que tan buena seas, si no muestras una actitud correcta jamás te aceptaran en la guardia.— Yoshiko chasco la lengua, lo único que había cambiado en You era ese rostro serio, y ella se había gastado su tiempo en nada.— Estas siendo una carga para Riko-chan.

Finalmente, ahí estaba.

You se había atrevido a decir lo que por muchos días gritaron sus ojos. Yoshiko apretó la mandíbula y la agarró del cuello del uniforme, levantándola del suelo e intercambiaron posiciones. You pudo notar el brillo asesino en los ojos de su compañera, pero no se inmuto y puso su mano encima de las de Yoshiko. Sentía como poco a poco ésta la presionaba más y más contra el árbol hasta el punto de dificultarle la respiración.

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