Es sábado a la noche me acuesto ya pensando en cómo será el partido. Llegó el domingo, me levanto temprano y me pongo a preparar el bolso, las medias, las vendas, canilleras y cuando tengo ganas limpio un poquito los botines.
Desayuno y parto para la cancha, en el camino voy imaginado jugadas o situaciones de juego donde convierto un gol y lo voy a festejar con la tribuna donde están mis padres, llego al club muy concentrado, nervioso por el juego, saludo a mis compañeros y pasamos directo al vestuario. Ahí es donde las charlas, los juegos y las burlas se acaban, todos concentrados y motivados esperando que el técnico de la charla y nombre el equipo.
Llega el momento de entrar a la cancha, después de haber calentado, estamos en el tunel, nos alentamos, nos motivamos y salimos. Esa sensación de cuándo salís a la cancha y te olvidas del mundo por 90 minutos para hacer lo que más te gusta es lo mejor. El partido puede empezar con mucho roce, esos me gustan mucho ya que siempre alguna patadita podes dar para calentar más el encuentro.
Siempre trato de concentrarme lo mas posible, lo juego sin presión, confiado por qué se que mis compañeros me apoyan en cada jugada y yo a ellos. El partido termina, a pesar de que el resultado fuera positivo o negativo, me voy conforme conmigo mismo y con el equipo porque damos todo en la cancha, me dirigo al vestuario para cambiarme, despido a mis compañeros y al técnico.
Nos vemos el martes a las 7 muchachos...
ESTÁS LEYENDO
El fútbol es más que un deporte
Krótkie OpowiadaniaEs un breve relato de como vivo el fútbol