¡Gracias por hacerme feliz! (Editando)

Adiós abuelo James.

Muchas gracias por la comida, para cuando leas este mensaje sabrás que Diego no se encuentra conmigo, debido a que, aunque te lo hubiese dicho, no pusiste la necesaria atención. Ahora que entiendes esto sabes quién soy, te escribí para recordarte que me puedes visitar todos los domingos junto con tu amiga, no me caería mal de vez en cuando que alguien que tenga sus alas abiertas  en el mundo hablase un poco conmigo y me contará qué tal las cosas afuera. Mi nombre es Larry.

-Como olvidar ese nombre, pero que idiota es al pensar que no me grabo nada en la memoria. - Pensó para si Rebeca.

- ¿Qué es amiga?

- ¿Aquí dice que debo de visitar todos los domingos, a quien, me puedes explicar eso?

-Lo había olvidado amiga, discúlpame. -Tienes que ir a ver a un chico a la cárcel para que yo pueda saber algo de "Mi amorcito".

-Primero hablaremos con el bicho raro de James.

-Está bien vamos hablar con él.

-Segura que aquí no nos miran. -Contesté lleno de pasión a la enfermera.

-Solo hazlo y no te detengas. – me tienes en estado crítico con la suavidad de tus manos. Respondió excitada.

-No puedo hacer esto, no puedo aprovechar cualquier situación para complacer mis deseos. -Pensé para sí.

- ¿Que pasa Diego?

Abrí la puerta del baño para volver a la camilla.

-Idiota, me dejo empezada. -Dice Rebeca con cierto disgusto.

-Abuelo necesitamos hablar contigo.

-Creo que ahora no podemos, voy a salir con mi mujer, acompañarla a sus compras. -Apúrate querida, se nos hará tarde -Gritó el abuelo desde el césped de la casa cuando los ojos de Rebeca reflejaban rabia.

-Mira ese viejo es al que tenemos que matar, te bajas de la moto y le pegas sus pepazos, no vayas a fallar porque esta vez no puedes sacar la excusa de que eres tuerto.

Se oye una moto venir hacia los oídos del abuelo, Rebeca y "Mi amor".

-Espérenme un momento, iré ayudar a mi esposa con el peinado, se le complica un poco. -Se echó a reír su nieta junto con una carcajada que este deja salir.

-Tienes que controlarte amiga. -Le mira con una sonrisa.

La moto se oye cada vez más cerca. El abuelo James da unos cuantos pasos hacia la entrada de la casa y se oye un estruendo.

- ¿Y esos quiénes son? -Comenta Rebeca viendo descender a unos tipejos de la moto con cascos en su cabeza.

-No lo sé.

Las dos observan como uno de ellos saca un arma de su pantalón y si dirige hacia el abuelo.

- ¡Abuelo corre! Es Rebeca gritando. -Abuelo... Exclamó "Mi Niña"

James gira para ver que sucede e inmediatamente recibe unos tiros a quemarropa en su pecho, y por último, uno en su cráneo. El individuo corre y se sube para emprender su camino. Dicho suceso hace quedar en shock a Rebeca y a su amiga, solo ven cómo se derrumba lentamente hacia atrás el abuelo y padre de una de ellas. Observan cómo se alejan y unos segundos después acuden al lugar donde quedaron muchos recuerdos y secretos por volver y resolver.

- ¡Despierta abuelo, abuelo no me dejes, un médico, una ambulancia...! –

- ¡Querido! ¿Qué fue lo que paso aquí?

Lloró el alma y cada fibra de sus seres.

En otra ciudad.

-Debe ya de estar el viejo muerto. -Comenta el jefe de una organización de delincuentes.

-Eso es lo que se merecía por meterse en sus asuntos Señor.

-Cállate imbécil o también quieres que te mate. -Contesta con mucha tranquilidad y una sonrisa en su asqueroso rostro. -Eso es por no haber aceptado lo que te propuse en tu mediocre barco y por lanzado a mi hijo hacía el mar James. -Susurra con su pipa en las manos.

Después de haberme enterado de la muerte del abuelo, recurrí a la enfermera para decirle cuantos días me quedaban de hospitalización. Tenía que salir lo más pronto posible, su muerte tenía que ser vengada.

Un mes después. Nuevamente reunidos.

-Por fin estamos bien, gusto en verte Diego nuevamente, y a ti Saimon. Expresó con alegría en su rostro Torres.

-Ahora tenemos que verle la cara a Larry quien seguramente debe de estar muy intranquilo y en muchos problemas. Frunce el ceño Saimon.

-Recuerden que aun no sabemos si quien nos dejó inválidos por un tiempo sigue tranquilo, tenemos que darnos nuestro lugar y hacer que nos respeten. Comenté para todos en la patrulla, la cual nos llevaba de regreso a nuestras celdas.

Al llegar...

-Mira que sorpresa me da verlos de nuevo, díganme ¿Se divirtieron?

Estábamos siendo acogidos con un abrazo, hasta que Larry se lanzó hacia Saimon y este enseguida le proporciona un puño.

-Casi nos matan imbécil y te muestras tan repugnante, no solo es por eso, también te lo mereces por haber dicho que mi cobija olía a mierda. -Todos nos echamos a reír.

De regreso en nuestras camas compartimos todos aquellos días en el hospital, no mencioné sobre la enfermera que conocí.

-Tenemos que eliminar a cada una de las personas que nos han hecho tanto daño, teniendo en cuenta que, debemos pasar por desapercibidos. -Expreso ante todos.

Todos se echaron a reír en cuanto dije aquello.

- ¿Has escuchado el poder del habla, Saimon? -Pregunté repentinamente.

-Un poco, en tus escritos me conmueves, si eso es válido, confirmó que el habla tiene poder.

-Exacto, tenemos que hacer de nuestro lado a Juan, el es quien menos tiempo pasará en este lugar, debemos hacernos sus amigos, para que cuando nosotros estemos afuera, o uno de nosotros, ya haya cosas resueltas por Juan. Juan será nuestro último objetivo.

-Me gusta lo que dices, por fin algo interesante. -Respondió Larry desde su camarote. -Si a todos nos beneficia ser sus amigos, entonces lo seremos, tengo que acabar con el maldito que provocó la muerte de quienes me criaron, por su culpa ellos ahora están muertos.

-Yo tengo que acabar con quien asesinó al abuelo James  ¿Y ustedes con quién van a exterminar Saimon y torres?

-Terminaré con mi vida. Contesta Saimon estúpidamente.

-Y porque no te suicidas ya. -Dice Larry en un tono gracioso ocasionando una risa hasta que las tripas nos dolieran.

-Lo haría, pero tengo que investigar unas cosas.

- ¿Qué cosas?

-No preguntes tanto Diego, es tarde vamos a dormir. Recomendó Saimon.

-Eres un completo aburrimiento Saimon, raro y...

-Cállate Larry. -Interrumpí. ¿Y qué harás tú, Torres?

¿Que creen que hará Torres?

¿Si les esta gustando la historia?