Mía de Nuevo

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Mía de nuevo

Justo después de la guerra.

A pesar de haber sobrevivido a la mordida de Nagini, Severus Snape no terminaba de asimilar que tenía otra oportunidad para vivir. Su debilidad física producto del ataque, lo mantenía relegado a la cama de hospital, donde durante meses se vieron signos de mejora física, mas no mental, sino hasta después de un año, cuando le fue posible ser dado de alta.

Dos años después de la guerra.

Hermione vivía con la familia Weasley en la Madriguera. Mantenía una relación con Ron desde la victoria.

Él la seguía a sol y a sombra; aparentemente era el novio más tierno y fiel, pero algo había cambiado en Hermione desde el momento que dimensionó las consecuencias de la guerra. Los sentimientos que había desarrollado por Ron ahora le parecían cursis, casi irreales, como si un día hubiera despertado y tuviera la obligación de amarlo. Por supuesto, ella aún se sentía rebasada por la situación, imposible imaginar no estar bajo la protección y el cuidado de los Weasley, porque así como de un momento a otro su corazón se volvió frío, también aprendió a apreciar lo que tenía, y entre lo más importante estaba aquella familia. Con la pérdida de sus padres se dio cuenta que no tendría otras raíces, ahora los Weasley y Harry eran lo único que Hermione poseía.

Ella estaba a punto de entrar al comedor de la Madriguera, cuando escuchó la voz de Ron.

—¡Estoy muy nervioso, quiero que todo sea perfecto...! O puede que lo mejor sea esperar...

—No le veo el caso a esperar, Ron —Harry hablaba muy entusiasmado por sus amigos—, si de verdad la amas, deberías preguntarle, ¡ya!

—¡Yo sé, Harry, pero tengo miedo que no esté segura! ¡La verdad... no creo que ella sienta lo mismo por mí! —era muy obvio que a pesar de tener toda la intención, la voz de Ron hacía evidente el miedo que lo invadía.

—No creo, Ron, no estuviste para ver su reacción cuando desapareciste mientras buscábamos los Horrocruxes —Harry se expresaba con voz paternal

Hermione recordaba ese momento tan lejano, como si hubieran pasado años y no meses.

—Harry... No quiero saber la respuesta de lo que estoy por preguntarle —Ron titubeó mucho y Hermione, aun sin verlo, supo que estaba abriendo y cerrando la boca como pescado fuera del agua, intentando sacar las palabras de su boca—. Harry, después de la guerra... tú y Ginny... ustedes... ¿Han estado... juntos? Tú sabes a lo que me refiero y no me hagas repetirlo.

Un silencio se hizo durante varios segundos.

—Ron, de verdad, estás... No quieres saber...

—¡No, Harry, no quiero! —dijo, casi en un chillido— ¡Pero necesito saber si soy yo, es Hermione, o es el mundo entero quien tiene problemas!... Solo, responde la pregunta —suplicó.

Hermione ya sabía la respuesta a esa pregunta. Ginny se escabullía casi a diario después de medianoche, cuando creía que los demás estaban dormidos. Ya imaginaba para dónde iban encaminadas las preguntas de Ron.

—Sí, Ron...Ginny y yo estamos juntos casi todas las noches —era obvio que Harry se sentía culpable por contarle esto a Ron.

—Harry... ¿Y cómo reacciona Ginny ante eso? ¡Ugh, me da mucho asco preguntarte, pero mi única referencia en este tipo de situación, la tuve con Lavender y ella reaccionaba a mi presencia muy diferente a como lo hace Hermione!

—Mmmh... —Harry se escuchaba claramente incómodo— No sé a qué te refieras, Ron. Pero estoy seguro que Ginny la pasa igual de bien que yo. No creí que tú y Hermione tuvieran problemas de ese tipo.

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