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-¡Ya es tarde! -exclamó Rin mientras rebuscaba entre su halajero la peineta que utilizaria esa noche.

Estaba preocupada porque la peineta había sido un regalo de parte de Sesshomaru cuando habia regresado de un viaje corto hace unos meses. En los últimos días el demonio la había proclamado como su mujer no solo ante Jaken y los subditos de su palacio, sino que desde humanos hasta demonios bajos y de rango alto sabian de su existencia.

A muchos les daba curiosidad como es que el demonio más fuerte e imponente de la actualidad había designado como su mujer a una humana; aunque ella sabía defenderse por los años que había permanecido al lado de la anciana Kaede ésta le había enseñado muchas cosas sobre arqueria y purificaciones, convirtiendola practicamente en una sacerdotisa.

Pero ella no ostentaba ese título, ella solamente queria a Sesshomaru en su vida, al principio cuando él la rescato del imperio donde la tenian en contra de su voluntad habia sido extraño la cercania que él empezaba a tener con ella.

He de aclarar que no le molestaba, se sentia protegida, pero más que eso, amada, cuando se entrego a él se habia sentido plena y llena de una felicidad que nunca había experimentado antes.

Esa tarde, se llevaria a cabo una celebración en nombre de las hijas de Sango y el monje Miroku, todos estaban muy emocionados, Rin habia recibido una invitación por parte de Sango quien la habia ido a ver junto con Kagome, a Sesshomaru no le importaba pero de igual forma había sido invitado por Inuyasha, y Rin lo habia convencido de que fueran a celebrar aunque sea un rato con ellos.

-¿Es esto lo que estas buscando? -una voz la hizo sobresaltar.

Giro a ver quien era, Sesshomaru estaba recargado en la puerta, mientras le pasaba la vista de arriba a abajo, entre sus manos llevaba la peineta que estaba buscando. Se acerco hacia ella mientras deslizaba la puerta para cerrarla.

-¿Porqué la tenias tú? -le preguntó mientras se sonrojaba, aún era extraño tutearlo, incluso después de que él mismo fue el que se lo había pedido.

-Te la iba a poner en cuanto bajaras, pero tardaste mucho.

-La estaba buscando -sonrio Rin.

Sesshomaru la miro a los ojos.

-Te ves hermosa -sonrio éste.

Rin se sonrojo.

-Y tú te ves muy guapo -agacho la cabeza.

El kimono azul con blanco que llevaba Sesshomaru le resaltaba su ancha espalda y combinaba con sus hermosos y platinados cabellos.

Sesshomaru gruño sensualmente mientras se agachaba y escondia su cabeza entre su cuello y su pelo, sus labios iniciaron a dejar pequeños besitos por todo su cuello mientras la temperatura de Rin iniciaba a elevarse; la lengua del peliplata pronto inicio a recorrerla hasta llegar al borde del kimono azul cielo con flores rojas y rosas que llevaba, lo movio solo un poco para que sus labios pudieran empezar a besar su clavícula.

-S-Sesshomaru... ah... llegaremos tarde -gimio mientras pasaba sus brazos por sus hombros.

Sesshomaru volvio a gruñir contra su clavícula haciendola temblar en éxtasis.

-Nadie lo notara si nos retrasamos un poco -dijo el peliplata mientras se levantaba y con sus largos dedos tomaba gentilmente a Rin de las mejillas para que lo mirara en la cara.

-¿Cómo estas tan seguro de eso? -repuso ella mientras levantaba una ceja.

Sesshomaru la miro a los ojos y ella sintio como sus piernas empezaban a temblar, la agarro de la cintura y la pego a él mientras sus labios se encontraban, el beso empezo lento, tranquilo. Rin disfrutaba cada caricia que Sesshomaru le propiciaba y le hacian sacar gemidos en medio del beso.

Cuando Nadie Mira  /2da. Temporada/ ||Sesshomaru & Rin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora