Prólogo

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La lluvia parecía interminable a mitad de la noche, sus ojos estaban clavados en ella, esperando la reacción antes sus palabras, cuya fuerza había navegado a lo más profundo de su corazón, dejándolo lastimado.

Cuando por fin dejó de fluir el tiempo sin sentido, llegó la reacción, echó a correr del lugar sin mirar atrás, como si no hubiera un mañana, sin pensar que al día siguiente volvería a ver sus ojos azules.

Sentía como la fuerte lluvia cada vez impactaba sobre su rostro y sentía que ardía.

Escuchó su voz gritarle en medio de la incesante tempestad. Pero no miró. Sabía que no debía hacerlo, no quería una explicación, no quería un motivo, solo quería desaparecer todo lo que había desarrollado por él desde que lo conoció, solo quería que esa emoción llamada amor hubiera pasado desapercibida en su vida, porque ahora sentía el quemar de sus palabras.

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