Parte 1

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Hace mucho tiempo en cada nación existía reyes, reinas princesas y príncipes quienes gobernaban cada país, sin embargo con el paso de los años muchos de los pobladores y ciudadanos de los países cansados de la mala conducción de cada rey armaron revoluciones para que no existiera más las injustas por parte del reinado.

En la actualidad son pocos los países que mantienen ese reinado como el caso de Mónaco el rey Jean Gottlieb y su reina Estefany dieron a luz a la princesa Cailyn todos los ciudadanos de aquel país estaban contentos con la nueva llegada del miembro de la familia real.

Al otro lado del mundo un país muy conocido y grande como Estados Unidos un millonario con muchos años de edad y su esposa joven que parecía ser la hija o nieta de esta unión procrearon a su primer primogénito entre los dos, el bebe creció en una cuna de oro su padre dueño de muchas empresas y hoteles les daba a sus hijos los mejores lujos, sin embargo su último hijo era el que más adoraba, por lo tanto lo llenaba de mucha riqueza durante su toda su infancia inculcándole que todo se movía por dinero y que las amistades tenían que ser para crear convenios para enriquecerse mas y el amor no existía, el pequeño fue creciendo con esa ideología de su padre.

Los años fueron pasando y la princesa Cailyn crecía en gracia y elegancia a sus cortos 15 años, ella participa de muchos eventos en la que tenía asistir con sus padres y su pequeña hermana de 10 años de edad, todo parecía tan perfecto en su vida, pero la realidad dentro del palacio era distinta, su madre Estefany le exigía que siguiera una serie de normas y protocolos en cambio su padre era el que menos le exigía.

-Princesa Cailyn su reina madre la espera abajo- su sirvienta de la muchacha se inclinaba mientras esperaba una respuesta de la princesa

-gracias te puedes retirar- dijo la joven mientras se dirigía a la puerta

Cuando bajo la joven, su madre la esperaba  afuera en una mesa del jardín mientras tomaba su té, al ver a su hija sonrió, la joven se sentó al frente de su madre

-Dime madre que desea hablar conmigo- mientras decía una de la servidumbre se acercó y colocó en la mesa otra taza de té para la joven.

-hemos recibido una carta de invitación para la cumbres que se va realizar en Estados Unidos-

-¿Esos no es asunto de mi padre?- preguntó la joven al no saber lo que se refería su madre

-si son asuntos de tu padre el rey, sin embargo en esta invitación incluye a toda la familia por lo tanto tienes que asistir con nosotros- su madre no le gustaba la idea que su hija tuviera que participar en estos eventos

-Está bien madre, eso es todo lo que me tiene  que decirme- preguntó la joven al ver que su madre aún parecía incomoda con el tema

-sí, espero Cailyn que tú comportes como la próxima reina de este país- su madre la inspeccionaba a su hija ante lo que había mencionado

-por supuesto madre, hasta ahora no he tenido ningún comportamiento fuera de los protocolos-dijo la joven algo molesta

-eso espero- tomando un sorbo más de su té, su hija se retiró sin probar una sola gota del té y molesta por la desconfianza que tenía su madre hacia ella.

Cuando llego a su habitación la joven se echó a llorar estaba cansada que toda su vida estuviera regida, no podía ser nada de lo que haría una chica común a su edad, mas que dar discursos, asistir a eventos aburridos y seguir una serie de reglas, si alguien pensaba que su vida era muy feliz por lujos y todo eso, estaba equivocado su vida apestaba y lo único que deseaba era escapar de esta cárcel de oro.

De pronto alguien tocaba su puerta, sacándola de sus pensamientos y  limpiándose las lagrimas se levantó de la cama y alisando su vestido preguntó –si ¿quién es?-

-soy Kelly- dijo desde afuera de la puerta

Sonriendo Cailyn contestó- pasa- la pequeña hermana paso a su habitación y al verla con los ojos un poco hinchado de su hermana

-¿Qué te ha pasado?, ¿has estado llorando?- preguntó Kelly

-no hermanita, solo que me entro un poco de alcohol de la colonia a los ojos- sonrió la joven, su hermana más contenta asintió

- Cailyn, no sabes ayer cuando salimos de la escuela un chico muy guapo me entrego esto y es para tí- dijo con una gran sonrisa y sentó en la cama de Cailyn uniéndose a ella la joven sonrió

-me puedes entregar por favor- dijo la joven con una sonrisa borrando todo rastro de tristeza

-Sí, pero después me dice lo que dice- dijo la pequeña mientras le entregaba la carta a su hermana

Querida Cailyn

Mi corazón late más rápido cada vez que te miro, cada vez que oigo tu voz, sueño con un beso tuyo y, aunque quizás no sea sano, debo admitir que es la sensación más extraordinaria que he tenido en toda mi vida.

Tú llenas mi mundo de alegría, me erizas la piel, haces que mis manos suden y que mis labios no sean capaces de ocultar una magnífica sonrisa, y eso solo me hace entender que me he enamorado como un niño y que estoy al borde del delirio por causa de tu amor.

Si caigo en la locura, será tu culpa, pues no hay razón que controle a este corazón.

Te amo.

A través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora