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Caminaba sobre los charcos que creaba la lluvia, aquellos me hacían pensar, algo que nunca hago pues era más de actuar que otra cosa, pero con todos los acontecimientos golpeando mi cuerpo hacia al vacío, debía hacer pensar a las dos neuronas que quedaban en mi cerebro.
La situación parece irreal, por lo que aún no lo asimilo de forma completa, sólo miraba mi reflejo a través del agua para ver el estado anímico que se veía en mi rostro, todo parecía correcto, sin rastros de lágrimas desbordando por mis mejillas, sin las gotas de sangre que anunciaban por salir de las heridas que provocaba en mis labios, sin el sufrimiento que cada día almacenaba en mi interior para que nadie pudiese ver el horacio triste, débil.
Miré como un vehículo policial se detenía adelante mío, mi estómago comenzó a hormiguear por la felicidad que sentí al pensar de quien se trataba, volkov siempre se preocupaba por mi, y ahora que me encontraba bajo el llanto del cielo, se pensará que me podría resfriar y se quedaría todo el día cuidándome.
Soy tan iluso.
-horacio, entra al auto ahora -el comisario greco abrió la puerta del copiloto y me hablaba desde su asiento que me acercara, yo desilusionado pero no sorprendido le hice caso, caminando sobre el piso mojado, rezando por resbalarme y quedarme plasmado en el frío suelo, que al menos era más cómodo que mi apartamento. -¿qué coño te sucede?, volkov está bastante ocupado para atender estas situaciones...
Acolché mi mejilla en el ventanal para mirar las nubes abrazándose entre ellas, aunque estuviesen tristes, tenían a alguien para apoyarse incluso aunque el resto estuviese de igual estado, sentía celos de ellas, yo por más que me rompiese, sabía que el cuerpo del chico a quien más amo, no estaría para pegar las piezas.
A veces me pregunto, ¿por qué tuvo que ser él?, ¿por qué no greco o algún otro policía de alto rango?, no entendía si fue una especie de prueba para combatir mi dependencia, o una venganza por parte del que yo consideraba un padre, todo era tan confuso, y mi corazón no daba a basto para tantas preguntas.
-horacio, no te sientas mal -su voz era incómoda, intentaba sonar lo más natural posible, pero no podía por más que quisiera, y aquello me hizo sentir un poco mejor, eso daba a entender de que al menos alguien se preocupaba por mi. hace mucho tiempo no hablábamos, desde que me encerré en mi burbuja depresiva que no entablaba conversación con algún policía. -volkov tendrá tiempo libre mañana, ¿vale?, su superior ha decidido darle descanso.
Giré mi vista hacia sus ojos, quienes se encontraban intactos en la carretera mojada, por un momento había pedido que sus ruedas perdieran el control y el auto se volcara sólo un poquito, pero el chico no tenía la culpa de todo lo que estaba pasando, así que deshice esa tonta idea de mi cabeza. Intenté mostrarle una sonrisa aunque no me estuviese viendo, pero lo único sincero que pude hacer notar fue mi mueca temblorosa y un sonido de mi garganta que pedía un desahogo a base de sollozos.
-ho- horacio, hombre, no llores.
Mis manos tiritaban y se aferraban a mi jeans empapados, igual a como lo hacían mis sentimientos a el último recuerdo que tenía con el comisario, en donde nos tomábamos de la mano y caminábamos por el parque en las afueras de nuestro apartamento, hablando sobre nuestro futuro como policías, sobre nuestra vida.
Sobre nosotros.
¿Cómo se un día para el otro, todo aquello rompió?, ahora apenas habían roces de manos, no sentía su calor transmitirse por debajo de las sábanas, no lo besaba ni a los buenos días, ni cuando llegaba en las madrugadas. Aquel chico de cabello grisáceo quien me cantaba un opening como alarma, ya no era el mismo, y todo por el maldito ascenso que le dieron.
-horacio, me estás poniendo muy nervioso.
¿No podía empatizar conmigo por miedo a perderle?, ¿acaso no se enteraba que yo día a día sufría amenazas de muerte?, y aún así tocaba la puerta de su despacho, invitándole una cena acompañada de un buen vodka para aflojar el trabajo, ¿y ahora qué?, sólo pide que no le moleste con cosas fuera del trabajo, que yo corría peligro si me veían con él a mi lado.
-greco, déjame en comisaría, necesito atender algunas denuncias -hablé luego de unos largos minutos, me había decidido en lo que haría en mi próximo turno.
Carraspeó tembloroso, intentando que sus ojos no se desviaran de su punto principal. -a ver, escúchate primero -el volante giraba torpemente y sentía que los autos chocaban de forma leve con el nuestro, decidí guardar mi espacio, ya no quería ponerle nervioso. -estás con la voz quebrada, no puedes trabaj-
-que me lleves ahora o me bajo del coche.
No dudó un segundo en pisar el acelerador y cambiar de dirección para llevar lo más antes a mi destino, él sabía lo que era capaz por el chico a quien mas he amado en mi vida, así que le agradecí que fuese rápido en reaccionar y cumplir mi petición.
Volvería a tener a volkov en mis brazos, cueste lo que me cueste.
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bueno, esto será un fic un tanto corto que tenía planeado hace unos meses, espero que les guste :(<3