Capítulo 22

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   Aquella mañana comenzaron a prepararse para salir. Robaron combustible de autos que encontraron estacionados en las calles, acomodaron las provisiones y repasaron sus planes. Todavía no sabían si irían directo al centro o si irían a salvar a Virgo, Tauro, Capricornio y Escorpio. Estuvieron evitando aquella conversación mientras hacían los preparativos, sabiendo que probablemente no sería una decisión fácil. O salvaban a los demás, o se salvaban a ellos. Y estaban asustados. Sin importar por cuanto habían pasado, o que tan poderosos fueran, seguían teniendo entre dieciséis y diecinueve años, algunos a penas podían considerarse adultos, y otros todavía eran adolescentes. Ninguno estaba preparado para todo lo que les estaba pasando, pero no tenían otra opción más que avanzar. 

   –Bueno –dijo Aries, cuando todo estuvo listo– ¿Qué vamos a hacer?

   –Votemos, es lo más justo –sugirió Libra–. Levanten la mano los que quieren ir directo al centro –Géminis, Leo, Acuario y Sagitario levantaron la mano–. Levanten la mano los que quieren salvar a los demás –Piscis, Cancer, Aries y Libra levantaron la mano.

   –Un empate –dijo Leo– ¿Qué hacemos ahora?

   Aries parecía estar a punto de saltarle a la yugular a alguien, pero Cancer se le adelantó. Solo que no atacó físicamente, sino mentalmente. 

   –Sagitario –dijo, metiéndose en sus recuerdos hasta que no le quedó absolutamente ningún secreto– ¿Qué harías si Aiden fuera el que estuviera pudriéndose en una celda, temiendo por su vida? –él agachó la cabeza, por primera vez en su vida, no tenía palabras– Leo ¿Qué harías si fuera tu hermana la que está ahí? ¿O Géminis? O al revés, Géminis ¿Qué harías si fuera Leo quién estuviera ahí? –giró hacia Acuario. Recordaba lo mucho que odiaba que le leyera la mente, pero no fue necesario– ¿Qué harías si yo estuviera ahí? 

   Nadie habló por un rato. Era muy fácil abandonar a alguien que a penas conocían, pero todo cambiaba cuando alguien que amaban estaba en esa posición. 

   –Esta bien –dijo Leo–, vamos a salvarlos.

   Subieron a las camionetas y aceleraron a fondo, intentando no preocuparse mucho por el peligro que los esperaba. No sabían a qué se tendrían que enfrentar, pero ya no había vuelta atrás. 

   Aries no podía parar de moverse en su asiento. No habían dejado que condujera porque sería "un peligro para la humanidad". Pero no hacer nada tampoco la estaba ayudando. Si no tenía nada para distraerse solo podía pensar en lo que pasaría cuando llegarían, lo que no hacía más que aumentar su impaciencia. Sabía que no llegarían hasta que fuera de noche, pero de todas formas no podía evitar preguntar cuanto faltaba cada diez minutos hasta que hartó a Sagitario, quien estaba conduciendo. Era capaz de prender fuego todo si llegaban demasiado tarde, si algo le pasaba a Virgo porque no habían llegado a tiempo a salvarlo. 

   Por su lado, Libra no estaba mucho mejor, pero al menos intentaba disimularlo un poco. No podía evitar pensar en lo que debería estar pasando Tauro en ese momento. Se preguntó si le habían estado dando de comer, o en si la habían obligado a comer carne. Tanto se preocupó que comenzó a dolerle la cabeza. Cerró los ojos, creyendo que tal vez si dormía un poco se le pasaría, pero no logró quedarse dormida hasta varias horas después, después de que pararan a almorzar y Piscis le consiguiera una pastilla para calmar el dolor. 

   Sagitario conducía tranquilamente, una mano en el volante y la otra sosteniendo la mano de Piscis. Parecía que no iban a llegar nunca, pero no le molestaba, le gustaba viajar y ver el paisaje cambiar lentamente. Intentaba evitar pensar a donde se estaban dirigiendo, y qué podría pasar una vez que llegaran, pero aparentemente Piscis no podía sacarse eso de la cabeza.

¿Qué podría pasar? (Zodiaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora