Don't Go

253 12 1
                                    

Habían pasado semanas sin que abriera los ojos, no había faltado ni un sólo día, no lo hizo antes y no lo haría ahora cuando casi era hora de que ya lo hiciera, ya era hora de que despertara porque no podía más con ello.

Le dolía en el corazón verlo de esa forma, allí recostado, sin moverse, su expresivo rostro estaba neutro, sus preciosos ojos ocultos negándose a mostrarse.

La vida lo había llevado de la mano a tomar malas decisiones, cuando lo conoció caminaba por el sendero contrario al suyo, siempre le pareció una verdadera lástima que todo el potencial que él tenía se desperdiciara.

Su padre odio con todas sus fuerzas que el le ayudara y disfrutara de su compañía, odiaba verlo tan a gusto con el pobre chico desdichado que olía a perfume barato y a cigarro, sin embargo el lo amaba y es que en su mente lo podía decir todas las veces que quisiera, lo ama y no hay vuelta atrás.

Lo conoció hace unos meses atrás, mientras caminaba apurado llegando tarde a clases, la usual lluvia torrencial cayendo sobre todos aquellos fuera de sus casas, y como siempre había olvidado su paraguas porque de todas formas no estaría tanto tiempo fuera, se equivocó cuando vió que la caseta de entrada de su instituto estaba cerrada, había llegado tarde.

Resopló después de la cuarta vez que golpeó y tiró de su cabello mojado hacia atrás, volteó a ambos lados encontrando al misterioso joven resguardandose de la lluvia bajo el techo de la entrada, su espalda contra el muro y una de sus piernas flexionadas dejando marcada la suela de su zapatilla en la pared, un fino cigarro descansando entre sus labios, aquellos ojos adormecidos contemplandolo sin vergüenza alguna con seriedad.

El rubio le indico que se acerque con un movimiento de cabeza apenas perceptible, caminó a él a la vez que él se daba la vuelta y se alejaba, supuso que quería que lo siguiera y así lo hizo.

Observó a una distancia bastante corta que caminaba de manera extraña, como si algo le doliera, vió el corte en su labio inferior y marcas grandes y entrelazadas en su cuello, él volteó a verlo sólo una vez para asegurarse que lo seguía dandole un primer plano no sólo de su apuesto rostro si no de los colores en uno de sus pómulos y su barbilla, intentó no ser demasiado obvio en sus miradas pero tampoco es como si fuera un gran actor en ello.

Lo guió por un estrecho pasillo húmedo que goteaba por la lluvia hasta una puerta entre abierta, el rubio tomó el cigarro entre su pulgar y el índice a la vez que expulsaba el humo caliente de sus pulmones, abrió la puerta para él.

En algún punto pensó que tal vez le pediría algo por ayudarlo, en el mejor de los casos le pediría dinero pero no fue así, él sólo abrió la puerta para él y cuando caminó dentro volvió a entrecerrarla, escuchó los pasos lentos y pesados del chico alejarse lentamente, incluso más lento que antes.

Esa fue la primera vez que lo sorprendió y se preocupó por él, también fue la primera vez que lo vió golpeado y sinceramente desde esa primera vez, nunca lo vió sin alguna marca en el rostro, o en sus manos, olvidó mencionar aquel pequeño detalle, los nudillos rotos y rojizos que le hacían doler los propios solo de verlos.

Keener volvió a aparecer frente a sus ojos una y otra vez mientras pasaban los días y no podía creer que nunca antes lo había visto y es que ese chico ni siquiera estudiaba allí pero lo veía alrededor del colegio cada vez que entraba o salía del edificio.

Cada vez que lograba hacer contacto visual con él su corazón de disparaba tan rápido en un maremoto de sensaciones que no comprendía del todo, por lo tanto no podía acercarse a hablarle, deseaba mucho hacerlo, verlo de cerca, escuchar su voz porque le mataba la curiosidad saber cómo era.

Le preocupaba a la misma vez por que a veces parecía que si se movía una pulgada lejos de la pared caería al suelo con fuerza y ni siquiera intentaría evitar la caída, con sus ojos usualmente adormilados aún más caídos y desenfocados, tan débil que esas veces no mantenía ningun cigarro entre sus labios o en sus manos, él simplemente estaba ahí, recostado en la pared y viendo a la nada como si esta le respondiera todas las preguntas que pudiera imaginar allí, sólo y desamparado.

Challenge the Multiverse [Harryley] (Kiss&Hugs by EXO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora