6- La forma. Consejos.

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Os dejo aquí algunos consejos:

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Os dejo aquí algunos consejos:

1- Leer mucho buena literatura ayuda a escribir mejor. Además de no cometer faltas ortográficas y otros errores te va a permitir encontrar tu propia «voz». Los escritores Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, William Faulkner, Julio Cortázar, son grandes maestros. No los imites en sus estilos para que no parezca un ejercicio forzado que haga chirriar tu novela. Igual algo se te pegará de tanto leerlos.

2- Leer un manual que te ayude con las reglas ortográficas y gramaticales.  Por ejemplo, es muy común aquí que confundan la preposición a (Me voy a casa) con el verbo auxiliar haber, en el Pretérito Perfecto del Indicativo (Hoy ha venido Carlos). O el verbo echar (Le echo agua a las plantas), con el verbo hacer (Hoy he hecho muchas patatas fritas). Si pensamos a qué nos estamos refiriendo no nos equivocamos.

  Con respecto a las reglas gramaticales muchos escritores se las saltan al experimentar. Estoy pensando en Julio Cortázar. Claro que para hacerlo es necesario que primero las conozcas.

3- Leer un manual para dominar las técnicas que se utilizan al escribir una novela, un cuento, un guión, etc.  Por ejemplo, cuando estamos contando acciones, es aconsejable utilizar oraciones cortas, en especial, en la novela policíaca, de suspense, de terror.

  Sé que lo que he dicho en los numerales 1, 2 y 3 suena aburrido: deseas empezar YA tu novela. Pero piensa: ¿una casa se comienza por el tejado o por los cimientos? Qué deseas: ¿que alaben tu novela o que critiquen tu ignorancia, sin darle una oportunidad? Si queremos escribir tenemos que hacer el esfuerzo. Por nosotros y por nuestros lectores.

4- Extensión de la novela. El tamaño de la novela es algo subjetivo. En mi opinión, dentro de la plataforma lo ideal es que tenga entre cuarenta mil y cincuenta mil palabras.

  Mi consejo es terminarla, dejarle un final abierto y empezar otra distinta. Olvídate de la popularidad, de las estrellas y de los votos. ¿Por qué? Para no aburrirte, para probarte que puedes ser capaz de hacer algo distinto. Tómalo como un reto y cuando termines la segunda, puedes hacer una continuación de la primera. Los lectores la estarán deseando.

 5- Leer en voz alta a medida que vamos escribiendo.  Gustave Flaubert solía leer a los gritos lo que había escrito: si sonaba bien le daba el visto bueno, había acertado con las palabras. Así sabía si la puntuación era la correcta, si había cacofonía, etc.

     Lo que me funciona genial es grabar cada capítulo varias veces e ir escuchándolo, te das cuenta mucho mejor que tan solo leyendo. Cuando considero que no hay más correcciones que hacerle hago una última grabación para incluir el audio en la parte correspondiente de la obra y con ello permito que las personas invidentes o con mala visión puedan acceder a ella. 

6- Cuidado con recargar la novela o hacerla muy sencilla. Los escritores primerizos suelen llenarla de metáforas, de comparaciones,  de oximorones o califican cada sustantivo con tres adjetivos o usan palabras complicadas. O hacen lo contrario y la dejan de una sencillez extrema. Encontrar el equilibrio es lo más complicado, y, para conseguirlo, hay que escribir, escribir y escribir y equivocarse muchas veces.

7- La forma, inseparable del contenido. Mario Vargas Llosa dice que la novela es buena porque gracias a la eficacia de su forma está dotada de un irresistible «poder de persuasión». Os pongo un ejemplo sacado del cine. A veces sucede que el guion de una película está tan mal hecho que no consigues entrar en la trama y olvidarte de que estás sentado frente al televisor. O puede ser que esto te ocurra porque el actor o la actriz no sabe actuar, lo que también sucede si los personajes de un libro no se expresan de una forma creíble para el lector.

  Una mala novela no permite que dejemos atrás la realidad y que nos sumerjamos en su mundo, olvidándonos de que estamos leyendo. Las buenas historias consiguen que entremos en estado de flujo, que nuestras emociones no se vean reprimidas ni canalizadas, sino que estén enfocadas en lo que leemos. Nos da una sensación de alegría espontánea o incluso de rapto. Vivimos lo que acontece allí.

8- Un elemento de la forma es el estilo. El estilo tiene que ser eficaz, que le dé esta ilusión de vida a la historia que cuenta. Volviendo al ejemplo anterior, que nos olvidemos de que estamos frente al televisor o con el libro en la mano y que nos sumerjamos en el mundo que muestra o que describe. Para ello es necesario que tenga coherencia interna. Puede que el tema elegido sea surrealista, pero el lenguaje y el argumento debe ser coherente.

9- El principio tiene que enganchar. Para que sigan leyendo tu historia es muy importante que, ya la primera oración, enganche al lector. 

     Te pongo el inicio de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez:

     «Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo».

     En otras ocasiones intriga la primera frase. Mi consejo es que enganche, necesariamente, el primer párrafo.


Mis experiencias en la escritura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora