Capítulo uno

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-Entonces, Temari ... realmente querías ir a salvar a ese chico ¿eh? ¿Tienes que enamorarte?-

Los hermanos de arena acababan de devolver los ninjas a su aldea e hicieron que cada uno de ellos recibiera atención médica. Caminaban de regreso a su casa solo hablando de la misión que tenían.

-Oh, cállate, la única razón por la que fui a salvar a ese Lloron fue porque no hubieras podido compararte con su enemigo-. Temari le devolvió la sonrisa.

Kankuro lo fulminó con la mirada y gimió, metiendo las manos enguantadas en los bolsillos,-en realidad, me ocupé del tipo contra el que estaba súper rápido muuuy, creo que podría haber terminado las tuyas-.


Kankuro y Temari suspiraron mientras miraban a su hermano pequeño. Temari a su derecha y Kankuro a su izquierda, ya que siempre caminaban asi. Kankuro se alegró de que Gaara hubiera cambiado, el estúpido Naruto había llegado y había abierto el corazón de su hermano menor. Miró a su alrededor y luego sonrió, finalmente vio las puertas del pueblo arenoso. Le gustaba Konoha, no soplaba arena por todas partes y había un sol abrasador todos los días durante todo el día, pero su verdadero hogar estaba en casa y Kankuro lo extrañaba. Extrañaba el calor, la arena, la gente, pero había una cosa que Konoha tenía que La arena no ...

That Damn Mutt. ( Ese maldito chuco)

Y no como esa pequeña bola blanca de pelusa sino como el dueño. Ese chico con el desordenado cabello castaño que acababa de salvar. El que tenía la piel ligeramente bronceada y esos pequeños y lindos triángulos rojos en su rostro. Con esos colmillos afilados y ojos inusuales. Bueno, no tan inusual, Gaara tenía ojos mas extraños que el niño. Kankuro no tenía idea de por qué se sentía así por ese joven Inzuka. Era literalmente como Naruto, más lindo y un poco menos loco. La sexualidad no era el problema aquí; Kankuro supo que era gay cuando cumplió 13 años, era confuso el motivo. Debe haber algo sobre el niño que volvió loco a Kankuro.


-Hola imbécil, te pregunté qué querías para cenar- La voz de Temari repentinamente entró en su pensamiento.

-¿Qué?-Kankuro murmuró.

-Dije, ¿qué quieres para cenar?- Ella respondió en un tono molesto.
Kankuro se encogió de hombros,-No me importa-.


Temari luego dirigió su atención a Gaara para ver qué quería. Llegaron a una pequeña casa donde vivían juntos. Temari estaba a cargo de cocinar porque, sinceramente, los otros dos no podían cocinar en absoluto. Kankuro y Gaara generalmente eran los que limpiaban la casa. Pero últimamente, Gaara se ha centrado en la capacitación y el papeleo, Kankuro señala que desde que aparecio el niño de Naruto, Gaara ha estado mucho más motivado para hacer algo bueno por el pueblo. Temari fue directamente a la cocina, no le importaba cocinar para ellos porque sentía la necesidad de cuidar a sus hermanos menores. Gaara se dirigió a un pequeño escritorio donde estudió y Kankuro subió a su habitación. Lentamente se quitó el sombrero y lo dejó sobre la mesita de noche. Lentamente se acostó en la cama y miró hacia abajo.4 4-Ugh ... joder. ¿Por qué el Inzuka ...?- Murmuró para sí mismo.

Kankuro se sintió cansado y lentamente cerró los ojos. Comenzó a quedarse dormido y a pensar en Kiba Inzuka.

-Hola Kankuro ... gracias-, murmuró Kiba. Kankuro acababa de llevar a Kiba a un par de ninjas médicas. Kiba parecía exhausto, parecía herido ... bueno, quiero decir que debería. Fue apuñalado por el costado para llevar a Akamaru a un lugar seguro. Kiba le dio a Akamaru a una de las enfermeras que se mudó y se fue a la casa de los Inzuka. Kiba lentamente se quitaba la guardia que estaba puesta en su pecho, solo llevaba esa camisa de malla y sus pantalones oscuros.


-No, no te preocupes por eso. Era mi misión-, dijo Kankuro.

-Lo sé pero ... para ser honesto, no estaría vivo. De verdad. Incluso si fuera tu misión, habría muerto sin ti-. Dijo y sintió su lado sangriento.


-Bueno, sí. Definitivamente te matarían maldito chuco. Los ninjas de arena sabemos qué demonios estamos haciendo- sonrió Kankuro.


-Oh, cállate niño muñeca. Tal vez no debería agradecerte- murmuró Kiba y se cruzó de brazos-pero me criaron para saber cuándo alguien me salvó-.


Kankuro observó a Kiba hacer una mueca, apretando su herida con fuerza. Parecía herido de nuevo y suspiró suavemente, mirando a Kankuro. Lentamente se acercó y presionó su cuerpo más pequeño contra el suyo. El de baja estatura dio un pequeño gruñido, envolvió el cuello del puesto y sonrió.

-Y estoy en deuda contigo, lo que sea que quieras Kankuro. Lo que sea que quieras que haga ~- resopló el Inzuka y besó la mejilla de Kankuro, mordiendo un poco.

-¿W ... lo que quiera?- Murmuro.

-Mhm lo que sea ~ cualquier cosa niño muñeca ... solo avísame cuando estés en mi aldea ~-tarareó, casi ronroneando, pero eso no es extraño para un perro.

Kiba observó para luego agarrar la ropa de Kankuro con fuerza y ​​sonreir. Descubriendo esos dientes afilados y sexys, guiñó un ojo. Su otra mano se movia sobre la herida.

Kankuro rápidamente abrió los ojos, jadeando un poco. Resopló y se sentó rápidamente, agarrándose un poco el pecho. Fue un maldito sueño. Kiba nunca diría una mierda así, al menos no las partes finales. Dijo "gracias" y "has cambiado, no un trasero engreído". Kankuro suspiró y se miró a sí mismo. Se sintió caliente y gimió levemente.

-¡Kankuro! ¡Baja aquí! ¡La cena está lista!- Gritó Temari.

-Está bien, ¡ya bajo!- Kankuro gritó de vuelta.

That Damn Mutt (Kankuro x Kiba) (×ESTA HISTORIA ES UNA TRADUCCIÓN×)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora