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Promesa

Aquí los personajes tienen 3 años.

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Una nueva familia se había mudado al pueblo, los Marsh los habían invitado a los nuevos integrantes de la gran familia del pueblo de South Park colorado a una cena para darles la bienvenida a este.

Esto sin duda había molestado a Stan, no le interesaba mucho del conocer a gente nueva, con sus dos amigos ya estaba completamente bien, ¿para que necesitaba mas? Ni siquiera estaba seguro de que aquella familia tuviese hijos, o por lo menos de su edad.

Siempre que venían personas ajenas a su familia a cenar a su casa lo despojaban del sofá donde cómodamente miraba la televisión, obligándolo a tomar asiento junto a ellos para presentarse ante la nueva familia.
Joder que tortura.

Dieron las ocho de la noche, sólo dos horas mas para su hora de dormir, escuchó cómo el timbre de su casa fue tocado, señalando una presencia fuera de la residencia.
Sus padres le habían advertido con anterioridad a el y su hermana de 8 años, Shelly, que nunca abrieran la casa a menos que supieran que eran ellos, aunque sus padres fueran idiotas cuidaban bien a sus hijos.
Bueno, algunas veces.

Llamó con gritos a su madre para que esta fuera abriendo la puerta dejando entrar a las personas que se encontraban detrás de esta.
Lo más probable era que se encontraba la otra familia, seguiría la rutina de siempre, pasada media hora diría que tiene sueño para irse a su habitación a hacer nada.

Sharon camino desde la cocina hacia la sala de estar, girando la perilla de la puerta dejando ver a sus invitados.

— Bienvenidos Broflovski's, están en su casa.
— Muchas gracias, Sharon— mencionó Sheyla entrando a aquel lugar seguida por su esposo Gerald, quien estaba detrás con un niño en brazos.

Stan quien aún se encontraba en el sofá siguió con la mirada a aquel chico con ushanka, parecía ser menor que el debido a sus facciones y a su estatura, aunque no se notaba mucho debido a que se encontraba descansado en brazos de su padre.

— ¡Stanley, ven a saludar! — lo llamó su padre desde el comedor donde en la mesa ya se encontraban sentados los Broflovski's.

— Mira Stan, es Kyle, hijo de los Broflovski's.
— Saluda Kyle.

Ahora la pequeña niña se encontraba en el suelo, escondida tras las piernas de su madre, ¿acaso era tímida? Era la primera vez que hablaría con una chica, ella son tan idiotas.
Esperaba que esta no lo fuera.

— Hola, soy Stan — saludó tratando de mirar el rostro de la pequeña niña rusa ladeando su cabeza buscando ver mas allá de las piernas de aquella madre.

— Kyle — salió de su escondite dando unos cuantos pasos lentamente para quedar a una distancia media del azabache.
¿Kyle? No era un nombre típico de una niña, bueno tal vez los de Jersey tengan otros nombres, no lo sabe.

— Hey Stan, ¿por que no le enseñas a Kyle tu cuarto? — mencionó en un tono sereno su madre, y obviamente Stan no iba a rechazar aquella oportunidad de marcharse a su habitación.

Stan le enseñaba el camino a Kyle, mientras esté únicamente miraba para todos los lados observando cada rincón de aquella casa ajena.
— Este es mi cuarto — abrió estirando uno de sus brazos para que este pudiese entrar, siempre debía de ser cortes con las niñas, eso le había enseñado su padre.

Kyle entró a la habitación contemplando los alrededores, mirando con atención hasta la ropa de los muñecos de acción que se encontraban tirados en el suelo.

Se escuchó cómo la puerta del cuarto se cerraba entrando con un paso mas veloz Stan yendo directamente hacia su cama a sentarse al pie de esta.
— ¿Y que te gusta hacer? No tengo muñecas, pero puedo ir por las de mi hermana — a las niñas les gustaba jugar con muñecas, que idiotez, era mejor jugar con las figuras de acción.