Amor Forzado

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— ¿Porqué estás huyendo de mi? — el fuerte agarre en su cintura y el susurro sobre su oído lo pusieron nervioso por completo.

No sintió el momento en que el otro se acercó a él. Estaba asustado, quería salir corriendo de aquel lugar.

— No estoy huyendo de ti — su voz sonaba frágil, giró un poco la mirada por sobre el hombro. El contacto de aquellos labios sobre su piel despertaron todas las alarmas sobre su cuerpo.

— ¿Porqué lo haces?

Sentía las manos del otro empezar a recorrer su piel, viajando de su cintura al abdomen desabotonando su camisa.

— Gaara por favor no — susurró temeroso. No era la primera vez que eso sucedía. Aquel pelirrojo lo había seguido desde el primer momento en que sus miradas chocaron por casualidad. No eran del mismo salón, pero Gaara sabía todo acerca de él.

Rock Lee pensó que hacerse amigo de Gaara era buena idea. Lee siempre era de hacer amigos nuevos y le gustaba integrar a más personas a su grupo de amistad, más aún cuando éstos eran nuevos en la escuela y parecían tímidos.

Lee lo había visto tan distante y apartado que sintió tristeza de verlo solo, había corrido hasta él con los brazos abiertos de su amistad para hacer sentir mejor a Gaara y que este no estuviera en soledad. Ese fue su peor error.

Gaara no sólo malinterpretó los sentimientos del pelinegro, al pensar que si Lee era amable con él no era porque estuviera enamorado o tuviera sentimientos amorosos, Rock Lee era simplemente así. Pero a Gaara no le parecía que este fuera el caso y se equivocó.

No fue hasta que los rumores llegaron a oídos de Lee que se enteró de lo que estaba pasando. Todos habían empezado a decir cosas acerca de que ellos estaban juntos y Gaara no había perdido la oportunidad para confirmarle a todos que lo que se decía era cierto.

La verdad era que Lee y Gaara eran solo amigos.

Rock Lee no quería hacer sentir mal a Gaara, le había tomado mucho cariño como un buen amigo pero debía de poner un alto a todo eso antes de que ocurriera algo más. Fue una tarde en la que paseaba con Gaara que Lee intentó sacar a relucir el tema para tratar explicarle a Gaara que lo que él sentía era sólo un cariño de amigos.
Pero fueron las palabras de Gaara los que le hicieron temer lo peor.

— Tú y yo estamos saliendo

Lo había dicho como si estuviera confirmando que sí, efectivamente ellos tenían una relación. Aquello había sonado más a un mandato que a una petición.

Desde entonces las cosas se tornaron oscuras. Rock Lee intentó alejarse de Gaara pero este no hizo sino que acercarse más a Lee, invadiendo su espacio personal, tomándolo de la mano frente a todos, lanzando amenazas para que no se acercaran al pelinegro. Se había vuelto celoso y posesivo.

Las cosas ya no eran igual, Gaara lo estaba obligando a salir con él. No importaba cuantas veces Lee le dijera que no quería estar con él, que no correspondía a sus sentimientos pero Gaara era de oídos sordos a las palabras de Lee.

Rock Lee no había podido romper esa  extraña relación que Gaara había forzado para ellos dos, porqué para Gaara no existía nadie más que Lee y para Lee no podía existir nadie más que Gaara.

Gaara lo había besado y forzado a aceptar sus gestos de "amor" y Lee no podía escapar, porque si lo hacía las cosas se tornaban violentas y había dolor de por medio.

— Gaara no quiero hacer esto — suplicaba en voz baja.

Estaban en la biblioteca y Lee pensó que esconderse entre los pasillos más alejados de la puerta lo mantendrían a salvo.

Miraba por la abertura de los libros como nadie se daba cuenta de lo que estaba ocurriendo y lo venía ayudar, además, no eran muchos los alumnos que asistían aquel lugar.

Gaara siguió repartiendo besos en el cuello de Lee, sus manos ágiles desabrocharon el pantalón de Lee y metió una de sus manos debajo de la ropa interior.

— Shh... — le susurró al oído mientras acariciaba el miembro de Lee y con su otra mano sellaba los labios del pelinegro para que no hiciera ruido.

Lee empezó a sollozar cuando sintió la mano de Gaara masturbarlo. Trató de detenerlo pero cuando lo hizo sintió como se agudizó el agarre sobre su boca y su miembro.

— Hmmm — gimió de dolor por la fuerza con la que apretó su pene.

Negaba muchas veces con la cabeza en un acto desesperado por que Gaara se detuviera. Pero el pelirrojo no le hizo caso. Siguió con lo suyo, con una mano callando a Lee y con la otra masturbando mientras lo obligaba pegarse a él para embestirlo por sobre la ropa.

El frote del trasero de Lee sobre su miembro había empezado a excitarlo. Sintiendo como su pene se ponía cada vez más duro y dolía. Conforme pasaban los segundos el frote en su mano iba incrementando.

El cuerpo de Lee reaccionaba a los toques de placer que empezaba a sentir y mientras éstos iban intensificándose, más dolía en la mente de Lee. Sintiéndose sucio por reaccionar de manera placentera a las caricias de Gaara.

Su cuerpo se sentía bien, pero su alma y su mente se sentían mal. Él no deseaba tener esa clase de relación con Gaara, quería que todo eso terminara.

Fueron los últimos minutos del mismo acto cuando Lee empezó a sentir esa corriente recorrer su cuerpo indicándole que pronto acabaría. La alarma de la escuela sonó fuerte al mismo tiempo que él se corrió en la mano de Gaara.

La hora del receso había terminado y ellos debían volver a sus respectivos salones. Lee cayó de rodillas sosteniéndose contra el stand de libros y Gaara se había quedado de pie viendo como Lee se doblegaba al placer. Se agachó hasta él y depositó un suave beso en su mejilla sintiendo el sabor salado de las lágrimas del pelinegro.

— Te veo a la salida

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