Mi Pequeña Parisina

2. Arduos trabajos de Teniente General.

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Temprano por la mañana desayunando en la sala de la cocina, Ayden se encontraba sentado leyendo el diario de noticias y disgustando un plato de cereal junto a una taza de café recién hecho, su hermano menor, Alister, bajo de su habitación para desayunar y luego irse a la universidad. Como era temprano para Alister, el chico de ojos ámbar se dio el tiempo de disfrutar de un gustoso plato de cereal mientras contestaba algunos mensajes en su móvil.

Terminando el desayuno, ambos hermanos van a sus labores de rutina, Alister se despide de su hermano mayor para luego irse al campus universitario mientras que Ayden se alista para recibir a sus jefes que estarían pronto a llegar a la mansión, arreglando un poco el pequeño desorden en su despacho para luego alistar el salón de reuniones. Pasadas dos horas finalmente ambos jefes militares llegan a la mansión para comenzar con la reunión para asignar ciertos trabajos y viajes con militantes de otros países y más informes por realizar.

— Señor Kofman, Señor Heine sean cordialmente bienvenidos a mi mansión, lugar donde le perteneció a mi familia por generaciones, los Beilschmindt. Siéntese libres de pasar al salón de reuniones.

— Es un placer el estar aquí presente Joven Beilschmindt, agradezco su más sincera hospitalidad. Disculpa si soy mal educado pero me entro la curiosidad de observar la gran pintura que se encuentra en la sala de estar, ¿acaso algún miembro de su familia perteneció a la época nazi?

— Descuide señor Heine, respondiendo a su pregunta, efectivamente. Mi abuelo vivió en aquella época Nazi, y lo más sorprendente es que el perteneció a las tropas nazis que servían a Hitler.

— Realmente es sorprendente tener conocimientos de las historias de tus antepasados. Joven Beilschmindt, me doy cuenta que usted posee sangre Nazi corriendo por su venas, y eso es algo maravillosamente honorable.

— Agradezco su alago señor Heine. Disculpen mi sentido de despistaje pero ¿desean una taza de té caliente o prefieren una taza de café?

— Una taza de té caliente cae bien al organismo. Beber cafeína es malo para la salud, así que ya sabes muchacho, prefiero mil veces el té caliente por cualquier cosa.

— Excelente elección señor kofman, debo decir que prepare lo necesario para su honorable visita. Señor Heine, usted que prefiere, ¿té caliente o café?

— Un café mañanero no cae mal de vez en cuando. Si eres tan amable joven Beilschmindt aceptaría gustosamente una taza de café.

— Por supuesto, aquí tiene señor Heine. Y bien, me imagino que están preparados para la reunión pautada para hoy ¿no es así?

— ¡Ah sí! Bueno no perdamos más tiempo y empecemos enseguida con la reunión. Muchacho debo decir que arduos trabajos de teniente te esperan a la vuelta de la esquina, espero que estes mas que preparado para una agenda llenas de reuniones, informes y dictar algún que otro entrenamiento a soldados novatos.

— Estoy más que listo señor Kofman. Hacer esos tipos de trabajos no es nada para mí, al contrario, son cosas demasiadas sencillas, un soldado con mente débil nunca podrá progresar, hay que ser fuerte y seguir adelante con mirada fija.

— ¡Vaya! Cada día me sorprendes muchacho, bueno que hacemos aquí perdiendo el tiempo, vamos enseguida al salón para comenzar sin más interrupciones con la reunión.

— Claro adelante señor Heine.

Sin más tardanza los tres se adentran al salón para comenzar con la tediosa reunión, que duraría aproximadamente 3 horas. Planeando mas asignaciones para Ayden, informes, trabajos de campo y viajes en otros países para reuniones con militantes de alto rango, el trío se sientan en una mesa grande de madera de pino para iniciar la junta.

Después de 3 horas de tedioso debate, y cosas de militantes por fin se dio por concluida la tediosa junta, el joven Beilschmindt entro en su despacho para organizar una nueva pila de informes que sin duda alguna tronando sus dedos comienza a hacerlos y rellenar algunos formularios de nuevos soldados novatos que deberá entrenarlos.

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Eran las 8 de la noche Ayden culmina esos odiosos informes y formularios que deberá entregar a sus jefes. Sintiendo agotamiento y hambre decide sin más tardanza ir a cenar para luego tomarse una buena y relajante ducha, para descansar y continuar con el arduo y tedioso trabajo, pero sin esperar aquello su móvil empieza a sonar, contestando la llamada de uno de sus amigos para invitarlo a salir a relajarse un poco, por lo que gustoso acepta aquella salida de amigos.

— ¡ Hey Jurgen! ¿Qué hay de novedoso, tienes algo en mente?

— ¡Mi estimado Ayden! Pues nada muevo en realidad. Te llamaba para invitarte una barra libre en el bar ¿Qué dices? ¿te animas?

— Jajaja, tan arrogante como siempre ¿no? Vale acepto tu invitación, no caería mal el ir al bar y tomar algunas cervezas para relajar la mente.

— Así se habla, ese es mi muchacho. No te arrepentirás, Kurt también ira con nosotros así que será una noche de hombres.

— Jajaja buen plan. Sabes por ahora debo colgar estoy agotado por algunos informes que me asignaron, iré a dormir.

— Ojojo ya veo, vale nos veremos mañana a las 9 de la noche. Descansa señor Teniente.

— Lo mismo digo, ve a dormir idiota. Hasta mañana entonces.

— Wuajaja nunca cambias ¿eh? Bueno hasta mañana zoquete.

Luego de colgar y de terminar de cenar se prepara para un buen baño y luego descansar, y seguir con sus labores de militar pero lo que no se esperaría es que en aquel bar conocería al amor de su vida, a esa joven francesa que le robaría el corazón arrogante del joven teniente, el destino los uniría como pareja. Ya acostado en su cama no tardo mucho en agarrar el sueño profundo y descansar de este tedioso día. 

Nota: 

Bueno hasta aquí el segundo capitulo, pronto les traeré el tercer y algo curioso capitulo, sera que en el capitulo siguiente nuestro joven teniente conocerá a su querida y tierna francesa? Si lo creen escriban en los comentarios y por favorcito lean y voten! Denle un poco de cariño a esta alpaquita escritora nazi, se los agradecería desde lo mas profundo de mi kokoro!! ♥ 

Sayōnara! ♥