El chico del metro y la chica de los veinte dolares

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Como todos los días desde que tenía 18 años Shawn se levantó y tomó su guitarra para ir al metro.

Le gustaba, es decir le encantaba cantar y tocar musica para la gente por las mañanas, decía que quizás si alguien estaba teniendo un mal día sus covers podían alegrar a las personas.

A sus quince años sus padres lo corrieron de casa por querer dedicarse a la música, a el no le quedó de otra que irse. Por dos meses estuvo rondando en la calle, solo él y su guitarra, su fiel compañera.

Tiempo después conoció a Sarah una señora de setenta años que tenía una casa grande con un cuarto que le prestó para dormir y pasado el tiempo formaron una bonita amistad, Shawn la veía como una abuela que nunca tuvo y la señora como un nieto.

Al terminar la preparatoria, empezó a andar en los metros, tocando canciones que las personas le pedían, alguna que otra vez cantaba algo propio pero el siempre se divertía.

Los días de clases —por las mañanas— un grupo de chicas lo esperaban para que les cantara un par de canciones antes de abordar el metro, ella mismas se declararon un pequeño grupo de fans que les encantaba escucharlo cantar.

Ese día estaba un poco nublado pero a el no le importó, llegó a salvo a la estación, con unas cuantas gotas de lluvia sobre su sudadera pero nada que no secara fácilmente, se le había hecho tarde; por la noche había empezado a sentir malestar en su cuerpo, también un leve dolor de garganta y cabeza, seguro le iba a dar una pequeña gripe.

Las mismas chicas de siempre lo estaban esperando.

—Pensamos que no vendrías. —Habló la más pequeña de estatura del grupo—. ¿Ya escuchaste la canción que sacó One Direction?

—Ya la escuché, es increíble, los admiro demasiado.

—Lloramos más de cuatro horas, no puedo creer que es su última canción. —Expresó la chica de ojos verdes.

—Dijeron que volverán, eso espero, mientras les cantaré un poco ¿esta bien?. —Las chicas asintieron y Shawn comenzó a afinar su guitarra.

Una de ellas grabó con su celular como todos los días para actualizar su blog acerca Shawn quien no tenía ni idea sobre eso.

La gente iba caminando otros corriendo en la estación, mientras Shawn interpretaba la canción que tanto les gustaba a las cuatro chicas.

I got a heart and I got a soul

Believe me I will use them both

We made a start

Be it a false one, I know

Baby, I don't want to feel alone

Las chicas estaban cantando a todo pulmón, los que se encontraba a su alrededor empezaron a observarlas, la gente empezó a acercarse. Ese día había sido diferente a los otros, el metro estaba más lleno de lo común y la gente le estaba dando más dinero de lo acostumbrado.

Cuando dieron las seis con cincuenta minutos las chicas abordaron el metro y Shawn continuó cantando, esa era su rutina diaria.

Una chica de tez muy blanca y ojos grises se acercó a él, nunca antes la había visto por la estación, llegó y se postró enfrente de él, Shawn dejó de tocar y la vió.

—No quería incomodar, sigue cantando por favor. —Su acento británico estaba muy marcado.

—¿Quieres algo en específico? ¿Tu canción favorita?

—¿Podrías cantar Perfect?

A Shawn le sorprendió que se lo pidiera, era su canción favorita y nunca antes la había cantado en público pero aún así la sabía a la perfección.

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