Pajarillo [Charlie X Vaggie AU]

Pajarillo

Se miraba en el espejo... Acomodaba su cabello y su escote... Debía lucir perfecta si o si...

Se puso un parche un tanto más coqueto en su ojo tuerto y se acerco a su escritorio... Tomo varias pastillas y las tomo... Miro de nuevo su bolso de cosméticos... Un poco más de maquillaje no le haría daño, ¿verdad?

Maquillaje a granel usaba diario...

Se puso una peculiar lencería provocativa y unos tacones bastante altos... Suspiro antes de mirarse al espejo de nuevo y sonrió... Miro a su alrededor varias veces antes de salir de su casa... Ya estaban dando las ocho de la noche

En otro lado, cierta rubia estaba en el muelle de la playa. Platicaba de manera feliz con Angel Dust y Niffty. Ese día habían quedado en salir... Pero no estaban haciendo nada más que cotorrear...

Pasos... Charlie los escucho y miro una figura de buenas curvas caminar coquetamente. Le miro un buen rato, por más maleducado que fuere, pero la contraria no la miro y paso de largo. Se fijo debajo de su falda, y vio una de aquellas bragas para tener una noche de placer.

Ladeó su cabeza con duda y la siguió con la mirada, sin que le importara lo que sus amigos le decían, y miro...

Aquella peli gris solo miraba su reloj... Se encontraba debajo de un peculiar farol. Hasta que llego una limusina y esta subió de una manera muy apresurada.

—... ¡Charlie! ¡Estas escuchando! —Niffty le regaño. La rubia asintió desconcertada

—S-si... ¿Saben quien es ella? —Señaló la limusina que se estaba yendo. Sus amigos negaron con la cabeza.

—Nop —Dijo Angel —. Esa mujer es un misterio... Siempre se le ve en diferentes casas... Nadie sabe porque.

Charlie solo se decidió a callar y seguir con sus amigos, más aquella tuerta le seguía causando intriga a más no poder...

Y vendía la piel a precio caro...

(...)

—Ok, muchas gracias —Dijo aquella peli gris aceptando el dinero que un hombre ya mayor le daba.

—Ay, corazón —Acarició su mejilla —Hoy lo hiciste mejor que otra noche... ¿Volveras algún día...?

—N-no... —Dijo con cierta inseguridad —. Tengo muchos trabajos pendientes... —Salio. El hombre sonrió sin más

Estaba caminando... La lluvia poco a poco empezaba y la joven solo se mojaba... Su tacón, se estaba despegando. Pero le daba igual... Ahora tenia dinero... Y conseguiría más.

(...)

Ya era el día siguiente. Charlie no se encontraba con sus amigos, más miraba a la tuerta... Seguía en el muelle... Dos... Tres... Y dieron las ocho en punto. Abrió sus ojos al ver de nuevo a aquella mujer pasar. Y de nuevo, esta no le dirigió la palabra. Espero... Y en al menos unos minutos llego otro coche, ahora, un volkswagen color blanco. Se subió con algo de dificultad y arranco. Como pudo, Charlie se dispuso a seguirla.