Capítulo 4

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Anny se asustó, pero quién no.

Cogió el papel horrorizada y leyó en voz baja:

"ALEXANDER WILLIAM CHASE.
16 AÑOS (DÉCIMO GRADO).
INSTITUTO LEON HEATH (MINESSOTA, ESTADOS UNIDOS).
PADRE MUERTA, HERMANO DESAPARECIDA.
MADRE DIAGNOSTICADA CON CÁNCER; MUERTA."

Las lágrimas salieron solas.

Conoció a esa mujer hace cuatro años, pero era suficiente para llegar a amarla. Si tanto le afectaba a Anny, no quería imaginarse a su mejor amigo. El pobre se había desmayado, pero no le sorprendía; ya no le quedaba nadie.

Empezó a pensar de nuevo. Pero, ¿como pudo saberlo? Los médicos lo llevaron inmediatamente a esta sala y él estaba en coma. ¿Cuando pudo escribirlo?

Anny contempló como los médicos llevaban a Alex a la camilla de alado.

Pidió permiso para visitar a Martha, para comprobar si era verdad.

Una mujer muy amable le acompañó hacia la sala donde estaba hospitalizada Martha.

Así era; estaba muerta.

Lagrimas desordenadas invadian su cara.

Todo a su alrededor era un silencio, pero a la vez mucho alboroto.

La maquina que indicaba la muerte de Martha no dejaba de pitar.

Anny caía en pedazos, ¡NO! ya estaba en pedazos.

Volvió a pensar en su mejor amigo. ¿Que haría él ahora? No tenía padres ni abuelos.

Hace unos 10 años al menos, el vivía en Dakota del sur junto a su tía y su madre. En aquellos tiempos ella no tenía cáncer.

Su tía seguía viva, o eso esperaba. Lo que no tenía era información sobre su paradero, ya que la última vez que la vio era demasiado pequeño para recordarlo.

Anny estaba paralizada, otra vez.

Quería escaparse a un sitio muy, muy lejano y no volver nunca mas, pero tenía que quedarse en aquel hospital contemplando aquella horrible escena; y ella formaba parte de aquello.

Nadie decía nada, todo era un completo silencio, a no ser de la maquina que seguía pitando.

A Anny se le vinieron las palabras que dijo su mejor amigo hace un par de años;

"No tengo a ningún familiar vivo o cercano, solo tengo a mi madre que sé que morirá tarde o temprano. Cuando la pierda, dudo que no me suicide. Sólo me quedas tú, Anna".

Anny sintió un dolor irreal en el pecho, le dolía la cabeza y sentía una debilidad extrema recorriendo todo su cuerpo.

Le dolía el alma, le dolía el corazón.

Estaba mentalmente muerta. Era un alma muerta en un cuerpo vivo, pero no era zombie.

Seguía de pié delante de la camilla, los médicos la observaban.

Decidió hacer algo, como agacharse hacia la camilla, besar la mejilla a Martha y soltar un mini discursito pegajoso -Así lo llamaba su mejor amigo cuando le decía a Anny cuanto la amaba-.

"Martha, no sé por donde empezar. Estarás... Muerta, pero sé que me estas escuchando. No nos hablábamos mucho ya que siempre que venía la mayoría de veces estabas durmiendo, pero yo te decía cosas como estas, también cuando tenías los ojos abiertos. Tú sonreias, me sonreias. Me encantaba tu sonrisa, eras preciosa y estés donde estés en esta sala, te confieso que eras como mi segunda madre. Bueno, mi única madre, como si fuera adoptada. Eres la mejor persona que alguien podría conocer. Te quiero muchísimo, no sabes cuanto. Ahora que tu corazón ya no late, es como si una parte de mi no estuviera. Hoy ha sido un día muy duro, pero el hecho de que nos abandonas es aun peor. Martha, Martha Chase, te juro por mi vida y por mi padre, que cuidaré a tu hijo, a mi hermano. A nuestro Alex. Le amaré por siempre, te amaré por siempre. Promesa de meñique".

A continuación, cogió su dedo meñique de su mano zurda con su meñique, dejando una promesa en la cual creer e guardar.

Danger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora