—¡Mamona! -Me gritaron. -¡Suicidate!
—Estoy en ello. -Dije y salté de la ventana.
—Hostia puta. -Dijo para después saltar.
—¡Mi puta noviaaaa! -Gritó mi mejor amiga.
—Puta madre.
—Jorge, hoy estás guapísimo, hijo. -Entró la Araceli de los cojones.
La chica vio que no había ningún rastro de Jorge y se rió.
—Espera a que los mate a todos.
Entonces una luz morada aparece con unos cuantos murciélagos a los costados, ahí aparecí yo con un par de alas blancas, una camiseta blanca y una falda morada. Pisando en todo lo sensible.
—Aquí ha llegado la más perra. -Dije en voz baja y me preparé.
En cuanto vi hacia abajo vi un Jorge sufriendo y pidiendo ayuda.
—¡Tu Puta madre! -Dije y volé hacia abajo.