Maratón Capítulo 19 2/3

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- eres un tonto! ¿Lo sabes?

- por eso me amas! — nos dimos un beso, tomé el traje de baño y me lo puse.

Bajamos en el elevador y nos fuimos directo a la piscina, hoy sería otro día inolvidable junto a Edward. Me quedé mirándolo fijamente, sus ojos estaban llenos de un brillo especial, su sonrisa era de esquina a esquina, me encantaba verlo así, y pensar que cuando lo ví por primera vez lo odie con toda mi alma.

- Sami

- dime Edward

- ¿que crees que diga tu padre? Ósea, ¿cuál crees que va a ser su respuesta?

- no lo sé... y la verdad es que tengo mucho miedo, mi papá siempre ha sido muy sobre protector conmigo, desde que mamá murió, ha querido complacerme en todo... a veces me sentía atrapada, como una niña caprichosa, pero es porque él me cuidó de esa manera, y ahora que me pongo a pensarlo es que me doy cuenta de todo

- oh, ¿sabes? Tengo miedo de que su respuesta sea un no, y de que mi mamá se tenga que alejar de él porque nunca antes la había visto tan feliz con alguien, desde el día que mi papá nos abandonó, su brillo y su alegría se apagó, hasta que conoció a tu papá

- lo sé, Miriam es una excelente persona! Merece ser feliz

- hablando de todo un poco, ¿de verdad que nunca sospechaste que el chico de la fiesta de disfraces era yo?

- no! Aunque veía algo en su mirada que me era conocido, no sé, quizás por eso fue que tomé la iniciativa de tener sexo con él, solamente había estado con Roy

- por cierto, ¿que sucedió con Roy?

- lo dejé, le dije que mi corazón le pertenecía a alguien más, se fue un poco molesto y triste a la vez

- ¿en que pensabas cuando le diste otra oportunidad?

- estaba muy triste y confundida con todo lo que había pasado entre tú y yo, no quería saber nada de ti... y luego en el Internado me di cuenta que eras el hombre de mis sueños

- tu papá habló conmigo ayer...

- ¿que te dijo? — estaba un poco curiosa ante lo que Edward me acababa de decir.

- me dijo que si de verdad te amaba, que si estaba seguro de lo que sentía, que si le juraba que te iba a cuidar y a proteger siempre

- ¿y que le dijiste?

- que si, que nunca antes había sentido esto por una mujer, que eras la luz de mis ojos y que te haría la mujer más feliz del mundo — me sonrojé como una idiota.

- ¿sabes? Extraño esos momentos de guerras entre nosotros, pelear contigo y decirte groserías

- ¿a si? Al parecer quieres que te meta en la piscina como anoche en la playa, ¿verdad?

- Edward! No hagas lo que estoy pensando que vas a hacer... — no había terminado de hablar cuando ya Edward me tenía en sus brazos e iba directo para la piscina — eres un idiota!! Tontoo!!

- te amo Sami — juntamos nuestros labios en un largo y apasionado beso.

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Después de aquel incidente en la piscina, nos quedamos un rato en ella y luego nos fuimos a comer ya que teníamos mucha hambre. El teléfono de Edward había sonado, era Sofía.

- hermano, ¿dónde andas metido? Mamá anda preguntando por ti y Víctor esta algo curioso por saber donde estas, lo escuché decir que tenía ganas de ir a ver a Sami, pero mamá le dijo que fuera el próximo fin de semana, ¿que les digo?

- diles que estoy visitando a Jake, que me quedaré a dormir en su casa, como los viejos tiempos

- esta bien, que disfruten... oye, antes de irme, usen condón!

Edward comenzó a reírse como un loco, al colgar el celular me dijo el motivo de su risa y comencé a reírme también, esa Sofía era toda una loquilla.

- y bien, ¿que tal si volvemos a la habitación y continuamos con lo mismo de anoche?

- mmm, no lo sé, quizás estoy cansada...

- no lo estas, los dos sabemos que eso es lo que quieres, vámonos, tenemos que disfrutar de este fin de semana

Nos fuimos directo a la habitación. Edward cerró la puerta con seguro y comenzó a besarme desesperadamente, iba quitándose la camisa mientras me besaba y comenzó a quitarme la mía. Estábamos a punto de volver a tener sexo! Me encantaba estar con Edward, era lo mejor del mundo.

Fuimos caminando hasta la mesa del comedor, me trepó en la mesa y continuó besándome, comenzó a acariciar mis senos a la misma vez que los apretaba y daba mordidas en mi cuello, haciéndome soltar gemidos de placer. Quitó mi pantalón y luego el suyo. Comenzó a rozar su miembro con mi feminidad, el cual se estaba poniendo duro mostrando su gran excitación. Seguimos besándonos y acariciándonos, los dos estábamos completamente desnudos. Edward entró dos de sus dedos en mí y comenzó a moverlos en forma de círculos delicadamente, mientras mordía uno de mis senos. Estaba loca de sentirlo adentro de mí, lo necesitaba! Lo amaba con locura y no podía vivir sin él. Se arrodilló y comenzó a pasar su lengua, lo hacía una y otra vez, estaba sediento, parecía otra persona, pero me encantaba, daba fuertes golpecitos con su lengua y pequeñas mordidas. Se puso de pie, y comenzó a entrar en mí, una y otra vez, lo hacía lento y luego rápido y profundo, me encantaba.

El Deseo Me GanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora