El sopor a pesar de la avanzada hora, era casi insoportable, tantas horas a lomo de mula realmente hacían que ya no pudiera sentir, mis nalgas, las piernas entumidas a los costados y el dolor en mis pies empeoraba por la presión de mis botas, parecía que el calor los haría estallar, a pesar de todo estaba contento estaba en casa, el olor a trapiche evocaba la calidez de mi infancia corriendo por las tierras de mi padre. El negro Baltazar guiaba la caravana con diligencia no se veía cansado a pesar del trayecto, mi padre lo había enviado a encontrarme a mi regreso de Santa Fe luego de terminados mis estudios con los frailes, todos estos años sin regresar, de nuevo no obstante el agotamiento me sentí feliz, ansioso, el viaje de regreso me había parecido eterno y a pesar de los consejos del negro Baltazar de pernoctar en el camino había decidido continuar, quería llegar lo antes posible.
A pocos metros de la casa grande, así llamábamos a la edificación principal donde vivíamos, para diferenciarlas de las demás edificaciones y de las chozas de los esclavos, pude notar la tenue luz de las velas dándonos la bienvenida, solo pude distinguir la silueta inequívoca de Hoseok, este mulato seguro había hecho guardia sin tener la seguridad de nuestra llegada, inmediatamente sonrió al verme, creo que hice lo mismo, cuanto me alegraba de encontrarlo cinco años, parecía un siglo, lo vi pequeño, no lo recordaba así, recordaba aquel niño, siempre un poco más elevado que yo, mi compañero de juegos, confidente en mis pilatunas, mi protector e incluso mi guardián.
Hoseok era un joven mulato, un año mayor que yo según se, era hijo del esposo de mi tía, el hombre un holandés llegado a estas tierras, como mercader de esclavos, amasó una buena fortuna y se dedicó a otros negocios, relacionados con el comercio de oro proveniente de las minas del interior y del Perú, el señor Rib, un hombre alto de gran complexión, robusto, con cabellos lisos rubios, tez muy blanca, casi rosada, de mandíbula cuadrada, nariz delgada y unos ojos azules clarísimos, él vivía acalorado y sudoroso, disfrutando de los placeres de la gastronomía, del alcohol y las negras. Con mi tía Doña Teresa nunca tuvo hijos ella tuvo seis o siete perdidas, nunca llevó a término un embarazo y entonces dejaron de intentarlo o simplemente ella estuvo muy vieja para volver a quedar en estado.
El hombre retozaba entre sus esclavas, seguramente engendró muchos bastardos, sin embargo Hoseok era diferente, este mulato al nacer tuvo un color más claro, casi, un pardo así lo llamaban, color dorado, sus facciones eran de raza blanca, sus cabellos de un castaño claro, caían en rizos sobre su cara, pero sobre todo sus ojos azules del mismo color del padre, esto fue sin duda alguna la perdición de su madre, de quien no se si no que se llamaba, una negra nacida en estas tierras, hija de esclavos y esclava por derecho al dar a luz a la criatura y al conocerse el color de los ojos del nacido mi tía entro en cólera, amenazó con mandar a matar al vástago, Don Rib, para calmarla envió lejos a la madre dicen que la vendió en el Perú, el niño sin embargo corrió con mejor suerte, mi padre llegó a un acuerdo con mi tío y me fue obsequiado como regalo de bautismo.
La negra Teresa, la negra primera de la casa, es decir la que supervisaba nuestras necesidades en el hogar, la esclava de confianza de madre y quien supervisaba los sirvientes domésticos, se encargó de mi crianza y de la de Hoseok, con solícitos cuidados, fue la mujer que me bañó y cambió mis pañales, servía mi comida, ayudaba a vestir, me preparaba deliciosas viandas y de lado hacia los mismo por Hoseok a quien tomó como hijo propio, claro le brindó también su atención siempre, cosa que madre permitió siempre y cuando no me descuidara y atendiera de primero. De esta forma compartí mi infancia con Hoseok, jugábamos juntos, corríamos por las tierras del trapiche, subíamos a los árboles, nadábamos en el riachuelo, aprendimos a montar bajo la supervisión de Baltazar, nos perdíamos en los sembrados y en las noches padre autorizaba que Hoseok llevara su estera y durmiera en mi habitación.
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→Mi hermoso Pardo-2Won
Fanfiction🔐"Shin Hoseok, era diferente, casi un pardo, así lo llamaban, color dorado" • 2won ; Top Wonho ; Bottom Hyungwon • Aparición de parejas secundarias. •Escenas fuertes ; maltrato ; muerte. •+18 • Historia completamente de mi autoría. • Ambientada...