Eight

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—¿Y dices que las visiones ya han regresado? 

Alastor miro a su terapeuta antes de asentir con la cabeza.

—Quizá, debamos regresar a una dosis diaria, si te parece.

—No quiero estar dopado todo el día, tengo a alguien a mi cuidado y demasiadas responsabilidades para eso.

El terapeuta entrecerró la mirada al tiempo que lanzaba un sutil suspiró y bajaba la mirada hasta su libreta que descansaba en sus manos.

—En ese caso, seguiremos con las terapias presenciales —comentó anotando algo que Alastor deseo saber—, en lo personal señor Edevane, me sentiría más cómodo con usted bajo un regimen de nuevo, pero tampoco puedo obligarlo a volver a esos días —dijo mirandolo por fin—, pero he de insistir que como mínimo la vuelvas a ver de nuevo, tendre que ponerte esas dosis quieras o no.

—Lo entiendo —dijo mirando de reojo hacia el reloj en la pared contigua.

—Debe ser importante esa persona si estas tan impaciente —comentó el médico poniéndose de pie—, ¿o me equivoco?

—No me estudies —pidio Alastor cruzándose de brazos. Recibiendo una sutil risa por parte de la persona delante de él.

—Lindo día, señor Edevane.

Alastor asintió con la cabeza antes salir del consultorio y dirigirse hacia su auto.

Pensó en una excusa lo suficientemente válida para que Charlie no quisiera seguir preguntando por su paradero, pero supuso que era imposible eludirla. Sin embargo, no espero que al llegar a casa, este lugar estuviera completamente solo.

Por un segundo se asusto pensando que algo le había pasado, sin embargo, apenas escuchar como un auto se estacionaba afuera, con precaución miro por la ventana de la cocina, notando que era Charlie con alguien más.

Detalle que no paso por alto. ¿Quién era? ¿Anthony? ¿quizá Vaghata? No recordaba que alguno tuvira un auto así. Sus conjeturas llegaron a nada en cuanto la vio bajar y ver un rostro poco familiar. 

Sin saber porque, cierta inquietud se formo en su pecho obligándolo a desviar la mirada. Aun con esa extraña sensación, se dirigió a la nevera donde saco lo que había sobrado de la cena de ayer.

Y justo cuando hacia eso, la puerta de entrada fue abierta.

—¿Señor Edevane?

—En la cocina, querida —dijo sin volverse hacia donde sabía, Charlie ya le esperaba.

—No pensé tardar tanto, ¿le ha pasado algo?

—No, un pequeño contratiempo en el trabajo, pero más impotante, por un segundo creí que te había pasado algo, estaba por marcarte, menos mal te trajeron a casa.

—Oh, si, me encontré con un viejo amigo.

<<Bingo, no deberías ser tan transparente querida>>

—¿Es así? Pensé que todos tus amigos se habían quedado en tu ciudad de origen.

—Por curioso que suene, esta persona no, vino a estudiar acá antes que yo, pero no lo había visto antes, es extraño, ¿no?

—Lo es —dijo pensativo de ese detalle, era prácticamente imposible no toparse a alguien luego de meses asistiendo a la misma escuela, en lo que suponía él, tenían el mismo horario—, apuesto que fue agradable verlo —a menos que ese alguien no quisiera ser visto.

—Lo fue —rio al decirlo, una risa que hasta ese momento no había podido escuchar—, ¿seguro todo esta bien? Lo noto algo extraño.

Alastor cerro el microondas antes de detenerse. No pensó mucho en que la estaba interrogando y que además, en ningún momento volteo a verla. Ante eso, se obligó a respirar profundo. Ya lo había dicho antes, tenía a alguien bajo su cuidado y no se podía permitir perder el control.

—A sido un día largo y pesado, solo estoy cansado —comento antes de verla de reojo mirando como sus ojos negros lo estudiaban.

<<A esa mirada>>

—Por favor, no se sobre exija.

—Tu también lindura, entiendo que tengas amigos, pero recuerda ser responsable y diligente.

Charlie ante eso casi rio.

—No tenemos esa clase de amistad —rio Charlie hasta cierto punto un poco avergonzada—, así que no debe preocuparse.

Alastor se quedo callado un momento antes de entender la manera en que Charlie había interpretado sus palabras. Y ahora fue su turno de avergonzarse.

—Oh no corazón, no me refería... —dijo algo apenado, pero lo dicho ya no podía retirarse, ahora solo se quedaría con ese pequeño malentendido—, como sea, ¿quieres cenar?

—En realidad, creo que me ire  dormir.

Ante eso Alastor le ve un poco extrañado, después de todo esa sería la primera vez que no cenaban juntos en semanas.

—Descansa entonces, —dice sostenidole la mirada a la chica que parecía querer decirle algo más—, ¿Charlie?

A ella inmediatamente se sonrojo antes de darse vuelta.

—Buenas noches, señor Edevane.

Alastor escucho al microondas avisar que ya debía sacar sus alimentos, pero no se molesto en volverse hacia él. La imagen de Charlie en su cabeza comenzaba a repetirse dolorosamente.

—¿Le dije Charlie? —cuestiono burlón llevándose una mano a la boca para ocultar la prominente sonrisa que ahora reposaba en su rostro—, de haber sabido que esa sería su reacción lo hubiera hecho mucho antes. Cielo santo, esa chica...

Rie por ello, pero no lo encuentro realmente gracioso. Por el contrario, al procesar sus propias palabras se cruzo de brazos tras fruncir el ceño.

Eso no era bueno.

En el momeno en que quiso ver ese tipo de expresiones en ella o inclusive, intentar preguntar por sus amistades y su vida personal, ya era un foco rojo. No debía cruzar esa delgada línea. Era obvio que no podía ignorar a una jovencita hermosa y llena de jovialidad, pero no por ello debía poner especial atención.

—Tal vez —musito—, ¿me habré interesado en ella? —se pregunto ladeando sutilmente la cabeza—, a esto es malo.

Alastor entonces por fin saco su comida. Al verla el apetito flaqueo un poco, después de ese día, sabía que le cosas estaban por cambiar. Para bien o para mal... Charlie había llegado para cambiar las cosas.

....
¿Hola? ¿Alguien aún Lee esto? Jaja 😳

Hasta pronto ✨

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2022 ⏰

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Compañeros de piso [Charlastor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora