Capítulo 12

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Cuando Mylynn se levantó de su asiento pudo escuchar una ligera carcajada casi inaudible. Al girarse vio a Débora con la mano sobre la boca tratando de contener su burla.
Mylynn estaba acabada, con esto podrían quitarle la media beca que había obtenido gracias a su padre y tendría que estudiar en otro Instituto causando la decepción de su familia entera. Ya no vería más a Akira... Pero ¿Por qué le preocupaba eso?
Las dos mujeres que acompañaban al director le lanzaban miradas de decepción a la pelirroja y el director no la miraba ni un poco, todo era tan devastador. Los alumnos que pasaban por los pasillos levantaban la ceja o fruncian el ceño al mirar a la chica, debían estarse preguntado que estaba pasando y porque todos tenían la expresión de seriedad grabadas en el rostro.
Cruzaron el muro que daba a la parte de la universidad tras una gran puerta de vidrio. Varios de los universitarios saludaban con jovialidad al director él cual solo les asentía ligeramente con la cabeza. Mylynn se sentía inferior ante todos ellos además de que no entendía porqué estaban en esa parte del Sally. Después de varios minutos de caminar llegaron a la que sería la oficina del director en la parte de la universidad. Se sentó en su asiento de cuero marrón y le pidió amablemente a las mujeres que salieran quedando Mylynn a solas con él. Después de varios segundos de silencio en los cuales examinaba detenidamente a la pelirroja, habló.

—No lo esperaba de una señorita como usted, no tengo idea de cuál fue su plan para poder llegar a las llaves pero fuiste muy hábil jovencita y lograste tener las llaves bajo tu poder sin embargo el plan se te puso patas arriba, no supiste esconderlas bien, las dejaste muy a la vista. Tienes agilidad para robar pero no para esconderte entre las sombras, eso no es una buena combinación —Decía el director bromeado.

La chica pensaba que era fastidioso bromear en un momento como ese. Sentía impotencia.

—Y-Yo, le juro que no robé las llaves, me han tendido una trampa... fui el blanco fácil de unas chicas porque escuché parte de su plan y se los eché a perder, ¡tiene que creerme! Jamás haría algo así —Mylynn estaba al borde del llanto.

—¿Tienes pruebas? Nada indica que las cosas hayan salido de esa manera, juzgar a otras personas por los actos cometidos por uno mismo es algo grave señorita, lo mejor siempre es aceptar la verdad, asumir lo que hicimos. Honestidad ante todo, eso quiero que forjen mis estudiantes y no que sean unos viles criminales —El hombre se cruzó de brazos.

—Lo-Lo sé pero yo jamás haría algo tan ruin y sabiendo que he llegado hace apenas unos días, no quiero involucrarme en problemas sobre todo porque mi padre hace todo lo posible porque mi hermana y yo estudiemos aquí, él nos consiguió media beca a ambas porque la matrícula es algo elevada para sus recursos... Usted en verdad cree que yo me metería en un lío así, jamás —No pudo contener las lágrimas y ya le galopaban los ojos.

—Ya veo, ¿Son las hijas gemelas de Félix?

Mylynn asintió con la cabeza.

—Por eso jamás le causaría problemas a mi padre, recién me enteré ayer que tenía media beca en la escuela y no quisiera perderla, no quiero que mi padre se sienta decepcionado de su hija en la que más confía.

—Debiste haberlo pensado antes de meterte en líos jovencita, sinceramente quitarte la media beca sería lo más justo —Decía el hombre sin pizca de remordimiento mientras jugaba con un bolígrafo que llevaba en sus manos, Mylynn sintió que el mundo se le venía abajo—, sin embargo no soy tan cruel como piensas... He visto como Félix hizo todo lo posible para que vosotras estudiasen aquí en mi colegio. No quiero que se sienta decepcionado al saber que una de sus hijas es una ladrona. No te quitaré la beca pero si tendrás que hacer trabajo de limpieza el resto de la semana, tendrás que quedarte hasta que cierre tanto el instituto como la universidad y obedecer a nuestros intendentes. Ellos te dirán que hacer tendrás que obedecer y no rechistar en las labores asignadas y además presta mucha atención, si vuelve a ocurrir un incidente como este no solo te quito le beca si no que te expulso de mi colegio ¿Está claro?

Mylynn se sentía aún triste, tendría un castigo a pesar de un acto que no cometió y sobre todo quizá se perdía el ensayo de Akira el viernes. Estaba decepcionada.

—Vale —Fue lo único que pudo contestar con la garganta tensa.

—Bien señorita, mandaré un reporte con su familia que quedará también el expediente avisando sobre el castigo. Tendré que explicar el motivo, en eso no puedo mentirle a su padre y cubrir lo que hizo. Por último le recuerdo que el colegio cierra exactamente a las 9:00 pm en punto. Cuando sus clases terminen diríjase hasta el cuarto de intendencia del instituto y ahí le darán indicaciones, puede que la manden para acá o haga sus tareas de castigo por el instituto. No lo sé. Sin nada más que agregar ya puede retirarse.

Mylynn salió de la oficina del director y para su suerte un baño estaba cerca, por lo que fue directamente hasta el. Se quitó las gafas y miró su reflejo borroso en el espejo, tenía la cara enrojecida por el llanto, abrió el grifo de agua y cogió un poco con sus manos llevándola hasta su cara dando un toque de frescura. Cuando el color rojo se había disminuido casi en su totalidad y ella se sentía más relajada salió del baño.
El día estaba empeorando ya que para su suerte se chocó contra un universitario que pasaba rápidamente por afuera haciéndola caer en el piso de bruces. Tal parecía que los chicos estaban destinados a tirarla. Quizá se debía a su cuerpo delgado y su torpeza.
El chico la miró malhumorado, era un joven de piel aceitunada, el cabello castaño y ligeramente ondulado que lo llevaba largo hasta el cuello, tenía varias perforaciones las orejas, también en su labio inferior. Sus ojos eran de un verde intenso e iba vestido completamente de negro, era el tipo de persona que parece un matón y que causaba miedo su mirar y su pinta.

—¡Eres una completa tonta! Fíjate por dónde vas, idiota —Expresó el joven él cual comenzaba a irse y seguir su camino.

Mylynn con los nervios a flor de piel y con todo lo que estaba pasando reunió coraje para levantarse y añadió:

—Tú eres el que debería fijarse por dónde va, TÚ fuiste quien me tiró y TÚ caminabas a toda prisa sin ver a tus alrededores ¡ASÍ QUE TÚ ERES EL VERDADERO IDIOTA! Así que vete a freír espárragos, imbécil.

Terminó de decir Mylynn dejando al chico ahí parado con la boca abierta. Cuando estuvo bastante lejos de él se llevó las manos a la boca y sintió que de nuevo iba a desplomarse.
«¿Que ha sido eso? Yo no soy así, jamás me atrevería a insultar a alguien pero... lo hice, lo ofendí así sin más, los nervios los tenía a flor de piel y por eso actúe de esa manera, espero no volver a encontrarlo, moriría de vergüenza además de que tenía pinta de matón con todo ese aspecto, no quiero que haga un sacrificio con mi cuerpo, parecía un satanista... ¿Debería orar?»

Cuando llegó hasta el Instituto para su sorpresa la clase de lengua ya había concluido, por lo cual no estuvo consciente de toda el tiempo que había pasado desde que el director la sacó del aula para llevarla hasta su oficina, el día era pésimo, quería irse a casa y hundir la cara en su almohada, pero recordaba aquel castigo y se entristecía.
Todos la miraban con aire de desaprobación, llamar la atención era lo que más despreciaba en el mundo y sin embargo era lo que estaba predominando en ese momento.
Alysse se acercó hasta ella ahuyentando a todas las malas caras que estaban invadiendo a Mylynn.

—Tú no hiciste eso, estoy segura apenas y te conozco pero yo tengo certeza de que tú no eres esa clase de chica, así que tengo la teoría de que fue Débora quien hizo todo esto por eso lo de llevarte con ella a preguntar algo que supuestamente no entendía de la clase de ciencias. Esa bruja... Tengo tantas ganas de estrangular su cuello de princesa hueca.

Alysse era una joven muy hermosa pero a su vez se miraba la rudeza en sus expresiones, lo que hizo reír a Mylynn.

—Fue ella yo también tengo la seguridad, jamás robaría algo y menos porque acabo de llegar, sobre todo odio los líos. Por cierto, te ves muy tierna cuando pones tu semblante de rudeza.

Alysse abrió la boca sorprendida.

—¿Quéeeeee? Jamás en mi vida me habían dicho algo así, nadie me considera una chica tierna al contrario creen que soy muy ruda y que doy miedo.

Se llevó las mano a la boca y comenzó a reír, Mylynn la imitó y ambas estallaron en risas dejando atrás la frustración que la pelirroja sentía ante la situación en la que estaba metida. Alysse le dio un abrazo reconfortante por algunos segundos para que su relajación fuera máxima.

Fragmentos De LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora