XXII

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Louis había pasado a recogerme en un BMW negro que no sabía que poseía.

Había estado prácticamente toda la tarde pensando en que a las 8 pm conocería a la familia de Louis y los pelos se me ponían de punta.

Además de que también estaba buscando algo adecuado para vestir, y lo único que me pareció bien fueron mis skinny jeans negros, con una camisa a cuadros roja y negra. No sabía como iba a caerles, y tampoco quedaría bien ponerme un smoking porque vale, sería algo muy exagerado por mi parte.

Louis se había ido caminando hacia su casa luego de dormir en mi apartamento, porque obviamente no planeábamos dormir en la playa así que tomamos nuestras ropas y desaparecimos de allí lo más rápido posible.

"Estas mas nervioso tú que yo" Susurró sobre mi oreja cuando nos encontrábamos frente a la casa de su familia.

Se encontraba algo alejada del centro de la ciudad, y era completamente blanca por fuera a excepción de la puerta de entrada que era de caoba. Tenía dos pisos, con tres ventanas en la planta de arriba y dos en la planta de abajo. Mi novio ya había tocado el timbre color gris que se encontraba a un lado de la puerta. Iba vestido de una forma bastante normal al igual que yo, con los mismos skinny jeans, pero con una remera básica de mangas cortas color negra, y ya ni es necesario mencionar sus vans ¿verdad?

Se había afeitado la barba, pero sus cabellos despeinado seguían presentes.

La puerta se abrió y una bonita mujer de cabello castaño oscuro, un poco más que el de Louis, usando un simple vestido de flores y unas sandalias en sus pies apareció allí. Supuse que era su madre, y no eran para nada parecidos.

"¡Louis!" Exclamó ella con una gran sonrisa en su rostro, muy deslumbrante, eso si me recordaba a su hijo.

Se abalanzó sobre su cuerpo y le dio un abrazo maternal que me recordaba a mí y a mi madre.

"Tú debes ser Harry" Se dirigió hacia mí cuando se separó de su hijo, y con la misma sonrisa que antes me dio un pequeño abrazo que correspondí mirando a Louis por sobre su hombro.

"Un gusto" Saludé.

No iba a decirle "Señora Tomlinson" porque mencionó que sus padres estaban separados.

"Jay" Dijo. "Puedes decirme Jay."

Se hizo a un lado en la puerta para que pudiéramos pasar, y Louis me dio el paso haciendo lo mismo que su madre, pasé por la puerta para encontrarme con un gran living pintado completamente de blanco, con unos sillones de cuero negro en medio y un televisor plasma frente a estos, dividido por la típica mesa de café. Había una gran biblioteca en la pared derecha, repleta de libros que imagine a Louis leyendo por alguna razón, y seguramente lo había hecho.

Frente a mí se extendían unas escaleras de mármol blanco, al igual que el piso del lugar, con barandales de madera, y por estas bajaron cuatro chicas algo aceleradas mientras discutían entre ellas quien sabe por qué.

Supuse que eran las cuatro hermanas de Louis.

En el lado izquierdo del living había una puerta de madera pintada de blanco, que se encontraba abierta y desde allí podía verse que era la cocina, con una gran mesa color negra en medio, y una barra para el desayuno color blanca en la pared más lejana, con cinco butacas negras. El piso seguía siendo el mismo que había en el lugar en el que me encontraba. Combinaban a la perfección los colores opuestos.

La casa era totalmente hermosa.

Y ni hablar de la araña de cristal que colgaba sobre el techo del lugar, justo por sobre la mesa de café.

Quarterbacks. {Larry Stylinson.}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora