Capítulo 2. Un día normal.

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Foto de Alexis.

Cómo todos los días me desperté a las siete, a penas habia dormido 6 horas ya que me quede hasta tarde estudiando historia. Me dirigí al baño de mi habitación y me lave la cara, por las mañana realmente tenia un aspecto horrible.
Baje a desayunar, en la cocina se encontraba gran parte de mi familia, los salude a todos con un buenos días que a penas se entendió porque lo dije medio bostezando, me preparé un vaso de leche y lo metí al microondas, mientras que se calentaba vi que alguien había hecho tortitas, cogí dos y las eche sirope de chocolate por encima, tenia un gran apetito por las mañanas, cuando el microondas pito, saque el vaso de leche y me lo tome junto con las tortitas.

-Ronnie, cariño, ¿que tal llevas el examen de hoy?- me pregunto mi abuela con una sonrisa.

-La verdad es que bastante bien, espero aprobar porque después de todo lo que he estudiado...- dije con la boca llena de tortitas.

-Ya sabes que todo esfuerzo tiene su recompensa mi pequeña niña.

Esa era la frase típica de mi abuela, y tenía bastante razón.

Mi abuela me dio un beso en la cabeza y se fue directa al jardín, siempre le había gustado la jardinería, cuando era más pequeña recuerdo que todos los findes de semana mi abuela, mi madre y yo nos tirabamos horas en jardín, eso se acabo cuando mi madre murió...

Cuando terminé subí arriba, había como unas cinco habitaciones cada una con su baño correspondiente, también estaba la biblioteca y una habitación que siempre estaba cerrada siempre me he preguntado porque. De vez en cuando veo a mi padre o a mis tíos entrar, se tiran allí horas, más de una vez le he preguntado a mi padre que que había tras esa puerta pero el siempre evitaba la pregunta, con los años deje de sumarle importancia.

Entre en mi cuarto, eran las siete y viente, tenia veinte minutos para prepararme, me quite el pijama y me meti en el vestidor, hoy me decidí por unos jeans ajustados de color negro, una blusa de color azul pastel que tenia un poco de escote , que mi madre me habia regalado años atras, era una de las pocas cosas que aun conservaba de ella... Una vez termine de ponerme mis botas negras, me maquille un poco para no dar tanto miedo, puse algo de rimel, un poco de colorete y pinte mis labios de rojo oscuro, me cepille el pelo y lo deje suelto. Acabe cogiendo una chaqueta negra de cuero, estábamos a principios de otoño por lo que refrescaba un poco, colgué mi mochila a la espalda.
Baje las escaleras y me despedí de mi familia, iba andando al colegio ya que solo estaba a 10 minutos y así por lo menos de camino me despejaba un poco.

A las 7:56 estaba entrando por la puerta del instituto. Fui directamente a mi taquilla saludando a algunos amigos que me encontraba por el pasillo mientras caminaba, cuando estaba a escasos metros ví a un chico apoyado en esta, vestía con unos pantalones negros que se le ajustaban muy bien al cuerpo, llevaba una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negra colgada del hombro, la verdad es que de espaldas se veía completamente sexy, me di cuenta de que hablaba con una chica.

-¿Podrías hacer el favor de quitarte de mi taquilla?

El chico se giró. Era Stefan D'Angelo. Podría ser el chico más sexy del instituto, que digo del instituto, de la cuidad entera. Se me quedo mirando, como analizándome, y mientras yo disfrutaba con las vistas.

-Ejem, ¿que has dicho reina?

Solo bastó que abriese la boca para que volviese a la tierra, y que recordase que era un estupido engreído, que estaba para comérselo, pero al fin y al cabo un estupido, y que además me acaba de llamar reina, este no sabe quien con esta hablando.

-Me has escuchado perfectamente idiota, así que ahora te quitas o te quito, tengo prisa.

-Creo que las mañana no te sientan muy bien bonita- Dijo con una sonrisa pícara.

¿Bonita? Así es como pretendía seducirme, lo llevaba claro.

-Para ti soy Ronnie, y la verdad es que no tengo ninguna intención de perder el tiempo contigo, asique te lo diré otra vez, aparta de mi taquilla.- Dije con el tono más borde que pude.

-Se quien eres- Dijo acercándose a mi oído. -Nos vemos más tarde.- Diciendo eso se marchó con una sonrisa en los labios.

Lo primero la próxima vez que se vuelva ha acerca así a mi le patearé su entrepierna, lo primero yo no era una de sus chicas de una noche y sus encantos no iban conmigo, lo segundo ¿sabia quien era?, y lo tercero no, no nos veremos más tarde.

Una vez teniendo los libros necesarios para mi primera clase me dirigí a esta.

La mañana paso bastante rápido. A la hora del almuerzo fui a la cafetería. Con la comida ya en la bandeja me senté en mi mesa de siempre, allí estaban, Alexis y Thomas, ellos son mis mejores amigos.

-Bien, chicos, creo que ya es hora de que os presente a mi novio.- Dijo canturreando.

Alexis nos había estado hablando de que estaba saliendo con alguien pero no nos quiso decir de quien se trataba porque decía que prefería esperar a que todo estuviese más "claro". Thomas y yo estábamos ansiosos por saber quien era el chico misterioso.

A los minutos tres chicos se presentaron en nuestra mesa. Y a que no sabéis quien era uni de ellos. Si, Stefan. Yuju, emoción.

Después de habernos presentado ellos se sentaron en nuestra mesa, la verdad es que Jack el novio de Alex era bastante simpático, al igual que Marco, con él es con el que más hablé, me enteré de que era primo de Stefan y la verdad es que si tenían cierto parecido.

Con el no hable nada, tampoco tenía muchas ganas de hacerlo después de nuestra conversación de por la mañana, pero sentía como me miraba cada dos por tres y me ponía realmente nerviosa. Estaba apunto de decirle que si quería que le diese un foto.

Ya era la última hora, y tenía que hacer el examen de historia, fue una hora larga, pero salí bastante satisfecha. Me dirigí a la salida con mi mejor amiga la cual me había dicho de quedar esta tarde y dado que hoy no teníamos tarea tendría un poco más de tiempo libre después del entrenamiento.

Cuando llegue a casa me cambie de ropa por unos pantalones cortos y una camiseta ancha con la que me sentía cómoda.
Fui directa al gimnasio y después a la biblioteca. Superadas mis cuatro horas y media de entrenamiento. Me duche lo más rápido posible y me vestí con lo primero que pille, algo sencillo ya que no tenía mucho tiempo.
Avise a mi padre de que no vendría a cenar y fui en dirección a la casa de la rubia.

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